viernes. 29.03.2024
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No existe cierta paz sin la armonía de las diferencias; no existe eliminación sino convivencia tras el conflicto” Javier Alés


Son muchas las profesiones que trabajan en post de la paz y entre ella la mía, la mediación profesional. Por eso cada vez que mediamos, intentamos poner paz ante un conflicto que nos relatan en cada sesión. Por eso podemos decir sin temor a equivocarnos que la paz es un gran valor que para el ser humano debe consistir en la capacidad de vivir en calma, con una sana relación de convivencia social y bienestar. Pero en lo que más nos interesa en el ver la paz desde la mejor forma de manejar los conflictos que nos surgen en nuestra vida, porque no podemos esperar a que los demás generen la paz, sino que debemos ser nosotros, los que vivimos en situación de conflictos los que tenemos que empezar a generarla y buscarla, esa es la misión del mediador: devolverles a las partes su capacidad para generarla.

Si buscamos el término paz, siempre es referida a la ausencia de guerra; todo aquello centrado en los conflictos violentos entre Estados y Países. Es decir, conflictos armados (también hace referencia a ello el Objetivo 16 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas: reducir todas las formas de violencia y promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible) y por eso en el ámbito del Derecho Internacional, cuando hablamos de paz, nos referimos a la búsqueda de un tratado o convenio entre las partes “para poner fin a la guerra”.

Para nosotros, mediadores, ese convenio o pacto, es el llamado “acuerdo final”. Pero nuestra búsqueda de la paz, comienza en las propias personas enfrentadas; solo desde una paz interior, se puede buscar un acuerdo inter-partes. Por eso buscar la paz, aunque sea imperfecta, porque no evita el conflicto, produce serenidad y respeto, valores muy cotizados ante el conflicto.

El “acuerdo o pacto” que la propia palabra da su significado desde el latín “pax, pacis”, requiere de serenidad, calma, solidaridad, tolerancia y respeto a la opinión de los demás, aunque no las compartas y sobre todo, aceptar las diferencias. 

La palabra; la relación; el camino; el respeto; el medio a seguir; el entorno; la coexistencia pacífica; cambiar el yo por el nosotros; creer que es posible… la mediación querid@

Estudios e investigaciones realizadas por algunos autores nos muestra la paz como   el bien más querido, deseado y buscado por el ser humano, ya que representa el bienestar personal y del grupo o sociedad.  

Pero ¿Cuál es el verdadero valor de buscar la paz?

Cuando nos referimos a que mediante la mediación también buscamos la paz entre las partes, lo hacemos desde la convicción de que el ser humano y por tanto nuestros clientes, tienen plena capacidad para alcanzar una sensación de tranquilidad y aceptación de lo ocurrido, que le permite tomar decisiones de futuro, para permitir la armonía de las diferencias con el otro.  Ello solo se consigue si aprenden a lidiar con los sentimientos negativos o conflictos y conseguir una toma de decisiones para acabar con sus efectos, de forma libre.

Pero analicemos el concepto de paz según distintos autores

Varios autores y personalidades sociales y políticas dieron sus ideas sobre el concepto de paz. Algunas de las más representativas son:

  • Kant – filósofo alemán. “La paz no es un estado natural en el que los hombres viven unidos. El estado natural es más bien el de la guerra, uno en el que, si bien las hostilidades no se han declarado, existe un riesgo constante de que estallen. No alcanza con evitar el inicio de las hostilidades para asegurar la paz. Por esto, la paz es algo que debe ser implantado”.
  • Buda - sabio en cuyas enseñanzas se fundó el budismo. “Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz” 
  • Johan Galtung – sociólogo noruego. “La ‘paz positiva’ es la generación de una relación armoniosa y ella se consigue cuando dos o más entidades en conflicto emprenden proyectos juntos y los beneficios que genera ese proyecto son repartidos equitativamente. No iguales matemáticamente, pero es importante que no haya desigualdades flagrantes entre las partes”.
  • Gandhi – abogado y político indio. “No hay camino hacia la paz, la paz es el camino”.
  • Jimi Hendrix – Cantante. “Cuando el poder del amor sobrepase el amor al poder, el mundo conocerá la paz”.
  • Martin Luther King – activista estadounidense. “Paz no es solo una meta distante que buscamos, sino un medio por el cual llegamos a esa meta”.
  • Nelson Mandela – abogado y político sudafricano. “La paz no es simplemente la ausencia de conflicto; la paz es la creación de un entorno en el que todos podemos prosperar”.
  • Dominique Pire – Sacerdote, premio nobel de la paz. “Existe una tentación extremadamente sutil y peligrosa de confundir la paz con la simple ausencia de guerra, como estar tentados de confundir la salud con la ausencia de enfermedad, o la libertad con el no estar preso. La terminología es a veces engañosa. Por ejemplo, la expresión "coexistencia pacífica" significa ausencia de guerra y no verdadera paz”
  • Madre Teresa de Calcuta – monja india. “La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias”.
  • Eleanor Roosevelt – escritora y activista estadounidense. “No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”.

Diez autores, diez ideas y todas ellas con pensamientos que utilizamos los mediadores:

La palabra; la relación; el camino; el respeto; el medio a seguir; el entorno; la coexistencia pacífica; cambiar el yo por el nosotros; creer que es posible…la mediación querido amigo/ lector/a.

Conseguir ese equilibrio y el respeto, del que ya hablé en otro post reciente, nos lleva a la “paz social” que buscamos con nuestro trabajo como mediador, que permitan la convivencia de las imperfecciones, porque las relaciones entre las personas no siempre son fáciles. La realidad está hecha de luces y de sombras, de tranquilidad y de conflicto, de acuerdos y desacuerdos, de entendimiento e incomprensión.  Y nunca debemos olvidar lo que a mi me gusta llamar “la paz imperfecta”, como aquella que nos lleva a llegar a un acuerdo al que estamos obligados a entendernos, aunque no le guste en su totalidad a ninguna de las partes.

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La paz imperfecta