miércoles. 15.05.2024

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Según una nueva investigación del año 2023, correr puede ser tan eficaz como los antidepresivos para tratar la depresión o la ansiedad. Pero los expertos afirman que la solución puede no ser tan sencilla para todas las personas. La investigación es la primera que compara los efectos de los antidepresivos con los ejercicios de carrera para la ansiedad, la depresión y la salud en general, 

Dada la prevalencia de la depresión y la ansiedad y sus consecuencias sobre la salud, investigadores de Ámsterdam estudiaron la mejor manera de mitigar estos efectos, y si los antidepresivos o la intervención sobre el estilo de vida tendría efectos diferentes sobre la salud mental, así como sobre ciertos aspectos de la salud física.

Los investigadores estudiaron los efectos de la terapia corriente frente a la toma de un medicamento antidepresivo —en este caso, escitalopram— sobre estos factores de salud entre 141 pacientes con depresión, trastorno de ansiedad o ambos. Durante las 16 semanas que duró el ensayo, los miembros del grupo de antidepresivos tomaron la medicación, mientras que los del grupo de atletismo asistieron a dos o tres sesiones semanales supervisadas de 45 minutos de atletismo en grupo.

La investigación compara los efectos de los antidepresivos con los ejercicios de carrera para la ansiedad, la depresión y la salud en general

Tras el periodo de prueba, alrededor del 44% de ambos grupos experimentó una mejoría de los síntomas de depresión o ansiedad, lo que demuestra que la medicación y la carrera fueron igual de eficaces, según el estudio. El grupo de corredores también experimentó mejoras en el peso, la cintura, la presión arterial y la salud cardiaca, mientras que el grupo de medicación empeoró ligeramente en estos aspectos.

Una nueva investigación indica que la actividad física reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular en parte al reducir las señales cerebrales relacionadas con el estrés. En el estudio, dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), miembro fundador del sistema de salud Mass General Brigham y publicado en el Journal of the American College of Cardiology, este año, las personas con afecciones relacionadas con el estrés, como la depresión, experimentaron los beneficios cardiovasculares de la actividad física.

Para evaluar los mecanismos subyacentes a los beneficios de la actividad física en las enfermedades psicológicas y cardiovasculares, Ahmed Tawakol, MD, investigador y cardiólogo del Centro de Investigación de Imágenes Cardiovasculares del Hospital General de Massachusetts, y sus colegas analizaron los registros médicos y otra información de 50,359 participantes. 

Los participantes que cumplían con las recomendaciones de actividad física tenían un riesgo 23% menor de desarrollar enfermedad cardiovascular

Un subconjunto de 774 participantes también se sometió a pruebas de imágenes cerebrales y mediciones de la actividad cerebral relacionada con el estrés.

Durante una media de seguimiento de 10 años, el 12,9% de los participantes desarrollaron enfermedad cardiovascular. Los participantes que cumplían con las recomendaciones de actividad física tenían un riesgo 23% menor de desarrollar enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos que no cumplían estas recomendaciones.

Los individuos con niveles más altos de actividad física también tendían a tener una menor actividad cerebral relacionada con el estrés. En particular, las reducciones en la actividad cerebral asociada al estrés fueron impulsadas por mejoras en la función de la corteza prefrontal, una parte del cerebro involucrada en la función ejecutiva (es decir, la toma de decisiones, el control de los impulsos) y que se sabe que restringe los centros de estrés del cerebro. Los análisis tuvieron en cuenta otras variables del estilo de vida y factores de riesgo de enfermedad coronaria.

Además, las reducciones en las señales cerebrales relacionadas con el estrés explicaron parcialmente el beneficio cardiovascular de la actividad física.

Como extensión de este hallazgo, los investigadores encontraron en una cohorte de 50.359 participantes que el beneficio cardiovascular del ejercicio fue sustancialmente mayor entre los participantes que se esperaría que tuvieran una mayor actividad cerebral relacionada con el estrés, como aquellos con depresión preexistente.

Los beneficios de la actividad física fueron particularmente pronunciados en personas con afecciones relacionadas con el estrés, como la depresión

“La actividad física fue aproximadamente dos veces más efectiva para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular entre las personas con depresión. Los efectos sobre la actividad cerebral relacionada con el estrés pueden explicar esta novedosa observación”, dice Tawakol, autor principal del estudio.

“Se necesitan estudios prospectivos para identificar mediadores potenciales y demostrar la causalidad. Mientras tanto, los médicos podrían transmitir a los pacientes que la actividad física puede tener efectos cerebrales importantes, lo que puede impartir mayores beneficios cardiovasculares entre las personas con síndromes relacionados con el estrés, como la depresión”.


Datos clave del estudio:

1. El estudio implicó un análisis exhaustivo de registros médicos, encuestas de actividad física e imágenes cerebrales de 50.359 participantes, lo que muestra un vínculo claro entre la actividad física y la reducción del riesgo cardiovascular.

2. Los participantes que realizaron los niveles recomendados de actividad física mostraron una actividad reducida en las regiones del cerebro asociadas con el estrés, lo que contribuyó a reducir su riesgo de enfermedad cardíaca.

3. Los beneficios de la actividad física fueron particularmente pronunciados en personas con afecciones relacionadas con el estrés, como la depresión, lo que sugiere que el ejercicio podría ser especialmente beneficioso para este grupo.

Por último, compartir esta reflexión irónica de David Brown: “Para hacer ejercicio, pasee con alguien que le acompañe de buen grado, preferentemente un perro”.

El ejercicio reduce las señales del estrés en el cerebro