Una consecuencia inmediata de estos cierres excesivos de camas hospitalarias es la saturación de las urgencias en la cual se acumulan pacientes a la espera de ser ingresados durante varios días, así como la suspensión de cirugías programadas por falta de camas en unidades de cuidados críticos
Es una constante de todos los años: llega el verano y las direcciones de los hospitales proceden a cerrar camas. Con ello se ahorra mucho personal, porque así no se cubren las vacaciones del personal de plantilla, y se ahorran costes. El personal de las unidades cerradas cubre puestos de trabajo de otras unidades, algo que enlentece los ritmos de trabajo y disminuye la calidad asistencial; no se puede trabajar del mismo modo en una unidad en la que desconoces la ubicación del material y en la que las patologías de los pacientes son distintas. Cuando hace años se suplían las vacaciones de verano, el personal que se contrataba para ese fin trabajaba junto con el personal de la unidad, lo cual le permitía ir aprendiendo a lo largo del periodo vacacional. Ahora, el poco personal que se contrata está dando tumbos por el hospital, hoy en una planta, mañana en otra, lo cual dificulta el aprendizaje de este personal de nueva incorporación.
En ocasiones se aprovechan dichos cierres para hacer obras de mantenimiento, que nunca justifican el cierre de las camas durante todo el verano. También sorprende que se hagan obras en plantas de hospitalización que ya estuvieron cerradas con la misma excusa de las obras el pasado verano, lo cual está ocurriendo en el Hospital Ramón y Cajal. Si el verano pasado se cerró la planta para pintar, ahora se cierra para arreglar los baños, lo que encarece el gasto en obras y bloquea las camas en dos ocasiones.
Y lo peor de todo, es que a veces estas camas que se cierran nunca se vuelven a abrir. Se siguen perdiendo camas en la sanidad madrileña.
En el siguiente cuadro podemos ver los cierres de camas de los hospitales de Madrid en los que el MATS tiene representación sindical, y por ello hay información al respecto.
* A estas camas hay que añadir 91 camas inactivas durante todo el año
En la segunda quincena del mes de agosto, sólo teniendo en cuenta estos hospitales, habrá 1345 camas menos. Si añadimos que en el Hospital de Mostotes se cierran 100 camas, y que en los nuevos hospitales de la periferia y en el Hospital Virgen de la Poveda se cierran unidades enteras….podemos extrapolar que Madrid tiene alrededor de 2000 camas menos este verano.
Una consecuencia inmediata de estos cierres excesivos de camas hospitalarias es la saturación de las urgencias en la cual se acumulan pacientes a la espera de ser ingresados durante varios días, así como la suspensión de cirugías programadas por falta de camas en unidades de cuidados críticos.
Se fuerzan las altas en las unidades para que queden camas libres que son ocupadas de inmediato. Estas altas prematuras provocan que muchos pacientes tengan que volver al hospital, a las urgencias que ya de por si están colapsadas, y si requieren un nuevo ingreso deben esperar de nuevo. También con esta dinámica aumentan las consultas en los centros de salud, que no dan abasto porque apenas se cubren las vacaciones del personal en periodo estival.
Estamos pues, ante una sanidad abarrotada, que no es capaz de atender las demandas de la población, pero el gobierno de la comunidad de Madrid se gasto 1,4 millones de euros en publicidad en las pasadas elecciones, dinero que bien se podía haber empleado en dotar de más personal y mejores medios a la maltrecha sanidad publica.
