martes. 16.04.2024

@jgonzalezok | Once días antes de la segunda vuelta de las elecciones brasileñas, el ex presidente Lula da Silva hizo pública su esperada Carta compromiso con los evangélicos, con la que intenta enfrentar las mentiras divulgadas por su adversario, el presidente Bolsonaro, que tiene en este sector religioso un apoyo mayoritario. Algo más del 60% de los evangélicos votan al actual presidente, mientras que solo en torno al 30% lo hace por Lula. El porcentaje es inverso en el caso de los votantes católicos. El ex presidente era reacio a la iniciativa de esta carta, ya que no quería mezclar la fe con la política, pero el grado de fanatismo religioso al que llegó la campaña de Bolsonaro lo convencieron de su utilidad. 

En 2002, antes de su primera presidencia, Lula publicó una Carta al pueblo brasileño, asegurando que respetaría todos los contratos nacionales e internacionales, lo que mandó una señal a sus votantes y al establishment de que el suyo sería un gobierno económicamente centrista y fiscalmente responsable. Se considera desde entonces que aquella carta fue fundamental para ahuyentar temores en un gobierno del PT (Partido de los Trabajadores), dar seguridades a los mercados y atraer a un sector de la clase media. 

El ex presidente era reacio a la iniciativa de esta carta, ya que no quería mezclar la fe con la política, pero el grado de fanatismo religioso al que llegó la campaña de Bolsonaro lo convencieron de su utilidad

En su misiva a los evangélicos, Lula asumió compromisos fundamentales para el electorado conservador. El principal fue su oposición al aborto: “Nuestro proyecto de gobierno tiene compromiso con la vida plena en todas sus fases. Para mí la vida es sagrada, obra de las manos del Creador y mi compromiso siempre fue y será con su protección. Estoy personalmente en contra del aborto y recuerdo a todos y todas que este no es un tema a ser decidido por el presidente de la República y sí por el Congreso Nacional”. 

La campaña de Bolsonaro, con la ayuda de numerosos pastores evangélicos, que usan sus templos para hacer campaña política, venía asegurando que una victoria de Lula significaría el cierre de iglesias y la incitación al aborto, asociando al ex presidente con el satanismo. También vienen machacando con la idea de que se impondrá la ideología de género y se instalarán baños unisex en las escuelas. Para sustentar algunas de estas afirmaciones el bolsonarismo hace comparaciones con la Nicaragua de Daniel Ortega.

La campaña de Bolsonaro venía asegurando que una victoria de Lula significaría el cierre de iglesias y la incitación al aborto

En un encuentro con representantes evangélicos en São Paulo, Lula señaló como un “triste escándalo” el uso de la fe para fines electorales. Días antes la Conferencia Episcopal Brasileña también se pronunció contra la manipulación religiosa por parte de políticos. En su carta Lula recuerda la cita “dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Y recuerda que durante sus dos mandatos previos gobernó manteniendo “el más absoluto respeto a las libertades colectivas e individuales, particularmente la libertad religiosa”. En ese período se sancionó el Día Nacional de la Marcha por Jesús -en el que los evangélicos hacen una procesión- y la Ley de Libertad Religiosa, que garantiza la personalidad jurídica de las iglesias, y el Día del Evangélico (30 de noviembre). 

Acudiendo a la experiencia de sus años de gobierno, Lula afirmó: “Con la prosperidad que ayudamos a construir, fue en nuestro gobierno que más crecieron las iglesias, principalmente las evangélicas, sin ningún impedimento y hasta tuvieron las condiciones de enviar misioneros a otros países. No hay por qué creer que ahora sería diferente. Les puedo asegurar, por tanto, que mi gobierno no adoptará ninguna actitud que ataque la libertad de culto o supongan obstáculos al libre funcionamiento de los templos”. 

El ex presidente asumió también como compromiso “fortalecer a las familias para que nuestros jóvenes sean mantenidos lejos de las drogas”. Los temas drogas y aborto son claves para el electorado evangélico. Y por esto son los principales retos de las fake news producidas por en una campaña sucia de Bolsonaro contra Lula. 

Mi gobierno [Lula] no adoptará ninguna actitud que ataque la libertad de culto o supongan obstáculos al libre funcionamiento de los templos

Lula hizo también una declaración de amor por la familia, siempre presente en los discursos conservadores: “El respeto por la familia siempre fue un valor central en mi vida, que se refleja en el profundo amor que dedico a mi esposa, mis hijos y nietos. Por eso comprendo el lugar central que la familia ocupa en la fe cristiana. También entiendo que el hogar y la orientación de los padres son fundamentales en la educación de sus hijos, correspondiendo a la escuela apoyarlos dialogando y respetando los valores de las familias, sin interferencia del Estado”.

Lula quiso recordar que sus logros en cuanto a la inclusión social no pueden ser ajenos a la hora de considerar el papel de la familia: “No sirve de nada presentarse como defensor de las familias y, al mismo tiempo, destruirlas con la miseria, el desempleo, el recorte de las políticas sociales y de vivienda popular. Queremos ofrecer a las familias prosperidad y seguridad. El hogar es la garantía de protección”. Aseguró que su gobierno implementará políticas públicas consistentes para que ninguna familia brasileña enfrente al flagelo del hambre.

Lula definió a Bolsonaro como un “psicópata mentiroso” y descalificó a los pastores que difunden mentiras

En discurso después de entregar su carta, Lula definió a Bolsonaro como un “psicópata mentiroso” y descalificó a los pastores que difunden mentiras: “Pueden querer apoyar a Bolsonaro como presidente, no hay ningún problema. Pero la persona no puede mentir (…) Si el pastor quiere hacer política, que salga a la calle a hacer política, no puede hacerlo en la iglesia. No se aproveche del altar para hacer política, salga”. 

Bolsonaro respondió con ironía al documento de Lula y varios de sus seguidores, como algunos pastores de cabecera del presidente, trataron de desacreditar el pronunciamiento del ex mandatario hablando de la “cartita” de Lula. 

Hay dudas dentro del PT de la eficacia del documento. Algunos lo consideran tardío, considerando que hubiera sido mejor lanzarlo antes de la primera vuelta, el pasado 2 de octubre. Y también se cuestiona si servirá para influir más allá de los convencidos. También se señala que los sectores evangélicos más próximos a Lula y el progresismo son los históricos, mientras que los pentecostales y neopentecostales, mayoritarios en Brasil, en su mayor parte apoyan a Bolsonaro. 


Última encuesta

Este mismo miércoles, horas después de la carta de Lula a los evangélicos, se conoció la última encuesta de Datafolha, que sigue indicando una ventaja de Lula (49 %) frente a Bolsonaro (45%), lo que supone que Lula se mantiene y Bolsonaro gana un punto porcentual respecto al sondeo de la semana pasada. Considerando solo los votos válidos, la diferencia es de 52 % frente a 48%, Los indecisos, en esta última encuesta, fueron del 1%, y los que anunciaron que votarían nulo o en blanco, el 4%. Estos últimos, junto con los que se abstendrán -cuyo número no se puede calcular-, podrían ser decisivos. Considerando, además, que el margen de error es de dos puntos para más o para menos, los dos candidatos se están acercando al empate técnico. Una situación peligrosa porque le daría argumentos a Bolsonaro para no reconocer el resultado, como ya amenazó en numerosas ocasiones.

Carta de Lula a los evangélicos en busca de votos conservadores