28 de julio de 2010, 15:09
NUEVATRIBUNA.ES - 26.7.2010
...mientras algunos compañeros se pintaban en el babi el escudo del Real Madrid, otros trazaban en el recreo pases de muleta con la cartera y otros querían ser policías o promotores inmobiliarios como papá, él ya soñaba con enfrentarse en las urnas a Aguirre. Un caso tan atípico como verídico. Sin embargo, a escasas semanas de la nominación, una mascletá le ha estallado en esos medios de comunicación a los que tanto añora casi siempre pero que tanto o más le incomodan a menudo. Por lo visto sale poco en ellos y encima cuando sale no le gusta. Toda una contrariedad que bien se podría evitar si se supiera discernir que los trajes a medida se hacen en las sastrerías y no en las redacciones. De momento sólo hay una Esperanza Aguirre y un Telemadrid. Lo que no quiere decir que el resto sean inmaculados. De eso a urdir una conspiración mediático-planetaria acaso sea, sin ánimo de faltar, mucho arroz para tan poco pollo.
Ciertamente debe cansar ir todo el día con el extintor a la espalda para sofocar esos fuegos que es más fácil atribuir al mensajero que a quien prende la cerilla con objeto de indicar cuál es la dirección del humo. En este caso ni eso ya que el desmentido en antena por boca del implicado se equiparó por su claridad a esa verborrea del recordado Antonio Ozores. Primero no hubo reunión con Chaves, luego bueno un poco, más tarde bueno hablamos por teléfono pero del Mundial y las vacaciones… En suma, todo más transparente que el caldo de un asilo. Es posible que Gómez cuente entre su munición con la aritmética interna dentro del PSM pero es seguro que cuenta con el recelo externo sin necesidad de salir de su propio partido. Ha habido cosas que han gustado más, mayormente sus silencios, otras que han gustado menos, sus pulsos explícitos a los calendarios de Ferraz, y una que no gustó absolutamente nada como fue la ausencia el año pasado del homenaje a las víctimas del 11-M. Con todo, el pragmatismo de los partidos hubiera perdonado todo a cambio de ver cómo se consolidaba su cartel electoral. Pues va a ser que tampoco.
Y eso no debería ser lo más preocupante de no ser por esa irritante entrega al culto del líder en buena parte culpable de que no pocas veces nos topemos con aspirantes que no conciben la política como un medio para solucionar los problemas de los ciudadanos sino como un fin para alimentar su vanidad. Al menos se convendrá que, desde una política de izquierda, nada debería importar la planta o la sonrisa del candidato si en lo primero que quiso pugnar con Aguirre, allá por el 2007, fue en ver quién suprimía antes el impuesto de patrimonio. Y eso no hay sonrisa ni fotogenia que lo arregle. Sólo desde esa autoestima cuando no arrogancia se entiende que Gómez rete a quien se ponga por delante, incluidos los periodistas que le siguen aunque le parezca poco, a que alguno le diga si tiene la más mínima duda de que él va a ser el próximo presidente madrileño ¿De verdad quiere la respuesta?
Germán Temprano es escritor y periodista
Blog: JAULA DE GRILLOS
...mientras algunos compañeros se pintaban en el babi el escudo del Real Madrid, otros trazaban en el recreo pases de muleta con la cartera y otros querían ser policías o promotores inmobiliarios como papá, él ya soñaba con enfrentarse en las urnas a Aguirre. Un caso tan atípico como verídico. Sin embargo, a escasas semanas de la nominación, una mascletá le ha estallado en esos medios de comunicación a los que tanto añora casi siempre pero que tanto o más le incomodan a menudo. Por lo visto sale poco en ellos y encima cuando sale no le gusta. Toda una contrariedad que bien se podría evitar si se supiera discernir que los trajes a medida se hacen en las sastrerías y no en las redacciones. De momento sólo hay una Esperanza Aguirre y un Telemadrid. Lo que no quiere decir que el resto sean inmaculados. De eso a urdir una conspiración mediático-planetaria acaso sea, sin ánimo de faltar, mucho arroz para tan poco pollo.
Ciertamente debe cansar ir todo el día con el extintor a la espalda para sofocar esos fuegos que es más fácil atribuir al mensajero que a quien prende la cerilla con objeto de indicar cuál es la dirección del humo. En este caso ni eso ya que el desmentido en antena por boca del implicado se equiparó por su claridad a esa verborrea del recordado Antonio Ozores. Primero no hubo reunión con Chaves, luego bueno un poco, más tarde bueno hablamos por teléfono pero del Mundial y las vacaciones… En suma, todo más transparente que el caldo de un asilo. Es posible que Gómez cuente entre su munición con la aritmética interna dentro del PSM pero es seguro que cuenta con el recelo externo sin necesidad de salir de su propio partido. Ha habido cosas que han gustado más, mayormente sus silencios, otras que han gustado menos, sus pulsos explícitos a los calendarios de Ferraz, y una que no gustó absolutamente nada como fue la ausencia el año pasado del homenaje a las víctimas del 11-M. Con todo, el pragmatismo de los partidos hubiera perdonado todo a cambio de ver cómo se consolidaba su cartel electoral. Pues va a ser que tampoco.
Y eso no debería ser lo más preocupante de no ser por esa irritante entrega al culto del líder en buena parte culpable de que no pocas veces nos topemos con aspirantes que no conciben la política como un medio para solucionar los problemas de los ciudadanos sino como un fin para alimentar su vanidad. Al menos se convendrá que, desde una política de izquierda, nada debería importar la planta o la sonrisa del candidato si en lo primero que quiso pugnar con Aguirre, allá por el 2007, fue en ver quién suprimía antes el impuesto de patrimonio. Y eso no hay sonrisa ni fotogenia que lo arregle. Sólo desde esa autoestima cuando no arrogancia se entiende que Gómez rete a quien se ponga por delante, incluidos los periodistas que le siguen aunque le parezca poco, a que alguno le diga si tiene la más mínima duda de que él va a ser el próximo presidente madrileño ¿De verdad quiere la respuesta?
Germán Temprano es escritor y periodista
Blog: JAULA DE GRILLOS