viernes. 26.04.2024

Europe is living a celebration

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El espíritu del frente popular del 36 es el referente que Europa busca y no acaba de encontrar, que los resultados del 28 parecen mostrar

Oh! qué fantástica premonición la que cantó Rosa López en su participación en el festival de Eurovisión.  Europa vive una celebración, cantaba, y aunque el año 2013 no parecía muy animado, el espíritu de resistencia sí que parecía desbordarse a través de la indomesticada voz de Rosa, primus inter triunfitos.

Premonición sí, porque finalmente Europa vive una celebración, la del que no han pasado. La extrema derecha ha quedado al descubierto en España. Ha quedado demostrado que no es más que una filfa y un remedo de las estupideces que han tomado cuerpo en otros lugares, pero no aquí. Emular los disparates de éxito en sociedades desmemoriadas, aun vistiéndose de banderilleros, no ha tenido recorrido en el seno de una sociedad que conoce con mucho detalle qué se esconde detrás de tamañas banderas. La sociedad española parece haber dicho: hasta aquí. Y ha dejado solos a los que se han creído con derecho a explotar la oportunidad del idiotismo de Trump, Bolsonaro o Salvini.

Y esto tiene mucha importancia. Primero porque es un momento crítico en el tiempo, justo en el momento en el que como un castillo de naipes, los movimientos reaccionarios comienzan a mostrar sus vergüenzas y sus incapacidades para algo más que insultar, reprobar, demonizar y sobre todo mentir. La comparecencia ante el senado y el congreso USA del fiscal general Barr para justificar cómo y por qué recortó el sumario del informe Mueller sobre la obstrucción a la justicia del presidente Trump puede llevar a éste finalmente a su preclara previsión: estoy jodido, este es el fin de mi presidencia. Y tras él, todos los naipes caerán, menos Bolsonaro que ya se han estampado en el suelo. La irrelevancia disolverá la carrera del puñado de aprendices de brujo repartidos por aquí por allá, y los epígonos mediáticos que han fabulado para hacer verosímil la más abyecta mentira jamás contada, volverán a dedicarse al deporte (profesional donde las faltas a la de verdad se toleran como parte del espectáculo) Europa ahora respira un poco, pues la sociedad española ha puesto coto a una corriente que pretendía desbordarse de éxito sin tener que justificar por y para qué. Cuando cierta resignación merodea por Bruselas, aquí parce haber surgido una exclamación con enganche: ¿pero qué me estás contando, tío? parece que ha dicho la sociedad española.

Y, reitero, es muy importante porque, segundo, en España se recupera una trayectoria histórica truncada por la irrupción primera del fascismo, el espíritu progresista del Frente Popular. El todo para el pueblo pero con el pueblo es el discurso que interrumpió la bestia parda en nombre de los potentados del siglo XX. Todo para el pueblo significa justicia, educación, derechos, libertades y bienestar. Justo lo que Europa requiere para salir de la bulimia en la que se halla sumida. El espíritu del frente popular del 36 es el referente que Europa busca y no acaba de encontrar, que los resultados del 28 parecen mostrar.

Los pilares de la civilidad europea han estado y están expuestos por la mediocridad y la timorated de unas instituciones que no se han atrevido a retar a los mercados creyéndose en desventaja respecto del poder de éstos. Error que estamos pagando hasta el punto de que ya resulta confuso identificar nítidamente dónde se encuentra el corazón de los valores civilizatorios y humanos. Afortunadamente parece que la conciencia europea comienza a restablecerse, se percibe con claridad qué es el brexit y los nacionalismos, cómo atentan contra la salud y el bienestar la configuración de los mercados alimentarios,  farmacológicos, energéticos, laborales, financieros y demás.

Y en este proceso de recuperación de la propia conciencia, la península Ibérica juega un papel destacado por su portazo a las soluciones autoritarias y por desentenderse del problema de las migraciones como causa política, si acaso legal y mayoritariamente humanitaria.

España (y Portugal) son los países que están marcando el rumbo que Europa debería tomar. No defraudemos ahora y convirtamos nuestra voluntad en una causa europea. Arrastremos a Europa hacia posiciones de la ilustración positiva del frente popular, todo para los europeos, pero con los europeos. Empecemos por votar y por botar a los botarates de nuevo.

Si así fuere, sin brexiters, orbanes ni salvinis Europa puede volver a vivir una gran celebración.

Europe is living a celebration