jueves. 28.03.2024
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, saluda al presidente de Venezuela, Hugo Chavéz, a su llegada al palacio de la Alborada para participar en una cumbre de Mercosur en Brasilia (Brasil).

A partir de este martes, 31 de julio, el Mercosur tiene un nuevo integrante, Venezuela. Su ingreso se decidió en la cumbre que el bloque celebró en la ciudad argentina de Mendoza, el pasado 29 de junio. La misma que decidió la suspensión de Paraguay por la destitución del presidente Fernando Lugo el pasado 22 de junio. El ingreso de Venezuela estaba bloqueado desde 2006 por el Congreso paraguayo.

El respaldo del presidente uruguayo, José Mujica, al ingreso de Venezuela provocó una disputa en el seno del gobierno y del Frente Amplio. El vicepresidente, Danilo Astori, calificó la decisión como la mayor herida institucional en la historia del bloque regional. Astori considera que primó lo político sobre lo jurídico. El ministro de Exteriores uruguayo, Luis Almagro, también quedó en entredicho, ya que había asegurado antes de la cumbre de Mendoza que Paraguay no sería suspendido.

Esta nueva etapa en el bloque regional se abre cuando está en serias dudas los fundamentos del mismo. Fundado hace 21 años mediante el Tratado de Asunción, su objetivo fue establecer una zona de libre comercio, incluyendo también la libre circulación de personas. Pero el creciente proteccionismo de Argentina ha llevado a conflictos importantes con sus socios, Brasil y Uruguay, que llevaron a algunos expertos a hablar de la muerte del Mercosur. Rubens Barbosa, un diplomático brasileño que ayudó a negociar la creación del Mercosur ha señalado que la idea inicial de que el bloque fuera un instrumento de liberación del comercio, ha desaparecido: “lo que ahora tenemos es una plataforma comercial convertida en un forum político y social”.

En cualquier caso, con el ingreso de Venezuela el bloque pasará a representar el 83,2 % del PIB total sudamericano. En términos de población, tendrá 272,6 millones de habitantes, de un total de 400,8 millones que tiene América del Sur. Y un territorio de 12,7 millones de kilómetros cuadrados, el 72 % de la superficie de la región. La cancillería brasileña, anfitriona de la cumbre, resalta que la incorporación de Venezuela altera la posición estratégica del Mercosur, al extenderse desde el Caribe hasta la Patagonia, en el extremo sur del continente.

Brasil también sostiene que el bloque se reafirma como potencia energética global: Venezuela tiene las mayores reservas probadas del mundo. Brasil, por su parte, ha entrado en las grandes ligas de la producción de petróleo, con sus pozos off shore frente a los estados de Río de Janeiro y Sao Paulo, mientras que Argentina tiene las mayores reservas del mundo de gas no convencional. Argentina reconoció que con la incorporación de Venezuela, el Mercosur contará con un socio estratégico en materia energética.

Brasil también considera estratégico el ingreso venezolano. El intercambio comercial entre ambos países fue de 6.000 millones de dólares el año pasado, con un superávit de 3.000 millones para Brasil. Pero lo más importante es que grandes empresas brasileñas han invertido en Venezuela unos 20.000 millones de dólares.

A partir de ahora Venezuela deberá adaptarse a las normas del Mercosur. La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, envió la semana pasada una delegación técnica de alto nivel, encabezada por su asesor para asuntos internacionales, Marco Aurelio García, para acelerar la plena incorporación de Venezuela. De hecho, lograron identificar 230 productos que Venezuela podría empezar a comercializar de forma inmediata en el bloque regional.

Para Hugo Chávez, el ingreso de Venezuela “nos coloca en nuestra exacta dimensión geopolítica y neoeconómica“, destacando que el rumbo de su país es el sur. Además interpretó que esto supone un fracaso de la política exterior norteamericana, “porque detrás de la constante negativa del Congreso paraguayo (a ratificar la ampliación del Mercosur), estaba la mano de la diplomacia de los EE.UU., que siempre ha querido aislar a Venezuela”. Chávez también dijo que esto podrá ayudar a fortalecer el “proyecto bolivariano”

Pero no va a ser fácil el proceso, en una economía como la venezolana que es tan dependiente del petróleo. Fernando Gerbasi, que fue vicecanciller venezolano y embajador en Brasil, observó que las economías de Brasil y Argentina son demasiado grandes y diversificadas, frente a la venezolana. “Venezuela se ha convertido en un país monoproductor y monoexportadora de petróleo y derivados, entonces, en qué condiciones vamos a competir y para qué, no sé”, añadió el ex diplomático.

Uno de los problemas más candentes de la economía venezolana, como es la caída en la producción de alimentos -que fue del 6,7 % entre enero y abril de este año-, puede agudizarse, ya que no podrán competir con las importaciones de sus socios, altamente especializados en este rubro. Entre 1995 y 2004, las importaciones de alimentos estaban en unos 1.400 millones de dólares al año. Pero, a partir de 2005, dieron un salto hasta alcanzar los 5.000 millones.

Aunque el Mercosur es una asociación básicamente comercial, hay algunas diferencias entre los socios que se agudizan con la participación venezolana. Un ejemplo es el acuerdo de libre comercio firmado con Israel en 2009, ya que Venezuela rompió relaciones con dicho país en 2009. El gobierno de Caracas, además, ha privilegiado en los últimos años las relaciones con países como Irán y Siria. En este sentido, el presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil, José Augusto Castro, declaró que “Venezuela tiene una visión limitada del mundo y puede dificultar nuevos acuerdos”, como el pendiente desde hace años con la UE. Castro también sostuvo que “si era difícil lograr consenso entre cuatro países, lo será aún más con los cinco”, en referencia a la futura –e hipotética- reincorporación de Paraguay.

En Asunción, que desde su expulsión han evocado la guerra de la Triple Alianza (1864-1870), en la que Brasil, Uruguay y Argentina diezmaron la población paraguaya, han reaccionado al ingreso venezolano diciendo que “el Mercosur saca al hermano pobre y suma al tío rico”.

La presencia de Chávez en Brasil, por otra parte, significa su reaparición en el plano internacional, tras declararse, por segunda vez, “libre del cáncer”. No salía del país desde el 10 de enero pasado, cuando asistió a la toma de posesión de Daniel Ortega en Nicaragua. Y el viaje tiene lugar a poco más de dos meses de las elecciones en las que vuelve a poner en juego la presidencia.

El nuevo Mercosur con Venezuela