martes. 30.04.2024
franquismo

Veinte de julio de 2023. En la página tres de la edición internacional del New York Times, abriendo la sección de Internacional del diario, aparecen tres fotografías que ocupan un tercio del espacio (y es un diario de tamaño sábana) y que preceden al siguiente titular: “Vote threatens effort to recover Franco’s victims”, que traducido viene a ser “[La] elección que amenaza el esfuerzo para recuperar a las víctimas de Franco”.

En el cuerpo del artículo, que ocupa otro tercio de la página, se puede leer un reportaje en el que su autor, Constant Méheut, desgrana brevemente el origen de las fosas comunes, el largo camino recorrido desde la Ley de Amnistía de 1977 y presenta la situación actual. Méheut combina los testimonios de familiares y arqueólogos con una contextualización política amplia. Es decir, con la labor ejercida desde el gobierno por parte de los dos grandes partidos políticos – PP y PSOE – para entorpecer o facilitar (respectivamente) las exhumaciones. El PP, un partido conservador “que creció parcialmente de raíces franquistas” indica Méheut, podría volver a frenar todos los esfuerzos –con lo que ello supone de aumento del dolor para muchos ciudadanos– si logra entrar en el gobierno de la mano del partido de extrema derecha Vox. El que el gobierno de Rajoy eliminara la financiación a la Ley de Memoria Histórica de 2007, y se jactara de ello, también se indica en el cuerpo de la noticia, así como el hecho de que varios representantes de Vox consultados para elaborar el reportaje rehusaron hacer comentarios.

En resumen, para el lector de tan conocido diario no queda margen para la duda. Si las derechas gobiernan en coalición tras las elecciones, España pasará una vez más de la búsqueda de la reparación, que auspicia el actual Gobierno de coalición, al manto de doloroso silencio. ¿Por qué importa esto? Porque la imagen internacional de España puede ser ésta – con lo que ello implica – o puede parecerse más a algo que se puede ver en destellos fugaces, pero no intrascendentes, cuando se vive fuera del país.

El feminismo español como ejemplo

Suiza, 14 de junio de 2023. La marcha feminista en Suiza no se celebra el ocho de marzo sino el catorce de junio. Lo hace en recuerdo de la masiva huelga feminista del 14 de junio de 1991 y de la inclusión el 14 de junio de 1981 en la constitución federal del principio de igualdad entre sexos. En las distintas ciudades de la confederación salen mujeres a la calle a reivindicar igualdad y la mayor libertad general que el feminismo lleva consigo. En el caso de Berna, la marcha lleva carteles principalmente en alemán, algún slogan hay también en inglés y, oh sorpresa, hay carteles diversos con breves consignas en castellano. La población de la ciudad es diversa y acoge hispanoparlantes de bastantes países, pero los carteles en castellano no se explican únicamente por la presencia de mujeres de países de habla hispana. Las hay, pero no son las únicas portando estos carteles. Jóvenes suizas también los llevan y los hacen suyos. El feminismo habla hoy castellano y eso, en parte, es también gracias al movimiento feminista en España.

Los dispersos carteles en castellano pintados a mano en una marcha reivindicativa de un pequeño país y el artículo del New York Times son, en cierto modo, expresiones de lo mismo. Son el reflejo de la sociedad española en el espejo internacional. El próximo domingo lo que se vota es, entre otras cosas, esto. Este domingo se escoge entre la opción de ser ejemplo de avances y modelo a imitar por gentes de países como Suiza o la de aparecer en el que sea probablemente el periódico más prestigioso del planeta como un país que se torna retrógrado una vez más. ¿Qué imagen queremos que nos devuelva el espejo del exterior? ¿Rechazo o imitación? ¿Qué nos hace sentir orgullosos? Que cada cual saque sus conclusiones.

Enrique Corredera

La imagen en el espejo