martes. 30.04.2024
Ignacio Ellacuría Beascoechea (Portugalete, 9 de noviembre de 1930 - San Salvador, 16 de noviembre de 1989), filósofo, escritor y teólogo español, naturalizado salvadoreño, asesinado por militares salvadoreños
Ignacio Ellacuría Beascoechea (Portugalete, 9 de noviembre de 1930 - San Salvador, 16 de noviembre de 1989), filósofo, escritor y teólogo español, naturalizado salvadoreño, asesinado por militares salvadoreños

La posible canonización de Ignacio Ellacuría, junto con los otros curas jesuitas, es calificada por muchos como "una buena noticia". A mi parecer, esto es algo desafortunado, aunque no me sorprende en absoluto. La Iglesia Católica, incluso en la tumba, se venga de los espíritus excelentes. Pero lo más lamentable es la actitud de la gente de nuestro país. Un gran número de salvadoreños se regocijó con la canonización de Monseñor Romero. Hoy también, la mayoría mira con buenos ojos la canonización de estos mártires. Sin embargo, pensar que el acto de canonizar a Ellacuría es un modo de rendirle honor es una tontería monumental. Una sociedad reactiva se alegra con pequeñas cosas.

Nada es más hipócrita ni más enemigo de la vida que un santo. En mi caso, preferiría ser un "Cepitillo" eternamente antes que convertirme en santo. Sería más preferible estar rodeado por la "Siguanaba" y el "Padre Sin Cabeza" que en compañía de un santo. A la par de un santo, yo me muero del asco y la náusea. Ellacuría pudo haber tenido muchas virtudes, pero poseer la esencia de un santo jamás fue su defecto. Su temperamento difiere por completo de la actitud hipócrita y sumisa de los santos. Pongámonos serios: Una sociedad que celebra tener santos merece toda suerte de compasión. En lugar de regocijarse, los individuos salvadoreños deberían ruborizarse como los tomates de la ira ante esta desafortunada noticia. La santidad representa el signo más elevado de la locura cristiana.

Ellacuría pudo haber tenido muchas virtudes, pero poseer la esencia de un santo jamás fue su defecto. Su temperamento difiere por completo de la actitud hipócrita y sumisa de los santos

Es más sencillo erigir una estatua de Ellacuría que emular su legado de vida activa. Los individuos reactivos disfrutan escuchando biografías de espíritus temerarios, pero no desean enfrentar obstáculos que desafíen su vida cómoda y mediocre. Es muy posible que las estatuas que se erijan en la actualidad sean las mismas que aplasten a las futuras generaciones del país. Debemos mantenernos alerta y evitar acercarnos demasiado a ellas, a menos que estemos dispuestos a llevar el mazo para derribarlas.

Ellacuría tuvo un papel fundamental en la promoción de la educación superior y el acceso a una educación de calidad para los sectores desfavorecidos de la sociedad salvadoreña

Estoy de acuerdo en que estos curas jesuitas desempeñaron un papel determinante en la historia de nuestro país, realizando acciones encomiables. Entre ellas, promovieron la justicia social, los derechos humanos y la defensa de los más vulnerables. Ellacuría tuvo un papel fundamental en la promoción de la educación superior y el acceso a una educación de calidad para los sectores desfavorecidos de la sociedad salvadoreña. Este hombre fue un apasionado defensor de los derechos humanos, denunciando abusos y violaciones de los mismos por parte del gobierno y las fuerzas armadas durante el conflicto armado en El Salvador. Siempre buscó promover el diálogo y la resolución pacífica de conflictos en una época de intensa polarización política y violencia que se vivía en aquel entonces. También introdujeron aspectos menos deseables, como la teología, aunque es otro asunto que no abordaré aquí. Pero ¿por qué echar estiércol y empañar todo lo positivo que realizó al canonizarlo? Tal como yo lo veo, en lugar de celebrar mártires, ya es hora de honrar héroes. Un héroe vale más que mil mártires. Esa es mi opinión.

En lugar de celebrar mártires, ya es hora de honrar héroes. Un héroe vale más que mil mártires. Esa es mi opinión

Ya lo mencioné una vez y no me cansaré de repetirlo. La sociedad centroamericana y, en particular, la salvadoreña, es reactiva y produce una sensación de náusea ante una naturaleza activa. No puedo leer un artículo del periódico "Diario El Salvador", un sitio propagandístico del gobierno actual que busca la reelección, sin sentir una gran repugnancia, similar a la que me provoca una cucaracha o una rata de alcantarilla. Es fácil perder la paz interior ante tanta bajeza espiritual. Muchos se llenan la boca diciendo que desde una posición privilegiada es sencillo llegar a conclusiones análogas a las mías. Sin embargo, estos individuos venenosos no hacen más que naturalizar esa decadencia y justificarla.

Un grito contra la canonización de Ellacuría