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@joharigautier |
Del creciente protagonismo de las compañías chinas en el sector de las tecnologías móviles y de la telefonía en general ya tenemos registros desde hace algo más de una década en el salón del Mobile World Congress en Barcelona, una cita que ha vuelto a revalidar su peso internacional tras los achaques de la pandemia.
Las empresas del gigante asiático han ido, año tras año, consolidando su presencia en los pabellones de mayor importancia con stands cada vez más extensos, más luminosos y complejos, diseños más elaborados y exigentes, conceptos y detalles exclusivos, que han reforzado su imagen de líderes regionales e internacionales.
Las pantallas LED gigantescas conviven con automóviles de última generación, avionetas o drones, instalaciones de Realidad Virtual, y otras numerosas atracciones conectadas al mágico mundo de la red con el fin de recrear un mundo siempre más interactivo, más cercano y animado. El futuro se revela en estos espacios como una obra en construcción, ya palpable, inminente o incluso ya abierto a mejorías, y esto nos habla de la filosofía de mejora continua que impera en estas compañías. El conocimiento crece y se moldea constantemente, a una velocidad que supera todo entendimiento.
Huawei, Honor, ZTE, Xiaomi, China Mobile, entre muchas otras compañías, han convertido esta cita anual en una vitrina asombrosa de la influencia que han acumulado en los últimos años. Pasearse por los pabellones más relevantes de este microcosmos tecnológico nos ayuda a entender claramente cuáles son las leyes gravitatorias de esta galaxia tecnológica, las estrellas, los planetas y satélites que le dan forma, las aspiraciones de los grandes protagonistas en este sector estratégico para el crecimiento actual de las naciones.
Honor se impone como uno de los grandes astros de los últimos años, ZTE como un fabricante deslumbrante. Xiaomi una marca increíblemente llamativa y sugerente, y Huawei es, hoy en día, la referencia absoluta del renacer chino, una empresa que aspira a ser fuente de tendencias globales y emociones universales, una plataforma tan potente que aspira a dominar el 5G así como la Inteligencia Artificial y el segmento de los productos de lujo. Su stand lo demuestra, pero también la actitud con la cual enfrenta este evento.
La foto que ilustra este reportaje fue tomada el primer día del inicio del salón, el 26 de febrero del 2024, pocos minutos antes de que el Mobile World Congress abriera oficialmente sus puertas. Lo que pudimos percibir en ese instante es toda la concentración y disciplina enfocada en una meta: la de exponer y ensalzar la excelencia de una empresa.
La escena se dio cuando apenas los expositores se ponían en acción, cuando la mayoría se preocupaban todavía por los detalles técnicos de su stand, la correcta adecuación de unos aparatos en una estantería o el funcionamiento de la máquina de café. Y por eso la imagen es tan elocuente. En ella se ve el momento en que una coordinadora china mantiene un discurso con sus subordinadas, intenso, motivador y sereno, de cinco a diez minutos. Ellas, mujeres convertidas en azafatas de un vuelo de gran importancia, inmóviles e imperturbables, escuchan la perorata con total serenidad, antes de celebrar brevemente el inicio del evento y tomar su puesto obedientemente. La escenificación nos remite a los preparativos de un ejército listo para una intervención, pero aquí de manera discreta, sin aspavientos o exuberancias, sin afanes de ofender o provocar.
La compañía que fue incluida en una lista negra de Estados Unidos en 2024, y restringida como consecuencia en plataformas tan notorias como Google Play, no ha cedido un milímetro de su trascendencia nacional e internacional. Convertida en un buque insignia del orgullo y vanguardismo chino, Hawei puede jactarse hoy de estar entre las 10 marcas más valiosas del mundo (según el informe GloBal 500 elaborado por la consultora Brand Finance) y, paralelamente, como reflejo de su innegable fortalecimiento, ha expandido su superficie en el pabellón 1 del recinto ferial de Barcelona, ocupando un 80% que, tarde o temprano, se extenderá a la totalidad. Es una evidencia que nadie discute.
De esta forma se expone el liderazgo chino en uno de los salones de telefonía más importantes del mundo: con quietud y disciplina, elegancia y brillantez, extrema determinación, infinita seguridad y un claro pragmatismo. La receta del éxito parece fácil, pero es, en realidad, el fruto de una maduración de muchos años y el resplandor de una cultura milenaria que vuelve a confiar plenamente en su poderío. El presente es irremediablemente chino.
