martes. 23.04.2024
CRONICA POLÍTICA GALLEGA | JUAN MARTÍNEZ GARCÍA

El debate sobre Galicia que apenas interesó a la ciudadanía gallega

Tres jornadas intensas en el Parlamento de Galicia, que celebró el Debate sobre el estado de la Autonomía, pero que no contaron con mucho interés ciudadano, y quizá ese fuera el objetivo del presidente Feijoo.

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Nuevatribuna en la tribuna de prensa del Parlamento de Galicia.

@juanmgmm | Durante la semana pasada se celebró en el Parlamento de Galicia el Debate sobre el estado de la Autonomía, que pasa por ser una réplica a escala del Debate del estado de la Nación que de manera anual, salvo decisión del gobierno de turno, se celebra cada año.

Como singularidades, el debate en Galicia tiene distinta calificación en función de la sensibilidad política, pasando de ser debate autonómico, debate nacional o debate de la nación (no hace falta decir para quién es qué, verdad?). También este debate en el Parlamento de Galicia tuvo este año una diferencia sobre el del año pasado, y es la presencia de nuevatribuna.es como medio acreditado para informar sobre el mismo. Y a eso nos hemos dedicado, con más voluntad que posibilidades.

Pero desgraciadamente tienen pocas diferencias en lo referido al interés que despiertan en la ciudadanía, aún siendo el debate parlamentario más importante del año (junto con el de la aprobación de los presupuestos). Pareciera más un debate dirigido a los propios partidos, en el que cada portavoz destaca en su intervención lo que más le interesa que trascienda entre los dirigentes y cuadros de su partido, y se esfuerza por diferenciarse del resto de portavoces ante los medios, que son los que realmente “viven” el debate”, o al menos sus periodistas, que pasan (pasamos) estas jornadas de debate con mucha más “pasión” que los propios portavoces políticos.

 Son muchas horas de intervenciones más propias de actos internos de partido, en las que priman las reafimaciones ideológicas

Realmente, como cualquier debate parlamentario, tiene pocas posibilidades de ser distinto, salvo por la concreción de acuerdos en forma de resoluciones que mandaten tanto al Parlamento como al gobierno de la Xunta sobre la puesta en marcha de medidas e iniciativas. Pero antes, son muchas horas de intervenciones más propias de actos internos de partido, en las que priman las reafimaciones ideológicas y el énfasis sobre los aciertos en la gestión (en el caso del gobierno) o sobre los aciertos en la previsión del fracaso del gobierno en su gestión (en el caso de los grupos de la oposición). Sólo interactúan las intervenciones del presidente y de los portavoces parlamentarios cuando se dedican “recadiños” interesados y generalmente poco amables, que lógicamente generan mucho interés en los medios, y sobre los que los intervinientes se recrean retóricamente en exceso.

Lo dicho previamente, en genérico, podía ser perfectamente el resumen del debate en Galicia, y seguro que en otros territorios donde también se celebra. Pero ocurrieron cosas que merecen ser destacadas, y que también ilustran y justifican lo dicho anteriormente.

Feijoo demostró que la tribuna del Parlamento de Galicia no es su lugar preferido para ejercer de presidente

Estábamos ante el segundo debate de este tipo de esta legislatura. Pero no es el primero que atiende Alberto Núñez Feijoo como presidente la Xunta, que una vez más  demostró que la tribuna del Parlamento de Galicia no es su lugar preferido para ejercer de presidente. Él abrió el debate con su intervención, en la que enfatizó el agradecimiento y el reconocimiento a la ciudadanía de Galicia por su compromiso con la salida de la crisis y su actitud responsable, como diciendo “perdonadme los palos que os estoy dando, pero son por vuestro bien”. Sonó a aquello de que “excusas no pedidas te acusan”, y por ello, todo el discurso se desarrolló bajo un tono de “falsa” falsa modestia, y no es un error. Feijoo trató de sacar pecho por resultados y cifras económicas que según él demostraban que Galicia estaba en la recta de salida de la crisis (gracias a sus políticas, esas mismas por las que parecía disculparse al mismo tiempo), pero siempre conteniéndose, de manera forzada, argumentando que todavía no es para estar satisfechos, que queda mucho por hacer, y que por éso, aunque la cosa marche bien, todavía no del todo.

Toda esa contención se perdía a la hora de dedicar los grupos de la oposición lindezas de herencias recibidas del bipartito que gobernó antes la Xunta (a PSdeG y BNG), de la complicidad con terroristas o amigos de los terroristas (a AGE y BNG), o de aprovechar las diferencias surgidas en la sustitución de un diputado (a AGE y Grupo MIxto). En esta fase se le veía más cómodo, más él. Por eso lo de la “falsa” falsa modestia, con la que sólo buscó no parecer que celebraba los recortes, y que como, según él y el PP, dan resultado, no dar sensación de su gusto por los mismos. No olvidemos que estamos a meses de las elecciones municipales (en Galicia hasta el 2016 no se prevé elegir nuevo parlamento), y que el desgaste del PP en Galicia es evidente por los recortes y por la corrupción (en Galicia, se cuentan por centenares los imputados por corrupción vinculados al PP). Y como bien les indican en sus argumentarios, para evitar meterse en follones, lo mejor es acusar a la Generalitat de Catalunya de deslealtad institucional por promover la consulta del 9-N y de insolidaridad con el resto del estado. Destacó negativamente que buena parte del discurso de Feijoo estuviera dedicado a Catalunyay al asunto de la consulta, echando “balones fuera”, y mostrándose ejemplar en la defensa de una inamovible constitución y modelo de estado autonómico.

Gómez Besteiro no es diputado en el Parlamento de Galicia y queda fuera de estos debates

Ante el panorama de “fuertes raíces” de crecimiento que teorizará Rajoy al comienzo del curso político en Soutomaior, y que Feijoo comparte, defiende y practica, el PSdeG-PSOE tiene una papeleta difícil de gestionar. Su continua “intestinización” le impide hacerse ver en plenitud en su labor de oposición, y le genera problemas continuas en aquellas ciudades gallegas donde gobierna, donde los casos de corrupción les afecta con casos probados y presuntos. Si bien es cierto que el “invento” de las primarias internas para elegir secretario general se aplicó primero en Galicia y luego a nivel federal, y que pudo tener cierta relevancia y visibilidad positiva de apertura y participación, el hecho de que el secretario general del PSdeG, Xosé Ramón Gómez Besteiro, sea presidente de la Deputación de Lugo pero no diputado en el Parlamento de Galicia, le deja fuera de estos debates. Y aunque se quiera da ser sensación de que, aunque no sea diputado, si está en el Parlamento, como pasó cuando hizo declaraciones desde el set institucional para los portavoces parlamentarios, es evidente que no es lo mismo, y que para el PSdeG es un problema.

El portavoz parlamentario es José Luis Méndez Romeu, un veterano de la política institucional gallega, ya que ha sido de todo, desde concelleiro de gobierno en A Coruña, conselleiro en el gobierno de la Xunta y diputado en el Parlamento de Galicia. Domina la dialéctica parlamentaria, pero tiene tanto pasado que todo en lo que el PSdeG no acertó, le toca por estar en medio. Es de largo el mejor orador, pero no puede tener la última palabra ni la última decisión en su respuesta a Feijoo (no es el secretario general del PSdeG) y su estilo es demasiado proclive a la cortesía institucional, incluso cuando más feroz es el PP y Feijoo en sus ataques al PSdeG. Su intervención en respuesta a Feijoo auditó todas las cifras dadas y también las propuestas anunciadas, de manera que fue desmintiendo de manera sistemática el escenario presentado, y la novedad de las propuestas, ya presentadas en otros debates. Se esforzó en que Feijoo se comprometiera a acabar con las políticas de recortes y en priorizar las medidas de apoyo a quienes están padeciendo la crisis sin empleo y sin ingresos, además de garantizar la financiación y la calidad de los servicios públicos.

El antagonismo a Feijoo en el Parlamento lo personifica Xosé Manuel Beiras

El antagonismo a Feijoo en el Parlamento lo personifica Xosé Manuel Beiras, en su actual etapa de portavoz de Alternativa Galega de Esquerda, después de liderar el BNG y abandonarlo por diferencias internas. No hay posibilidad de encuentro, y sus discursos corren siempre en paralelo, salvo cuando Feijoo descalifica a Beiras por no condenar a Resistencia Galega como al presidente de la Xunta le gustaría, o por considerarle “pequeño burgués radicalizado" a diferencia de Feijoo, que es de “aldea” y no pudo estudiar en París ni aprender a tocar el piano. Ahí si que se cruzan los discursos, incluso hasta en lo físico, cuando Beiras se dirige al escaño de Feijoo a reprocharle sus “recadiños” de manera vehemente. Beiras tiene claro que ese debate no tiene mayor importancia para el presidente de la Xunta y es una manera de perder el tiempo. Y más, cuando la Xunta aplica medidas neoliberales de recorte, y hasta el propio Feijoo está salpicado, no ya por la corrupción, sino por sus amistades con narcotraficantes presos, como acreditaron sus viajes en el pasado con Marcial Dorado, cuando Feijoo era ya el nº 2 de la Consellería de Sanidade. Por eso, insiste en sus planteamientos de situar a Galicia como territorio víctima del franquismo y del sistema democrático heredado del dictador, y de las teorías neoliberales austericidas, por lo que a la ciudadanía sólo le queda defenderse apostando por la ruptura con todo aquello y por un nuevo proceso constituyente que también permita a Galicia decidir su futuro como nación.

se empleó a fondo Jorquera en llevar a Feijoo al rincón de los recortes y del ninguneo político a Galicia

También desde el BNG se empleó a fondo su portavoz, Francisco Jorquera, en llevar a Feijoo al rincón de los recortes y del ninguneo político a Galicia, además de defenderse de los insultos velados de Feijoo (cuando llamó al BNG “tonto útil” del PSOE) con insultos explícitos a Feijoo (“Galicia está gobernada por un gilipollas”). En el BNG la bicefalia es estructural, no coincidiendo la portavocía orgánica, que ejerce Xabier Vence, con la parlamentaria, lo que tampoco les ayuda. Acreditan una gran labor parlamentaria, que no aprovechan en resolver su crisis de apoyo social, toda vez que la hegemonía de la UPG en su seno, motivó la salida de buena parte de la militancia del BNG hacia Anova, la organización que lidera Beiras y que forma parte de AGE, y hacia Compromiso por Galicia, lo que provienen de Máis Galiza, corriente interna del BNG de los afines al otrora líder Anxo Quintana. En este debate, también fueron muy críticos con Feijoo, sobre todo por no creerse lo de ser presidente de la Xunta y no defender a Galicia, y ejercer más como presidente del PP de Galicia y subyugarse a lo que le ordenen desde la calle Génova.

Sobre el grupo mixto, sólo decir que es fruto de un conflicto de AGE, y que eso motivó la adscripción de Carmen Iglesias en el grupo mixto. Feijoo no pierde oportunidad de instrumentalizar, para mal, este suceso en su discurso de denuncia de falta de libertad en AGE, que motiva la creación del grupo mixto y que todo el Parlamento se vea afectado. Sus intervenciones tienen más repercusión por esta situación que por lo planteado, ya que apenas difieren sus posturas a las de AGE, modulándolas para también tener trabazón con el grupo socialista y del BNG.

La segunda parte del debate fue la aprobación de las resoluciones. El resultado de esta parte está condicionado por la mayoría absoluta del PP de Galicia en la cámara gallega, que hace que sólo se apruebe lo que ellos presentan y lo que a ello les interesa que se apruebe propuesto por otros grupos. En esta ocasión tampoco hubo sorpresas, y salvo las 11 resoluciones transaccionadas entre el PP y el resto de grupos (1 por grupo salvo las 8 transaccionadas con el grupo mixto), y las 6 que el PP asumió (4 del grupo mixto y 2 de AGE), no tuvieron más recorrido el resto de las 40 resoluciones presentadas por PSdeG, AGE, BNG y grupo mixto. Logicamente, las 40 presentadas por el PP fueron aprobadas. 

La temática de las resoluciones vino a reforzar las lineas fuerza de las intervenciones de los grupos en el debate. Así, este debate se desarrolló con las intervenciones de Carmen Iglesias (grupo mixto), Ana Pontón (BNG), Yolanda Díaz (AGE), Carmen Gallego (PSdeG) y Marta Rodríguez (PPdeG), que enfatizaron los argumentos de las resoluciones que presentaron al tiempo que daban continuidad al debate anterior, con mucha más vehemencia y concreción sobre propuestas y denuncias. Llama la atención que para esta segunda parte del debate, las portavoces fueran mujeres, mientras que en la réplica a Feijoo, salvo Carmen Iglesias por el grupo mixto, el resto de portavoces fueron hombres. Igual para el debate del año que viene las cosas cambian y no se da la impresión de que haya partes del debate más importantes que otras, y todas cuenten con una presencia equilibrada de mujeres y hombres como portavoces.

El año que viene, posiblemente, se celebre el último Debate sobre el estado de la Autonomía de la legislatura, por lo que esperemos que entonces desde los partidos y desde el gobierno de la Xunta se trabaje en acercar su labor parlamentaria a la ciudadanía, que no es fácil. Veremos entonces también, cuanto cumplimiento se dio a las resoluciones aprobadas y a las medidas anunciadas. Quizá para entonces nadie se acuerde y puedan seguir “estrujando” las cifras para que digan lo que les interesa.

El debate sobre Galicia que apenas interesó a la ciudadanía gallega