viernes. 26.04.2024
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El próximo 28 de mayo se celebran elecciones municipales en todo el Estado y autonómicas en buena parte del territorio. De su resultado se tratará de extraer conclusiones, pese a la clave diferencial de estas elecciones, sobre la situación electoral de los partidos cara a las elecciones generales de diciembre.

Puede que ello sea, lamentablemente, que por parte de los partidos mayoritarios PSOE y PP se estén planteando más como una previa de las generales que como lo que son un examen ciudadano a las políticas municipales y autonómicas concretas.

Parece que el PP de Feijóo se haya lanzado a una campaña desaforada donde el único objetivo sea atacar constantemente descalificándolo a nivel personal a Pedro Sánchez. Y ya que es difícil combatir su acción de gobierno lo hacen por sus alianzas parlamentarias. Así se le acusa de agredir a las mujeres por la Ley del “Sólo el sí es sí” que ha permitido “sacar a violadores de la cárcel”, o por su rendición a los independentistas por los cambios en lo referente a la sedición y la malversación que califican de cesión a sus socios independentistas catalanes.

La última ofensiva demagógica del PP ha sido hacer responsable al PSOE de aliarse con terroristas

Pero últimamente la última ofensiva demagógica del PP a raíz de la presencia de ex-etarras en las listas de EHBildu, ha sido hacer responsable al PSOE de aliarse con terroristas. El PP sabe que hace demagogia, que ETA hace más de una década que no actúa y que la banda se disolvió, pero como siempre utiliza ese recurso demagógico y falso para cargar contra los pactos parlamentarios del Gobierno.

El PP olvida que fue un Gobierno del PSOE el que acabó con la banda terrorista durante el gobierno de Zapatero y Rubalcaba. El PP se olvida de que Aznar intentó negociar con el que llamó Movimiento Vasco de Liberación. El PP se olvida de sus mentiras sobre los atentados de Madrid el 11 de Marzo del 2004 intentando, por motivos electorales, cargar la responsabilidad a ETA cuando sabían perfectamente que era un atentado del terrorismo islámico. El PP tendría mucho que callar en lugar de volver siempre a un pasado por suerte desaparecido para atacar ahora de nuevo a Sánchez por sus acuerdos legislativos con partidos legales y legítimos. Parece como si Feijóo hubiera caído definitivamente en manos de Isabel Díaz-Ayuso y de su asesor áulico en una cruzada antiprogresista y reaccionaria.

Por su parte parece que el PSOE y Pedro Sánchez, en lugar de capitalizar a nivel territorial su obra de gobierno y de denunciar actuaciones autonómicas negativas como las del PP en Doñana, o las alianzas de Partido Popular con la extrema derecha en Castilla-León, se haya planteado la campaña como una suerte de lotería de anuncios de propuestas políticas que en menos de una semana va llevando al Consejo de Ministros sin el más mínimo debate ni consenso con sus socios. Y algunas de ellas son plenamente contradictorias con alguna de sus políticas básicas como la Ley de Vivienda que potencia la creación de viviendas de alquiler asequible como objetivo. Frente a ello lanza una propuesta de avales para la compra de viviendas para los jóvenes, que puede tener consecuencias negativas, detrayendo fondos públicos que pueden comportar beneficios y alzas de precios por parte de los constructores. Esta lotería de anuncios “cada mitin uno” desde reducción del precio del cine para jubilados, o inter-rail para jóvenes, parece una política clientelista y poco seria para un Presidente del Gobierno.

Y mientras ninguno de los dos grandes partidos habla de los problemas municipales y autonómicos, como la financiación autonómica o la sanidad y la educación, o las residencias de ancianos vistas con la experiencia de la pandemia. Se dedican más a relatos políticos que a análisis de las realidades concretas autonómicas o municipales.

Ante todo ello la campaña más centrada en lo concreto está siendo la de alguien que no se presenta teóricamente a estas elecciones. Hablamos de Yolanda Díaz la cual pese a que SUMAR no se presenta hace campaña por todas las organizaciones a la izquierda del PSOE, desde IU a Podemos pasando por los “comunes”, Compromís o Más Madrid. Y especialmente en lugares donde es más importante el triunfo del conjunto de las izquierdas o en lugares donde hay candidaturas más unitarias. En todo estos actos Díaz habla de la necesidad de conseguir buenos resultados en las municipales y autonómicas, caso de Barcelona, Valencia, Sevilla o el caso de la Comunidad Valenciana o Extremadura para mantener gobiernos progresistas y como paso previo a un futuro prometedor para continuar con una mayoría de progreso en el futuro Gobierno del Estado. Y todo ello lo hace hablando de conquistas concretas realizadas y de objetivos futuros a conseguir.

Para garantizar una futura mayoría de progreso hay que evitar especialmente el abstencionismo de sectores de la población más desfavorecidos

Es evidente que de estas elecciones se querrán extraer conclusiones para las futuras generales. Si Feijóo no consigue alguna victoria importante como la Comunidad Valenciana o Sevilla, o si la izquierda consiguiera por ejemplo la alcaldía de Madrid, su futuro estaría comprometido, especialmente por la competencia interna de Díaz-Ayuso. Por su parte a Pedro Sánchez le importa mantener los actuales feudos autonómicos y municipales para afrontar con garantías las generales y también le conviene que los partidos a su izquierda salgan con buenas sensaciones para lograr convertirse en una única marca electoral en las generales.

Para garantizar una futura mayoría de progreso hay que evitar especialmente el abstencionismo de sectores de la población más desfavorecidos. Hay que difundir las medidas del Gobierno de coalición que ha permitido mejorar en gran parte, y a pesar de la pandemia y la crisis energética, la situación de millones de personas de nuestro país. Especialmente la gente trabajadora, jóvenes, mujeres y personas jubiladas. Esta crisis no se ha cargado sobre las espaldas de las clases populares al contrario de cuando gobernaba el PP con el acuerdo de las derechas periféricas. Y a la vez debe valorarse la gestión de futuro de muchos alcaldes y alcaldesas progresistas como son por ejemplo Ada Colau en Barcelona o Joan Ribó en Valencia.

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