3 de octubre de 2010, 14:20
NUEVATRIBUNA.ES - 11.2.2010
Han pasado casi dos meses desde la impresionante Manifestación de trabajadores y trabajadoras de toda España que recorrió las calles de Madrid el pasado 12 de Diciembre. Y hoy, con urgencia, con apremio de tiempo, en tan sólo 48 horas, el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO de Madrid se ha llenado y desbordado con cerca de 2000 delegados y delegadas sindicales madrileños, convocados ante la preocupante situación creada por el Gobierno de la Nación, aprobando en el Consejo de Ministros del viernes pasado, un recorte de 50.000 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado hasta 2013 y la iniciativa de Reforma del Sistema de Pensiones, incorporando propuestas estrella, como la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años.
El viernes día 5, el Consejo de Ministros aprobará, previsiblemente, un paquete de medidas que afectan al mercado laboral. Medidas cargadas de malos augurios, que, de confirmarse, traerían consigo mayor precarización del mercado laboral.
Viendo el Auditorio Marcelino Camacho, rebosante de trabajadores y trabajadoras, como sólo ocurre en grandes ocasiones, como la convocatoria de una Huelga General, es evidente la preocupación con la que los trabajadores y trabajadoras hemos recibido las propuestas del Gobierno.
Viendo desbordado este Auditorio, donde recientemente conmemorábamos el 33 Aniversario del atentado terrorista que acabó con la vida de cinco sindicalistas, abogados, en el despacho laboralista de la calle Atocha, 55, recuerdo el día en el que Zapatero recibió a la Fundación Abogados de Atocha en el Palacio de la Moncloa. Era la primera vez que se producía un reconocimiento a la Memoria de los Abogados de Atocha, recibiendo a la Fundación que lleva su nombre, por parte de un Presidente del Gobierno.
En aquella ocasión, eran tiempos de bonanza económica, el Presidente nos enseñó el Palacio de la Moncloa y nos llevó a la Sala de reuniones del Consejo de Ministros. Allí, nos trasladó la sensación de responsabilidad y de poder real que embarga en esa sala, por la repercusión de las decisiones que allí se toman.
Si atendemos a las medidas propuestas en los últimos días, desgraciadamente, parece que esa sensación se ha convertido en pánico escénico, miedo al futuro, temor. No sé si la presidencia de la Unión Europea, asistir al Foro de Davos, comprobar los malos datos e indicadores económicos, o rezar en el desayuno de oración, en los Estados Unidos, tienen efectos nocivos sobre la responsabilidad de Gobierno, pero lo cierto es que el Gobierno parece haber dado un giro y emprendido una senda que transita por parajes desérticos para la clase trabajadora, sembrados de recortes de derechos laborales y sociales.
La sensación de Zapatero en la Sala del Consejo de Ministros, tiene paralelismo con la que yo siento en el Auditorio Marcelino Camacho, porque aquí está la responsabilidad y el poder de los trabajadores y trabajadoras. Aquí se han anunciado, explicado y aprobado todas las grandes decisiones que han afectado a los trabajadores españoles a lo largo de las últimas décadas.
Decisiones en ocasiones muy duras, con responsabilidad y firmeza, con dolor, pero nunca con pánico escénico. Decían los hedonistas seguidores de Epicuro, Actúa siempre como si te viera Epicuro. En cuanto hacemos y decidimos, procuramos actuar como si nos vieran los de Atocha. Es la mejor manera de no equivocarse defendiendo a los trabajadores.
Nos movilizamos el 12-D, por 12 motivos, que tienen plena vigencia en el centro de la dureza de la crisis. Podríamos resumirlos diciendo que es necesario invertir en salvar empresa y empleo, que es necesario invertir en recuperación de actividad económica, que hay que recrear un sistema económico más sólido e innovador y menos especulativo. Que hay que apostar por las personas, fortalecer la protección por desempleo. Reforzar los Servicios Públicos garantes de la igualdad y la cohesión de toda sociedad moderna. La educación, la Sanidad, la atención a la dependencia.
Es el momoento de revisar nuestro sistema fiscal para asegurar los recursos necesarios para acometer estos retos, acabando con una injusta situación que hace que seamos los trabajadores como ejemplo los que aportamos el 90 por ciento de la recaudación por IRPF.
Es el momento de reordenar el sistema financiero para que dedique sus esfuerzos a facilitar el acceso a la financiación de familias y empresas, cuando realmente más lo necesitamos.
La Asamblea que hemos celebrado ha servido para situar a los trabajadores madrileños ante la dimensión de la agresión que supondría aprobar medidas como las planteadas sobre ampliación de la edad de jubilación a los 67 años o la esbozada, de ampliar el periodo de cálculo de la pensión.
De otra parte supone un toque muy serio de atención al Gobierno: No toleraremos agresiones contra los trabajadores. Ni laborales, ni sociales. Un mensaje claro a los empresarios: No saldremos de la crisis por la vía de reformas que recorten derechos.
Por último un posicionamiento claro ante la sociedad. Vamos a defender hasta el final una salida justa a la crisis económica. Los trabajadores vamos a luchar por salir de esta crisis desde la negociación y el diálogo. Vamos a construir el futuro y lo queremos hacer con toda la sociedad, fuerzas políticas y sociales, pero el valor del trabajo debe ser una prioridad. Sin nosotros, sin miles de trabajadores y trabajadoras, es muy difícil. Contra nosotros, imposible.
Francisco Javier López Martín - Secretario General CCOO de Madrid.
Han pasado casi dos meses desde la impresionante Manifestación de trabajadores y trabajadoras de toda España que recorrió las calles de Madrid el pasado 12 de Diciembre. Y hoy, con urgencia, con apremio de tiempo, en tan sólo 48 horas, el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO de Madrid se ha llenado y desbordado con cerca de 2000 delegados y delegadas sindicales madrileños, convocados ante la preocupante situación creada por el Gobierno de la Nación, aprobando en el Consejo de Ministros del viernes pasado, un recorte de 50.000 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado hasta 2013 y la iniciativa de Reforma del Sistema de Pensiones, incorporando propuestas estrella, como la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años.
El viernes día 5, el Consejo de Ministros aprobará, previsiblemente, un paquete de medidas que afectan al mercado laboral. Medidas cargadas de malos augurios, que, de confirmarse, traerían consigo mayor precarización del mercado laboral.
Viendo el Auditorio Marcelino Camacho, rebosante de trabajadores y trabajadoras, como sólo ocurre en grandes ocasiones, como la convocatoria de una Huelga General, es evidente la preocupación con la que los trabajadores y trabajadoras hemos recibido las propuestas del Gobierno.
Viendo desbordado este Auditorio, donde recientemente conmemorábamos el 33 Aniversario del atentado terrorista que acabó con la vida de cinco sindicalistas, abogados, en el despacho laboralista de la calle Atocha, 55, recuerdo el día en el que Zapatero recibió a la Fundación Abogados de Atocha en el Palacio de la Moncloa. Era la primera vez que se producía un reconocimiento a la Memoria de los Abogados de Atocha, recibiendo a la Fundación que lleva su nombre, por parte de un Presidente del Gobierno.
En aquella ocasión, eran tiempos de bonanza económica, el Presidente nos enseñó el Palacio de la Moncloa y nos llevó a la Sala de reuniones del Consejo de Ministros. Allí, nos trasladó la sensación de responsabilidad y de poder real que embarga en esa sala, por la repercusión de las decisiones que allí se toman.
Si atendemos a las medidas propuestas en los últimos días, desgraciadamente, parece que esa sensación se ha convertido en pánico escénico, miedo al futuro, temor. No sé si la presidencia de la Unión Europea, asistir al Foro de Davos, comprobar los malos datos e indicadores económicos, o rezar en el desayuno de oración, en los Estados Unidos, tienen efectos nocivos sobre la responsabilidad de Gobierno, pero lo cierto es que el Gobierno parece haber dado un giro y emprendido una senda que transita por parajes desérticos para la clase trabajadora, sembrados de recortes de derechos laborales y sociales.
La sensación de Zapatero en la Sala del Consejo de Ministros, tiene paralelismo con la que yo siento en el Auditorio Marcelino Camacho, porque aquí está la responsabilidad y el poder de los trabajadores y trabajadoras. Aquí se han anunciado, explicado y aprobado todas las grandes decisiones que han afectado a los trabajadores españoles a lo largo de las últimas décadas.
Decisiones en ocasiones muy duras, con responsabilidad y firmeza, con dolor, pero nunca con pánico escénico. Decían los hedonistas seguidores de Epicuro, Actúa siempre como si te viera Epicuro. En cuanto hacemos y decidimos, procuramos actuar como si nos vieran los de Atocha. Es la mejor manera de no equivocarse defendiendo a los trabajadores.
Nos movilizamos el 12-D, por 12 motivos, que tienen plena vigencia en el centro de la dureza de la crisis. Podríamos resumirlos diciendo que es necesario invertir en salvar empresa y empleo, que es necesario invertir en recuperación de actividad económica, que hay que recrear un sistema económico más sólido e innovador y menos especulativo. Que hay que apostar por las personas, fortalecer la protección por desempleo. Reforzar los Servicios Públicos garantes de la igualdad y la cohesión de toda sociedad moderna. La educación, la Sanidad, la atención a la dependencia.
Es el momoento de revisar nuestro sistema fiscal para asegurar los recursos necesarios para acometer estos retos, acabando con una injusta situación que hace que seamos los trabajadores como ejemplo los que aportamos el 90 por ciento de la recaudación por IRPF.
Es el momento de reordenar el sistema financiero para que dedique sus esfuerzos a facilitar el acceso a la financiación de familias y empresas, cuando realmente más lo necesitamos.
La Asamblea que hemos celebrado ha servido para situar a los trabajadores madrileños ante la dimensión de la agresión que supondría aprobar medidas como las planteadas sobre ampliación de la edad de jubilación a los 67 años o la esbozada, de ampliar el periodo de cálculo de la pensión.
De otra parte supone un toque muy serio de atención al Gobierno: No toleraremos agresiones contra los trabajadores. Ni laborales, ni sociales. Un mensaje claro a los empresarios: No saldremos de la crisis por la vía de reformas que recorten derechos.
Por último un posicionamiento claro ante la sociedad. Vamos a defender hasta el final una salida justa a la crisis económica. Los trabajadores vamos a luchar por salir de esta crisis desde la negociación y el diálogo. Vamos a construir el futuro y lo queremos hacer con toda la sociedad, fuerzas políticas y sociales, pero el valor del trabajo debe ser una prioridad. Sin nosotros, sin miles de trabajadores y trabajadoras, es muy difícil. Contra nosotros, imposible.
Francisco Javier López Martín - Secretario General CCOO de Madrid.