viernes. 26.04.2024

La muerte del disidente cubano destapa el doble rasero de la Unión Europea

Orlando Zapata Tamayo se ha convertido en la segunda víctima que muere por huelga de hambre en Cuba. El Gobierno de Zapatero ha mostrado su indignación, mientras el PP pide cortar el diálogo con la isla. La UE se sitúa en la línea de los populares y solicita la liberación de presos a cambio del levantamiento del embargo.
NUEVATRIBUNA.ES / A.M - 24.02.2010

El prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata Tamayo murió ayer en La Habana tras pasar 85 días en huelga de hambre. El Gobierno cubano todavía no ha hecho ningún comentario oficial, aunque en un hecho inusual, el Hospital Almeijeiras, de La Habana, confirmó a la agencia France Presse que el opositor había fallecido alrededor de la una de la tarde.

Zapata tenía 42 años, era originario de Santiago de Cuba. De familia humilde, dedicó su vida al oficio de albañilería. Los primeros problemas que tuvo con la justicia cubana se remontan a 2002 cuando era miembro del Movimiento Alternativa Republicana. En esa fecha le recluyeron en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, en la Habana, acusado de delito de desacato.

En 2003 fue excarcelado y dos semanas después se volvió a encontrar con la Policía mientras desayunaba en un bar de La Habana. Su nombre apareció en el grupo de los 75 opositores acusados de conspirar con el Gobierno estadounidense a los que la Justicia cubana condenó a penas de 28 años de cárcel. Zapata siempre negó pertenecer a este grupo, pero sus demandas no sirvieron de nada, sólo contribuyeron a ir aumentándole paulatinamente su pena en prisión.

El opositor dejó de ingerir alimentos sólidos a principios de diciembre, en protesta por lo que describió como continuas golpizas de los guardias y otros abusos en prisión. “Desde hace tiempo familiares y prisioneros alertaban de su precario estado de salud y pedían que se le tratase como un caso humanitario", aseguraron ayer fuentes diplomáticas.

Hacía una semana que estaba siendo alimentado por vía intravenosa contra su voluntad. Su caso fue tratado por las autoridades españolas con funcionarios cubanos durante un encuentro bilateral en Madrid la semana pasada, dentro del marco de diálogo, creado en 2007 con motivo de la primera visita de Moratinos a La Habana. En el encuentro el Gobierno español reclamó al cubano la liberación de todos los presos políticos. Un portavoz de Exteriores confirmó además, que los representantes españoles mostraron especial preocupación por el caso de Zapata. "Se habló sin ningún tipo de restricciones", dijo el titular de Exteriores.

Las peticiones de la diplomacia española no sirvieron de nada. Orlando Zapata Tamayo se ha convertido en el segundo opositor cubano muerto tras una huelga de hambre. El único antecedente fue el del dirigente estudiantil Pedro Luis Boitel, a comienzos de los años setenta. "La diferencia es que entonces casi nadie se enteró y esto ahora va a ser un escándalo", denunció un activista de los derechos humanos en Cuba que prefiere no dar su nombre.

EMBARGO VERSUS PRESOS

Las reacciones no han tardado en aparecer. José Luis Rodríguez Zapatero fue el primero en denunciar lo sucedido: "Nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano", dijo el presidente del Gobierno durante la inauguración del IV Congreso Mundial Contra la Pena de Muerte que se celebra este miércoles en Ginebra.

El vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, aseguró por su parte que el Ejecutivo "deplora profundamente" la muerte de Orlando Zapata y "lamenta" que la situación de los derechos humanos en Cuba haya conducido a "este desenlace tan lamentable". "Este hecho indica efectivamente que hay un déficit en la política de derechos humanos de dicho país". En la misma línea se ha referido el portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, quien aprovechó para reivindicar "los DD HH para todas las personas y la democracia para todo el mundo".

Sin embargo estas declaraciones no han sido tenidas en cuenta por el Partido Popular, quien ha lanzando toda su artillería pesada denunciando que Zapatero “estrecha la mano manchada de sangre del régimen cubano”. El responsable de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, aprovechó la ocasión para exigir al Gobierno que “corte todo diálogo con Cuba” y que “se olvide de su intención de promover el abandono de la Posición Común de la Unión Europea” aprovechando su presidencia de turno.

El Partido Popular Europeo se ha ubicado en la posición de Moragas y ha señalado que el levantamiento del embargo cubano sólo se puede producir si liberan de las cárceles a los disidentes del régimen castrista. Es curioso el doble rasero de la derecha europea, que tanto se preocupa por los Derechos Humanos en Cuba, haciendo este tipo de chantajes, y se olvida constantemente de los derechos humanos en Colombia que tanto pisotea su presidente Uribe. Hace más de tres años que activistas europeos solicitaran que el TLC con Colombia sea pactado bajo la condición del respeto de los DDHH. Hasta ahora el PPE nunca se ha preocupado.

Más allá de las peticiones de la derecha, el PSOE no ha rectificado su postura y mantiene el deseo de mejorar relaciones con Cuba, de solicitar el levantamiento del embargo y de exhortar al Gobierno castrista para que respete los DDHH. El portavoz de Izquierda Unida en el Congreso ha seguido la estela socialista: cualquier muerte es lamentable, pero más aún si se produce en las circunstancias en las que falleció Zapata. Es doblemente lamentable", dijo, para añadir que desde su partido se “seguirá trabajando” para que muertes como la del disidente “no ocurran nunca más”.

LULA LLEGA A CUBA Y EVITA DECLARACIONES SOBRE ZAPATA

El presidente brasileño Inacio Lula da Silva, llegó a la isla caribeña apenas dos horas después de la muerte de Orlando Zapata. El mandatario tenía prevista una reunión con Fidel Castro y su hermano Raúl, para firmar una serie de acuerdos y para declarar una vez más su apoyo al régimen castrista, en su última visita a Cuba como presidente de Brasil.

Una cincuentena de disidentes cubanos escribieron una carta al líder brasileño para pedirle que apoyase la liberación de los presos. Sin embargo Lula ha evitado reunirse con ellos y ha hecho caso omiso a sus solicitudes.

Además de sus reuniones con los representantes del Gobierno cubano, Lula se ha acercado a la isla para ver cómo funcionan sus inversiones en el país caribeño. Antes de encontrarse con Fidel Castro ha visitado las obras de ampliación y modernización del puerto de Mariel, a 50 kilómetros de La Habana, una empresa de importancia capital para el Gobierno cubano que Brasil ha financiado con créditos por 300 millones de dólares, de los cuales cerca de la mitad ya han sido desembolsados.

El mandatario brasileño sin hacer los aspavientos de Hugo Chávez siempre ha manifestado su apoyo incondicional al gobierno cubano, y desde hace cuatro años el apoyo también ha sido económico. El portavoz presidencial de Lula, Marcelo Baumbach, declaró que Brasil ya ha aprobado créditos a Cuba por valor de 1.000 millones de dólares (740 millones de euros), de los cuales 350 millones serán destinados a la compra de alimentos y unos 600 a iniciativas para la producción de arroz y caña de azúcar, la construcción de carreteras y al puerto de Mariel.

La muerte del disidente cubano destapa el doble rasero de la Unión Europea