7 de octubre de 2010, 15:35
NUEVATRIBUNA.ES - 4.3.2010
...con esa llamada a un “todos”, que apela a la idea de “solidaridad” y, soportada por personajes públicos, preferentemente del mundo del deporte y de la comunicación, cuyas características comunes son: caer bien y representar el esfuerzo personal como la mejor solución para el éxito profesional.
Ha resultado que detrás de tanta buena intención se esconden mensajes equívocos que pueden utilizarse de manera perversa, la propuesta del contrato joven de CEOE, es una buena prueba de ello.
Efectivamente, esta apelación a un “entre todos” indeterminado, tiene su precedente en los recientes y reiterados mensajes, “arrimar el hombro” o “remar todos”, que inducen a pensar, que es a todos y cada uno de nosotros y, en la misma proporción, a quienes corresponde poner los medios para salir de la crisis. Es decir todos somos igual de responsables de la solución
Este mensaje encierra dos peligros. Elimina de un plumazo la idea de existencia de enormes desigualdades, no parece que todos estemos en igualdad de condiciones para aportar las soluciones necesarias de salida de la crisis. En segundo lugar, con tanta insistencia en la responsabilidad de todos para salir de la crisis, vamos a acabar sintiéndonos también responsables de las causas que la originaron. Volveremos sobre esta idea que empieza a tomar cuerpo.
Superado el impacto inicial de este “solo entre todos”, quien mas quien menos se preguntaba, bueno y que pueden hacer los 4.000.000 de parados y, el 35% de los jóvenes en paro que buscan su primer empleo, al menos estos tendrán menos responsabilidad.
La CEOE se ha apresurado a demostrar que todos pueden ayudar. Los jóvenes, por ejemplo, pueden trabajar cobrando un salario menor al Salario Mínimo Interprofesional, sin indemnización por despido, sin derecho al seguro de desempleo, sin cotizar o cotizando muy poco a la Seguridad Social, sin protección jurídica y todo ello hasta la temprana edad de los 30 años.
Para ser “entre todos”, no parece que a los jóvenes les haya tocado poco.
De seguir así, la campaña se agotará cuando la CEOE proponga que parte del “entre todos” les corresponda a los parados, dejando así al resto: banqueros, accionistas, propietarios, brokers, gente guapa, etc, etc, sin poder aportar nada, quedando excluidos del paraíso de la solidaridad, una verdadera lastima.
Como hemos señalado, empieza ha instalarse con fuerza la idea de la corresponsabilidad global e indeterminada del origen de la crisis.
Que ha sido del tiempo en el que se identificaba a los responsables de la crisis con nombres y apellidos. Cuesta recordar a los Norman Sachs, Lehman Brothers, AIG, Northern Rock, UBS, Martinsa Fadesa, los 187 bancos de los EEUU que han quebrado, o los mas de 300 que han necesitado ayudas públicas.
Ciertamente fue un tiempo corto, se tardó poco en inaugurar el periodo ya conocido de la naturalización de la crisis. Un tsunami financiero había causado una gravísima enfermedad al sistema, que requería de inyecciones de liquidez para conseguir la aparición de nuevos brotes verdes. Nada distinto secuencialmente a lo sucedido en Haití y mas recientemente en Chile, como consecuencia de sendos terremotos devastadores.
La comparación adquiere todo su sentido si tenemos en cuenta que los avances técnicos permiten preveer buena parte de las catástrofes naturales, ciclones, tifones, ciclo génesis explosivas, tormentas perfectas y, tomar medidas para paliar sus consecuencias con la única excepción de los terremotos, que hasta la fecha, se sabe que van a suceder, pero el margen de error es de alrededor de 30 años.
Justo lo que parece que va a volver a suceder con el sistema financiero, todo el mundo sabe que va o volver a explotar pero nadie se atreve a tomar las medidas preventivas para que no ocurra, hablando en plata, todos han olvidado la necesidad de regularlo.
Por tanto Sra Pajin y, distintos portavoces de la tarea gubernamental, un poquito de cuidado, en el intento de aislar al adversario político, puede que no les viniera mal, volver a ver Ben Hur y, estar muy atentos a la escena de los que reman en la galera, porque indudablemente allí no reman todos.
Pedro Reyes Díez - Coordinador de Actividades FSE.
...con esa llamada a un “todos”, que apela a la idea de “solidaridad” y, soportada por personajes públicos, preferentemente del mundo del deporte y de la comunicación, cuyas características comunes son: caer bien y representar el esfuerzo personal como la mejor solución para el éxito profesional.
Ha resultado que detrás de tanta buena intención se esconden mensajes equívocos que pueden utilizarse de manera perversa, la propuesta del contrato joven de CEOE, es una buena prueba de ello.
Efectivamente, esta apelación a un “entre todos” indeterminado, tiene su precedente en los recientes y reiterados mensajes, “arrimar el hombro” o “remar todos”, que inducen a pensar, que es a todos y cada uno de nosotros y, en la misma proporción, a quienes corresponde poner los medios para salir de la crisis. Es decir todos somos igual de responsables de la solución
Este mensaje encierra dos peligros. Elimina de un plumazo la idea de existencia de enormes desigualdades, no parece que todos estemos en igualdad de condiciones para aportar las soluciones necesarias de salida de la crisis. En segundo lugar, con tanta insistencia en la responsabilidad de todos para salir de la crisis, vamos a acabar sintiéndonos también responsables de las causas que la originaron. Volveremos sobre esta idea que empieza a tomar cuerpo.
Superado el impacto inicial de este “solo entre todos”, quien mas quien menos se preguntaba, bueno y que pueden hacer los 4.000.000 de parados y, el 35% de los jóvenes en paro que buscan su primer empleo, al menos estos tendrán menos responsabilidad.
La CEOE se ha apresurado a demostrar que todos pueden ayudar. Los jóvenes, por ejemplo, pueden trabajar cobrando un salario menor al Salario Mínimo Interprofesional, sin indemnización por despido, sin derecho al seguro de desempleo, sin cotizar o cotizando muy poco a la Seguridad Social, sin protección jurídica y todo ello hasta la temprana edad de los 30 años.
Para ser “entre todos”, no parece que a los jóvenes les haya tocado poco.
De seguir así, la campaña se agotará cuando la CEOE proponga que parte del “entre todos” les corresponda a los parados, dejando así al resto: banqueros, accionistas, propietarios, brokers, gente guapa, etc, etc, sin poder aportar nada, quedando excluidos del paraíso de la solidaridad, una verdadera lastima.
Como hemos señalado, empieza ha instalarse con fuerza la idea de la corresponsabilidad global e indeterminada del origen de la crisis.
Que ha sido del tiempo en el que se identificaba a los responsables de la crisis con nombres y apellidos. Cuesta recordar a los Norman Sachs, Lehman Brothers, AIG, Northern Rock, UBS, Martinsa Fadesa, los 187 bancos de los EEUU que han quebrado, o los mas de 300 que han necesitado ayudas públicas.
Ciertamente fue un tiempo corto, se tardó poco en inaugurar el periodo ya conocido de la naturalización de la crisis. Un tsunami financiero había causado una gravísima enfermedad al sistema, que requería de inyecciones de liquidez para conseguir la aparición de nuevos brotes verdes. Nada distinto secuencialmente a lo sucedido en Haití y mas recientemente en Chile, como consecuencia de sendos terremotos devastadores.
La comparación adquiere todo su sentido si tenemos en cuenta que los avances técnicos permiten preveer buena parte de las catástrofes naturales, ciclones, tifones, ciclo génesis explosivas, tormentas perfectas y, tomar medidas para paliar sus consecuencias con la única excepción de los terremotos, que hasta la fecha, se sabe que van a suceder, pero el margen de error es de alrededor de 30 años.
Justo lo que parece que va a volver a suceder con el sistema financiero, todo el mundo sabe que va o volver a explotar pero nadie se atreve a tomar las medidas preventivas para que no ocurra, hablando en plata, todos han olvidado la necesidad de regularlo.
Por tanto Sra Pajin y, distintos portavoces de la tarea gubernamental, un poquito de cuidado, en el intento de aislar al adversario político, puede que no les viniera mal, volver a ver Ben Hur y, estar muy atentos a la escena de los que reman en la galera, porque indudablemente allí no reman todos.
Pedro Reyes Díez - Coordinador de Actividades FSE.