martes. 23.04.2024

En un reciente artículo (1 de mayo 2022) publicado  por Projet Syndicate, el catedrático de Economía y Política Pública de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional  Kennet Rogoff, concluye con esta preocupante frase “Las posibilidades de recesión en Europa, Estados Unidos y China son considerables y van en aumento; el hundimiento de una región aumentará las probabilidades de hundimiento en las demás. La inflación en máximos históricos no facilita las cosas”

En su repaso a los problemas de cada una de las tres zonas del mundo analizadas, resalta en primer lugar las consecuencias para Europa y Estados Unidos de la decisión china de reimplantar la estrategia Covid 0, con importantes repercusiones en la cadena de suministro de su producción a nivel mundial que afecta directamente al aumento de la inflación en Estados Unidos y reduce la oferta de productos hacia Europa, uno de sus principales mercados.

Analistas que siguen de cerca la evolución de la economía china consideran que ya ha entrado en recesión con la práctica paralización de Shanghái y actualmente de Pekín debido a los estrictos confinamientos.

Tráfico del puerto de Shanghái el 19 de abril de 2022. MARINE TRAFFIC

La prolongación de la guerra de Ucrania, las decisiones adoptadas de rechazar el suministro de energía proveniente de Rusia y la negativa de esta a seguir abasteciendo petróleo o gas al negarse a pagar algunos países en rublos, supondrá sin duda un nuevo impulso al alza de los precios en Europa.

En Estados Unidos el precio de la gasolina ha batido nuevos records. Según la Asociación estadounidense del automóvil, alcanzó el precio de 4,74 $ el galón (4,5 litros aproximadamente), 20 centavos más alto que hace un día y 35 centavos más que hace un mes. En algunas zonas del oeste se han llegado a registrar precios por encima de los 6 dólares. Joe Biden ha anunciado que venderá millones de barriles de las reservas estratégicas  para que baje el precio si bien esta medida tardará unos meses en verse reflejada en el precio que pagan los consumidores.

En España el precio de la gasolina ha registrado máximos históricos el pasado jueves 19 de mayo. La repercusión en el bolsillo de los automovilistas y en la producción es inmediata a pesar de la poco eficaz medida de la bonificación de los veinte céntimos por litro aprobada por el gobierno.

Rogoff considera que el riesgo de una recesión en Estados Unidos se ha disparado y las caídas en las bolsas estadounidenses se están acentuando. El miércoles 18 de mayo Wall Street ha vivido una pérdida del 3,6% en el índice Dow Jones y un 4,7% en el tecnológico Nasdak al cerrar la sesión.

El importante grupo minorista Target  se ha desplomado un 20%, arrastrando al índice industrial S&P 500 al rojo, con un descenso del 4%. Las grandes tecnológicas también han perdido: Amazon, el 5,21%; Apple, el 3,77%, y Netflix, el 3,84. Los malos resultados de los minoristas han provocado nuevas turbulencias en el mercado de valores, que se suman a las experimentadas durante el mes de abril, con un batacazo histórico del parqué. Walmart, el mayor empleador privado de EE UU, ha anunciado que sus ganancias habían caído en el primer trimestre de su ejercicio fiscal un 25%  y formuló un pronóstico sombrío a corto plazo, en un contexto de alta inflación y temores crecientes de estanflación (elevada inflación y a la vez estancamiento de la economía).

El Dow Jones se encamina a su octava semana consecutiva de caídas, algo que no había ocurrido desde la Gran Depresión en los años 30 del siglo pasado.

En cuanto a Europa, Rogoff considera que las consecuencias de la desaceleración que se estaba produciendo antes de la guerra de Ucrania ya habían amenazado su crecimiento. El conflicto bélico ha multiplicado los riesgos y debilidades de Europa.

Las últimas proyecciones de las Comisión Europea han supuesto importantes rebajas en las previsiones de crecimiento para los años 22 y 23 y multiplicado por más de 2 la inflación.

Los gobiernos europeos están sometidos a una presión muy fuerte para aumentar los gastos militares y esto supondrá o bien un aumento de la carga impositiva de sus ciudadanos o un recorte en los gastos habituales presupuestarios más relevantes: atención de los jubilados, parados, sanidad, infraestructuras y educación. Seguir acudiendo a aportaciones ingentes de dinero a fondo perdido por parte de las autoridades económicas europeas alimentará la inflación con la consiguiente consecuencia de pérdida de poder adquisitivo de la población.

Otro factor que está incidiendo de forma negativa para Europa es la rápida subida del dólar. En lo que va de año 2022 el dólar se ha revalorizado un 15,58% con el euro. A nivel mundial el dólar se ha apreciado un 10% según el índice de referencia DXY, lo que le ha llevado a niveles no vistos en 20 años.

Tres son las causas por ahora de este incremento. Las expectativas que la Reserva Federal suba los tipos de interés de manera más agresiva que otros bancos centrales como ya está ocurriendo, la mejor situación económica de Estados Unidos, con especial pujanza del empleo, que atrae capital del resto del mundo y aumenta la demanda de dólares, y por último el atractivo del refugio relativo de sus  mercados financieros frente a otros más volátiles.

Los riesgos de este hecho son especialmente graves para los países en desarrollo, que sufren crisis económicas, energéticas y de deuda. La apreciación del dólar les supone que sus importaciones son más caras y el pago de la deuda externa más costosa. Refuerza la presión sobre los países que han dedicado muchos recursos frente a la pandemia del coronavirus, sobre todo los de renta baja afectados también por altas inflaciones de alimentos y energía, lo que anuncia riesgo de hambrunas para los más débiles.

Mohammed El Erian, economista egipcio y experto analista financiero, en un artículo publicado en Financial Times considera que los efectos secundarios para las economías avanzadas de la apreciación del dólar, debilitarán el crecimiento externo en un momento de creciente estanflación (estancamiento e inflación). La única forma que ve posible de superar este problema es que el resto del mundo aplique reformas estructurales que potencien el crecimiento y la productividad, aumenten su fortaleza económica y mejoren los rendimientos del capital.

En resumen, aumento de la inflación considerable a nivel mundial, fortalecimiento del dólar que perjudica directamente a los países más dependientes de las importaciones, desconfianza en los mercados financieros que se refugia en los valores seguros y escasa coordinación en la respuesta de los bancos centrales e incertidumbre ante las repercusiones de la posible prolongación de la guerra en Ucrania. Probablemente lo peor esté por llegar.

¿Hay riesgos reales de una recesión mundial?