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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 5.7.2009

La policía hondureña ha informado de la muerte de un manifestante en enfrentamientos con los militares en el aeropuerto de Tegucigalpa, donde miles de personas esperaban la llegada del presidente depuesto Manuel Zelaya, cuyo avión no ha podido aterrizar ante el bloqueo de la pista por los militares. Otras informaciones hablan, sin embargo, de sólo un muerto.

Finalmente, el derrocado presidente Zelaya ha aterrizado en Nicaragua para posteriormente acudir a El Salvador, mientras en Honduras la manifestación se ha disuelto al entrar en vigor a las 18.30 horas (02.30 del lunes en la España peninsular) el toque de queda que se repite desde el golpe del día 28, aunque adelantado en esta ocasión en tres horas.

Manuel Zelaya ha tildado de criminales a los dirigentes del Gobierno "de facto", a los que ha responsabilizado de la muerte en el Aeropuerto Internacional de Tocontín. "Una marcha pacífica ha sido reprimida a balazos, han quitado la vida de un compatriota", ha manifestado Zelaya en una rueda de prensa conjunta celebrada en San Salvador junto al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, de Argentina, Cristina Fernández, y de Paraguay, Fernando Lugo.

"Es un acto criminal que no puede quedar impune", ha dicho el presidente derrocado tras la reunión mantenida con los dirigentes que le acompañaban. Los criminales no pueden dirigir un país", ha añadido y ha hecho un nuevo llamamiento a los soldados hondureños para que, "en nombre de Dios, bajen las armas contra el pueblo y no repriman más a los hondureños".

Insulza, por su parte, se ha comprometido a "seguir adelante con todas las opciones diplomáticas" para hacer cumplir la Carta Democrática Interamericana y devolver a Zelaya a su país. Además, ha recordado que por las leyes de Honduras, ningún ciudadano hondureño puede ser expatriado: "Nuestra tarea es la de utilizar todos los medios diplomáticos posibles para devolver a Zelaya a Honduras".

EL AEROPUERTO, TOMADO

El director de Aeronáutica Civil, Alfredo San Martín, aseguró el domingo que el avión del presidente depuesto, Manuel Zelaya, no aterrizaría en Tegucigalpa, sino que se dirigía a El Salvador. Además, indicó que había helicópteros del Ejército y de la Policía sobrevolando cada diez minutos la pista del Aeropuerto Internacional de Toncontín, en Tegucigalpa, para evitar cualquier aterrizaje.

San Martín, nombrado por el gobierno posterior al golpe de Estado del pasado domingo, explicó que en el aeropuerto también había ambulancias de la Cruz Roja y que las aerolíneas comerciales que están previamente autorizadas estaban operando normalmente mientras que otras habían cancelado sus operaciones por iniciativa propia. Mientras, en tierra, la Policía y el Ejército vigilaban el aeropuerto y sus alrededores para evitar el acceso de los miles de simpatizantes de Zelaya concentrados para recibirle.

Zelaya había partido en un avión de Washington acompañado por el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Miguel D"Escoto, con la intención de aterrizar en Tegucigalpa, pero Aeronáutica Civil de Honduras aseguró que finalmente se dirigiría a El Salvador ante la negativa de las autoridades a permitir el aterrizaje.

Un segundo avión con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y la presidenta Argentina, Cristina Fernández, y sus homólogos de Paraguay, Fernando Lugo, y Ecuador, Rafael Correa, partió también de Washington con destino a El Salvador en apoyo a las pretensiones de restauración de Zelaya.

Zelaya viajaba en un avión de la petrolera venezolana Citgo, informó el ex embajador de Honduras ante la OEA, Carlos Sosa. La otra delegación iba en el avión de la presidenta argentina.

ZELAYA ORDENA ABRIR EL AEROPUERTO

Zelaya, ya en vuelo, intentó llevar a cabo el aterrizaje en Tegucigalpa y ordenó a los militares abrir el aeropuerto de la capital. "El presidente constitucional está viajando en este avión", les dijo Manuel Zelaya, según la cadena Telesur, realizando de este modo un llamamiento a la reconciliación y al diálogo entre los hondureños. Preguntado sobre la prohibición formulada por las nuevas autoridades hondureñas respecto al aterrizaje de su avión en Tegucigalpa, Zelaya insistió en que se trata de "un gobierno de facto y todas las acciones de ese gobierno de facto son nulas".

Por su parte, el nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti, aseguró que había movimientos de "algunas tropas" nicaragüenses hacia la frontera común y pidió a los mandatarios de Nicaragua, Daniel Ortega, y Venezuela, Hugo Chávez, que respeten la soberanía del país. Además de pedir a Ortega que "por favor respete nuestra soberanía", también se lo reclamó a Chávez, "que deje ya de estar agrediendo a nuestro país como lo está haciendo a través de los medios de comunicación que ellos tienen".

Sin embargo, y tras denunciar una situación de "agresión psicológica", el nuevo presidente matizó que podría tratarse de "pequeños grupos de tropas, posiblemente sin autorización misma de sus comandantes" y agregó que "ni siquiera han cruzado la frontera". El Gobierno de Nicaragua negó tajantemente las acusaciones, que ha calificado de "totalmente falsas". "Juro ante Dios que Nicaragua no está desplazando tropas hacia Honduras", declaró Ortega por teléfono a Radio Ya, afín al Gobierno.

Por otra parte, el Gobierno de Honduras ha propuesto a los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) un "diálogo de buena fe" para resolver la grave crisis política que vive este país a causa del derrocamiento de Zelaya.

El cerco militar al aeropuerto impide aterrizar a Zelaya y provoca la primera muerte