26 de julio de 2010, 6:27
NUEVATRIBUNA.ES - 18.7.2010
...Simplemente es el precio de tener que soportar sobre sus hombros el peso de esa Historia con mayúsculas que nunca espera a los turnos de réplica. Cuando muchos ciudadanos aplican las prisas a meter la sombrilla en el maletero para no pillar atasco, él, en la soledad de su despacho, hace lo propio pero para adelantar trabajo por el bien de los españoles. Quienes alguna vez, de manera maligna y torticera, hemos insinuado su renuencia al esfuerzo continuado debemos hoy flagelarnos con la tozudez de realidad. No es que trabaje poco. Simplemente es que lo hace cuando nadie le ve y en las fechas más inoportunas. Más o menos como si en la mercería faltaras justo el día que toca inventario. Con la diferencia de que a él no le despiden y, lejos de ello, encima pide que despidan a los demás.
Y mira que este absentismo institucional le irritaba sobremanera allá por el año 2008. Y qué decir de cómo se puso Soraya que a punto estuvo de enfundarse el kimono de karate para poner orden en su grupo. Por aquel entonces, la portavoz del Partido Popular legó a la posteridad, ante la ausencia de uno de sus diputados en una sesión de control, ese ‘quien no quiera ir que renuncie al escaño’ del que ahora no debe acordarse acaso porque, pese a su juventud, la memoria flaquea con los años sobre todo cuando haces lo posible por volver a repetir en las listas. Y qué decir del legendario escaqueo de don Jaime Mayor Oreja allá por 2002 que permitió a Ibarretxe sacar adelante los Presupuestos del año siguiente a pesar de no estar en mayoría. Don Carlos, cabizbajo y meditabundo, pidió perdón por llegar tarde a todos aquellos a quienes hubiera defraudado por ello. Claro que con la talla política del personaje eso fue lo de menos hasta el punto que hubo más agradecimientos que pesares.
No cree uno que asistir a dos sesiones seguidas al Congreso de los Diputados deslome lo mismo que picar zanjas en Écija con estos calores aunque, bien es cierto, que queda la duda de conocer si el desgaste intelectual que supone arengar durante más de una hora para decir lo de siempre y no proponer nada es equiparable a esos excesos físicos de la clase obrera. De todos modos, la revelación sobre el paradero del líder de la oposición mientras los grupos residuales daban su opinión y sus alternativas, me refiero a ese enigmático ‘está adelantando trabajo’, invita a una reflexión que, por su enjundia, acaso sea impropia de estas fechas veraniegas mas no por ello menos importante.
Exactamente ¿en qué trabaja Mariano? Si no hay propuestas económicas, laborales ni fiscales, si hay corruptelas en su partido y él se remite al pulpo Paul para que se pronuncie, si hay sentencia del Estatut y en vez de darte una valoración te facilita la receta del salmorejo… ¿A qué se dedica? ¿Y cómo es él? ¿A qué dedica el tiempo libre? Debe ser, por buscar alguna coartada, que con tanto escudriñar en la hemeroteca para sonrojar a Zapatero ni siquiera le queda un rato para estos menesteres tan engorrosos de dar aunque sea una sola idea por cada docena de insultos. Casi mejor pensar eso y que, por tanto, es una persona concienzuda que acabada la Legislatura nos dará encuadernadas todas las opiniones que se ha ahorrado durante estos años que colegir que se sube al púlpito del Parlamento sólo porque está la tele para testimoniar que toda solución pasa por convocar elecciones generales. Y si no es así nos vamos. Dicho y hecho.
Germán Temprano es escritor y periodista
Blog: JAULA DE GRILLOS
...Simplemente es el precio de tener que soportar sobre sus hombros el peso de esa Historia con mayúsculas que nunca espera a los turnos de réplica. Cuando muchos ciudadanos aplican las prisas a meter la sombrilla en el maletero para no pillar atasco, él, en la soledad de su despacho, hace lo propio pero para adelantar trabajo por el bien de los españoles. Quienes alguna vez, de manera maligna y torticera, hemos insinuado su renuencia al esfuerzo continuado debemos hoy flagelarnos con la tozudez de realidad. No es que trabaje poco. Simplemente es que lo hace cuando nadie le ve y en las fechas más inoportunas. Más o menos como si en la mercería faltaras justo el día que toca inventario. Con la diferencia de que a él no le despiden y, lejos de ello, encima pide que despidan a los demás.
Y mira que este absentismo institucional le irritaba sobremanera allá por el año 2008. Y qué decir de cómo se puso Soraya que a punto estuvo de enfundarse el kimono de karate para poner orden en su grupo. Por aquel entonces, la portavoz del Partido Popular legó a la posteridad, ante la ausencia de uno de sus diputados en una sesión de control, ese ‘quien no quiera ir que renuncie al escaño’ del que ahora no debe acordarse acaso porque, pese a su juventud, la memoria flaquea con los años sobre todo cuando haces lo posible por volver a repetir en las listas. Y qué decir del legendario escaqueo de don Jaime Mayor Oreja allá por 2002 que permitió a Ibarretxe sacar adelante los Presupuestos del año siguiente a pesar de no estar en mayoría. Don Carlos, cabizbajo y meditabundo, pidió perdón por llegar tarde a todos aquellos a quienes hubiera defraudado por ello. Claro que con la talla política del personaje eso fue lo de menos hasta el punto que hubo más agradecimientos que pesares.
No cree uno que asistir a dos sesiones seguidas al Congreso de los Diputados deslome lo mismo que picar zanjas en Écija con estos calores aunque, bien es cierto, que queda la duda de conocer si el desgaste intelectual que supone arengar durante más de una hora para decir lo de siempre y no proponer nada es equiparable a esos excesos físicos de la clase obrera. De todos modos, la revelación sobre el paradero del líder de la oposición mientras los grupos residuales daban su opinión y sus alternativas, me refiero a ese enigmático ‘está adelantando trabajo’, invita a una reflexión que, por su enjundia, acaso sea impropia de estas fechas veraniegas mas no por ello menos importante.
Exactamente ¿en qué trabaja Mariano? Si no hay propuestas económicas, laborales ni fiscales, si hay corruptelas en su partido y él se remite al pulpo Paul para que se pronuncie, si hay sentencia del Estatut y en vez de darte una valoración te facilita la receta del salmorejo… ¿A qué se dedica? ¿Y cómo es él? ¿A qué dedica el tiempo libre? Debe ser, por buscar alguna coartada, que con tanto escudriñar en la hemeroteca para sonrojar a Zapatero ni siquiera le queda un rato para estos menesteres tan engorrosos de dar aunque sea una sola idea por cada docena de insultos. Casi mejor pensar eso y que, por tanto, es una persona concienzuda que acabada la Legislatura nos dará encuadernadas todas las opiniones que se ha ahorrado durante estos años que colegir que se sube al púlpito del Parlamento sólo porque está la tele para testimoniar que toda solución pasa por convocar elecciones generales. Y si no es así nos vamos. Dicho y hecho.
Germán Temprano es escritor y periodista
Blog: JAULA DE GRILLOS