viernes. 26.04.2024
Las uvas de la ira John Ford 1940
Las uvas de la ira (John Ford, 1940)

Una familia de Valencia se ha visto obligada a quemar sus naranjos debido a la falta de rentabilidad de sus cultivos, que ya venía de atrás, pero que la situación actual de la inflación ha hecho insostenible. Sirva de ejemplo de muchas otras familias que han tenido que arrancar sus cultivos porque vendían sus cosechas por debajo del precio de coste.

Con el debido respeto y mi más sentido pésame, es inevitable el cambio de modelo económico. En efecto, mientras Rusia sigue quemando gas en la frontera de Finlandia, las consecuencias económicas de la guerra comienzan a adelantar una gran recesión en Europa.

Pero no hemos de olvidar algo. La prudencia de los líderes occidentales les hizo optar por la solución transigente y eso ha evitado un conflicto mucho mayor. Las dos opciones para Europa eran malas. O un conflicto nuclear o una recesión económica.

Se me ocurre un paralelismo histórico con 1929 y otro con 1939. ¿Qué prefieren ustedes? Además parece que ahora ambos escenarios no serían exactamente igual. La crisis económica en Europa puede ser menor a la del 29 en Estados Unidos, y la guerra total sería mucho peor que la del 39.

Si Europa consigue pasar el invierno sin fisuras, creo la pelota estará en el tejado de Putin

Mientras tanto, La Fed declara su intención de volver a subir los tipos, lo que tarde o temprano llevará al Banco Central Europeo a hacer lo mismo, y en España, el prestigioso economista Santiago Niño, advierte del enorme del problema del consumo interno y la grave crisis que puede sufrir la hostelería en los próximos meses, a lo que se suma la situación de nuestros vecinos: el Reino Unido con casi la mitad de las familias que no podrán hacer frente a sus facturas, Francia cuyo presidente avisa de que se ha acabado la abundancia, Italia que sufre un ataque contra su deuda sin precedentes y Alemania tirando de deuda pública para salvar su economía como si fuera un país del Sur.

Quieren algo positivo: creo que Rusia se está quedando sin soldados y para alargar la guerra tendrá que cambiar táctica, lo que sin duda son nuevos problemas para Putin. ¿Oportunidades para la paz? Si entendemos las aspiraciones rusas, cuyas tropas en principio querían ocupar Kiev y poner un régimen títere, la ocupación del veinte por ciento del territorio sería un enorme fracaso. Sobre todo, si luego se establece una frontera militarizada y un nuevo telón de acero.

Ucrania ya no quiere la paz porque lucha por la victoria. El invierno es la prueba. Si Europa consigue pasar el invierno sin fisuras, creo la pelota estará en el tejado de Putin y entonces la solución transigente pasara por vender como una victoria, una operación militar que nunca debió de haberse producido.

Por hacer un guiño a la felicidad, me gustaría terminar hablando de Elvis Presley, del rock and roll, porque la alegría también es una forma de luchar contra la tiranía, pero creo que Sanna Marin ya ha abandonado el edificio.

Las naranjas de la ira