Esta mañana me levantaba con una noticia realmente interesante que me ha hecho pensar en lo mucho que ha cambiado el mundo, de forma casi silenciosa y sin que nos demos cuenta de su importancia, desde que Internet se ha ido convirtiendo en algo normal y al alcance de todos los ciudadanos de países desarrollados. Y es que aunque la red tiene ya muchísimos años, no ha sido hasta hace unos cuantos cuando hemos empezado a vivir un boom de servicios que hacen nuestra vida y comunicaciones mucho más fáciles.
La noticia en cuestión hablaba del llamamiento oficial de EE.UU. a sus ciudadanos, pidiéndoles a través del Departamento de Seguridad Nacional la utilización de las redes sociales en caso de catástrofes naturales. Todo viene a raíz del reciente terremoto producido en Virginia, y lo más curioso del asunto es que el gobierno ha querido dar ejemplo haciendo el anuncio directamente a través de su canal de Twitter:
Terremoto: Dile a tus amigos y familia que te encuentras bien mendiante SMS, correo electrónico y las redes sociales (Twitter y Facebook). Evita las llamadas.
Dejando aparte el hecho de que cada vez más los grandes gobiernos se intentan acercar a los ciudadanos mediante las nuevas tecnologías, lo que esta claro es que las redes sociales y servicios de Internet en general están cambiando el mundo, y cada vez son más las personas que los utilizan.
Por supuesto tenemos el factor ocio como excusa para utilizarlos, pero la lista de aplicaciones útiles es impresionante si nos paramos a pensarlo. Por ejemplo, el intercambio de correos electrónicos u otro tipo de mensajes a través de Facebook, o Twitter, llevan tiempo poniendo en jaque al SMS o al más tradicional correo postal. Con las llamadas sucede lo mismo, cada vez más gente prescinde de tener una línea telefónica en favor de la utilización de servicios como Skype, que no requieren una línea tradicional.
¿Por qué no se iban a utilizar en caso de catástrofes naturales, o incluso otro tipo de amenazas o accidentes? Aunque hay varios precedentes, tal vez el más grande en magnitud y también el más cercano es el de los desoladores terremotos y posterior tsunami que asolaron Japon a principios de año.
Millones de personas utilizaron las redes sociales para comunicarse con sus familiares e incluso narrarles qué estaba pasando. Si hablamos de Twitter, se batieron varios récords e incluso se disparó el número tweets por segundo, y no sólo debido a la gente que comunicaba su situación, sino a periodistas que contaban lo que estaba sucediendo al mundo entero. Por su parte, YouTube habilitó un canal exclusivo mediante el cual era posible comunicarse con familiares y otras víctimas, y acabar así con la incertidumbre que absolutamente todas las personas del país y gente que tuviera a alguien viviendo allí estaba sufriendo.
Para muchos equipos de rescate profesionales fueron además muy útiles las imágenes que Google en colaboración con GeoEye ofrecieron a las pocas horas de la catástrofe, y que días después se hicieron públicas en Google Maps.
Por supuesto, para hacer todo esto posible es necesario asegurarse del correcto funcionamiento de las infraestructuras, y por supuesto intentar asegurarlas a toda costa. Los simulacros de Google son una muy buena idea, y deberían hacer recapacitar a corporaciones y gobiernos de cara a asegurar las comunicaciones, ya no sólo de nuevos servicios sino de los servicios tradicionales, mientras ambos sigan coexistiendo.