Si bien no existe una manera confiable de determinar la cantidad exacta de menores que diariamente desaparecen en los Estados Unidos, la organización National Center for Missing & Exploteid Children reveló que el año 2020 finalizó con 365.348 reportes de menores de los que se desconoce su paradero.
Las entidades sin fines de lucro que poseen bases de datos y rastreo han distribuido millones de imágenes de niños desaparecidos, al tiempo que brindan apoyo emocional a las familias durante su búsqueda.
Son una media de 2.100 niños o jóvenes menores de 17 años los que desaparecen cada día en Estados Unidos. Estos son los datos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Los casos más resonantes logran colarse en los medios de comunicación; sin embargo no todas las historias de menores desaparecidos tienen difusión en la prensa. Existe un porcentaje elevado de niños afrodescendientes y latinos cuyos casos no han llegado a la opinión pública. La desaparición de menores en EE UU genera una preocupación social de gran magnitud que no se refleja necesariamente en la pantalla, aunque abunda material documental que recrea algunos de los casos más misteriosos y llamativos.
En 1982 se aprobó la Ley sobre Menores Desaparecidos. Desde ese año las desapariciones han aumentado un 468 por ciento. El Centro Nacional para Menores Desaparecidos o Explotados (NCMEC), advierte que cada vez es más preocupante el secuestro de menores por alguno de sus padres, a menudo involucrados en peligrosas disputas de custodia y que suponen una amenaza real para la integridad del pequeño. De todas las modalidades de desapariciones, ésa es la que más aumenta cada año. Según un informe del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, el 67 por ciento pertenecen a una minoría étnica.
Las alertas Amber (siglas de America's Missing: Broadcast Emergency Response) son mensajes de emergencia divulgados cuando la policía determina que un niño fue raptado y está en inminente peligro. Incluyen información sobre el menor y su secuestrador, descripciones físicas y datos sobre el vehículo, que podrían llevar a encontrar al niño.
La preocupación por cada desaparición de un menor crece. Las redes de trata de personas también son una realidad. Existen denuncias de niñas secuestradas, raptadas. Hay infinidad de testigos que han podido ver al secuestrador. Estos hechos ocurren en las zonas más empobrecidas de los Estados Unidos, ciudades abatidas por el desempleo; tierra fértil para las redes de trata.
