martes. 30.04.2024

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Los estudios académicos confirman que el juicio moral es políticamente situacional, condicionado por la lealtad partidista y el apego o la antipatía hacia grupos políticamente relevantes. El juicio moral puede incluso ser un producto causal de creencias ideológicas.

Si bien es un fenómeno claramente observable y sistemático, la fluidez del juicio moral plantea una especie de enigma. Una variedad de marcos teóricos en psicología moral conceptualiza los valores morales como estables y similares a rasgos, como un conjunto de predisposiciones innatas y socialmente condicionadas que constituyen componentes centrales de la identidad propia. Esto sugiere que las elecciones morales deberían ser generalizables, que violaciones morales similares deberían provocar juicios similares. En el ámbito político (y probablemente en otros) claramente no es así. Esto sugiere que el juicio moral y el comportamiento dependen del contexto. En lugar de aplicar uniformemente nociones fundamentales de lo correcto y lo incorrecto independientemente del contexto, el contexto mismo motiva lo que se considera "correcto" o "incorrecto".

¿Por qué transgresiones similares provocan reacciones marcadamente diferentes basadas en la lealtad política?

Implícita o explícitamente, los estudiosos del tema atribuyen tal inestabilidad en los juicios morales o en el comportamiento a una forma de razonamiento motivado. El apego a grupos políticos también es ampliamente reconocido como un componente central de la propia identidad. Cuando estos chocan, los intereses del grupo pasan a primer plano y las objeciones morales se racionalizan. Es casi seguro que esto es cierto. Pero, de nuevo, ¿por qué? ¿Por qué las lealtades partidistas prevalecerían sobre las nociones fundamentales de la gente sobre el bien y el mal?

La mayoría de las concepciones filosóficas occidentales tradicionales de la moralidad (p. ej., utilitarismo, deontología) coinciden en que el juicio moral no depende de la situación, o al menos no debería depender de la situación. Sin embargo, existe un debate de larga tradición sobre si los valores morales concebidos como productos parciales de la evolución están destinados a ser aplicados de manera adaptativa universal o situacionalmente. El marco de los fundamentos morales sugiere que los valores morales, o al menos las orientaciones morales, son similares a rasgos y, por lo tanto, estables dentro de los individuos a lo largo del tiempo. Esto sugiere que el juicio moral será relativamente independiente del contexto. Sin embargo, esa estabilidad prevista se ve cuestionada por una serie de estudios que muestran que los fundamentos morales cambian con el tiempo y que los fundamentos morales pueden moverse contextualmente mediante señales externas al partido

Un estudio reciente e innovador realizado por Kyle Hull, Clarisse Warren y Kevin Smith, de la Universidad de Nebraska-Lincoln, arroja luz sobre el intrincado baile entre el juicio moral y la afiliación política.

En el centro de esta exploración se encuentra una pregunta provocadora: ¿Por qué transgresiones similares provocan reacciones marcadamente diferentes basadas en la lealtad política?

La fluidez del juicio moral en contextos políticos

El estudio, realizado en cuatro muestras independientes, revela un fenómeno previsible: los individuos muestran una marcada tendencia a ser más indulgentes con las transgresiones cometidas por aquellos dentro de su campo político, mientras que al mismo tiempo adoptan una postura punitiva hacia sus adversarios políticos.

Esta moralidad partidista, como se la ha denominado, no solo desafía la noción de estándares morales universales, sino que también descubre los sesgos profundamente arraigados que influyen en el comportamiento ético en el ámbito político.

La moralidad evolucionó como una solución a los desafíos de la vida social, que requiere un equilibrio entre el interés propio individual y la cooperación grupal

Una perspectiva evolutiva de la moralidad y la política

Los investigadores proponen un marco evolutivo para explicar este paisaje moral maleable. De acuerdo con su hipótesis, los valores morales, a menudo considerados como pilares no negociables del bien y el mal, pueden, de hecho, servir a un propósito más adaptativo.

El estudio sugiere que los límites morales son inherentemente flexibles y están moldeados por la necesidad evolutiva de asegurar el éxito del propio grupo. En el entorno competitivo de la política, donde hay mucho en juego en la rivalidad entre el endogrupo y el exogrupo, esta flexibilidad permite aflojar las restricciones morales para servir a los intereses del endogrupo.

El papel de la antipatía intergrupal

Un hallazgo fundamental del estudio es el papel de la antipatía intergrupal (desagrado internalizado hacia el exogrupo) a la hora de impulsar la división moral partidista. Se encontró que los individuos con una fuerte aversión a sus grupos políticos externos estaban más dispuestos a desviarse de sus valores morales personales en situaciones políticas.

Esta idea proporciona una explicación convincente para la hipocresía moral que se observa a menudo en la política, donde la lealtad al grupo político de uno puede anular los principios básicos éticos.

Implicaciones para la polarización política

Las implicaciones de estos hallazgos son profundas, particularmente en el contexto de la creciente polarización política. El estudio destaca cómo los sesgos políticos profundamente arraigados pueden influir en el juicio moral, lo que podría exacerbar las divisiones y erosionar las normas bipartidistas.

A medida que la política se vuelve más sobre ganar a toda costa, el estudio plantea preguntas importantes sobre el impacto de la moralidad partidista en los procesos democráticos y el tejido de la sociedad.

Una mirada más cercana al estudio

La metodología del estudio consistió en un examen sistemático del comportamiento moral y la tolerancia, tanto en contextos personales como políticos, en cuatro muestras independientes.

Los investigadores emplearon una serie de medidas, incluida la teoría de los fundamentos morales y la Escala de Motivación para Expresar Prejuicios, para investigar la relación entre el juicio moral y la afiliación política.

Su análisis reveló un apoyo consistente a la hipótesis de que las personas son más propensas a participar y tolerar comportamientos inmorales en el ámbito político en comparación con el ámbito personal.

Juicio moral: ¿rasgo o dependiente del contexto?

La fluidez del juicio moral observada en el estudio desafiaba las concepciones tradicionales de la moralidad como un atributo estable y similar a un rasgo. En cambio, los hallazgos sugieren que el juicio moral y el comportamiento dependen en gran medida del contexto, influenciados por las características sobresalientes del entorno de toma de decisiones. Esto plantea preguntas intrigantes sobre la naturaleza de los valores morales y su aplicación en diferentes esferas de la vida.

La función adaptativa de la moralidad

En esencia, el estudio postula que la moralidad evolucionó como una solución a los desafíos de la vida social, que requiere un equilibrio entre el interés propio individual y la cooperación grupal. La aplicación selectiva de los valores morales en entornos competitivos de grupo, como la política, puede entenderse como una respuesta adaptativa a estos desafíos.

Esta perspectiva ofrece una nueva lente a través de la cual ver las complejidades del juicio moral en el panorama político moderno.

Navegando la división de la moralidad partidista

A medida que la sociedad lidia con las implicaciones de la división moral partidista, el estudio sirve como un recordatorio oportuno del poder de los sesgos políticos para dar forma a nuestras percepciones del bien y el mal. En una era de mayor polarización, comprender la interacción entre el juicio moral y la afiliación política es más importante que nunca.

Al arrojar luz sobre las raíces adaptativas de la moralidad y el papel de la antipatía grupal, esta investigación ofrece información valiosa sobre los desafíos y oportunidades para fomentar un discurso político más inclusivo y éticamente fundamentado.


Datos clave del estudio:

1. Los individuos demuestran una tendencia a excusar las transgresiones de los aliados políticos mientras juzgan con dureza las de los oponentes, lo que sugiere una aplicación flexible de los estándares morales en contextos políticos.

2. El estudio propone que esta flexibilidad moral tiene un propósito evolutivo, permitiendo a los grupos priorizar el éxito sobre la estricta adhesión a los códigos morales universales.

3. La aversión profundamente arraigada por los grupos políticos externos se identificó como un factor clave que impulsa la disposición a desviarse de los valores morales personales en situaciones políticas.

Por último, compartir esta reflexión humorística de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

Moral versus lealtad en política