martes. 23.04.2024

"Eso es lo que quiere el Gobierno: agotarnos en el primer momento. Confía en que la gente está desmovilizada, atemorizada, y que su plus de legitimidad impedirá que siga a los sindicatos en la senda de una movilización general por eso de que las huelgas no crean empleo. Pero lo que no crea empleo es la resignación", señaló Ignacio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras.

La madrileña calle de Lope de Vega se colapsó este martes ante la convocatoria de los dos principales sindicatos en el primer acto conjunto que realizan tras la aprobación por parte del Gobierno del Decreto Ley de reforma laboral. Más de mil delegados abarrotaron el auditorio Marcelino Camacho de la sede de Comisiones Obreras y otros cientos permanecieron en la calle escuchando por altavoces las intervenciones de los principales líderes sindicales.

Grandes cartelones cubrían el escenario donde los secretarios generales de CCOO y UGT, José Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez y los respectivos líderes en Madrid, Javier López y José Ricardo Martínez, llamaron a la movilización: ‘No a la reforma laboral, ineficaz para los trabajadores, injusta para la economía, inútil para el empleo’, fueron los eslóganes enmarcados en la que se convertirá en la primera movilización en la calle, el próximo 19 de febrero.

Con los ánimos caldeados por una reforma que supone un ataque sin paliativos a los derechos de los trabajadores, los líderes sindicales hicieron un ejercicio de pedagogía y responsabilidad con el objetivo de “no entrar al trapo a las primeras de cambio”, en palabras del secretario general de CCOO. "No podemos ir a una (huelga) fallida. La huelga general dependerá de los pasos que dé a partir de ahora el Gobierno", pero “todo llegará” señaló Toxo ante los gritos de algunos delegados pidiendo ya la convocatoria de paros.

El objetivo es “cambiar el estado de ánimo” de la ciudadanía española, castigada por el drama del paro y presionada por unos poderes fácticos a los que ahora el Gobierno del PP ha dado carta blanca. Por ello, Toxo y Méndez llamaron a convertir la calle en un “auténtico clamor” y un “hervidero” en la manifestación convocada para el domingo, primer ensayo de una campaña de lucha que arranca ahora pero que se prolongará las próximas semanas y los próximos meses si el Ejecutivo del PP no rectifica, advirtieron.

Toxo alertó del cambio “radical” que supondrá esta reforma en las relaciones laborales. “Quieren arrumbar el derecho del trabajo. No lo van a conseguir. No lo van a lograr”, afirmó. El dirigente de CCOO y presidente de la Confederación de Sindicatos Europeos (CES) acusó al Gobierno de actuar con “alevosía” y “nocturnidad” y arremetió contra aquellos que exhiben una “alegría indisimulada” (dijo aludiendo a la patronal) porque “acarician” objetivos que vienen tiempo reivindicando.

Toxo alertó de la “altísima conflictividad” que generará este nuevo marco de relaciones laborales que abre el camino del “despido libre y barato” y que ha supuesto un “tremendo golpe a la negociación colectiva”. “Una reforma hecha desde la ideología, no desde la razón”, dijo para pasar a recordar que el desliz de Rajoy en Bruselas cuando afirmó a su homólogo finlandés que su reforma le iba a costar una huelga “no fue ninguna casualidad”.

“Tenemos que llenarnos de razones. Es una lucha sostenida. Hay que acumular fuerzas. La huelga va a depender de los pasos que a partir de ahora dé el Gobierno. Actuemos con la cabeza para lograr desbaratar esta reforma laboral”, concluyó.

"SOLO BENEFICIA A UNA MINORÍA PRIVILEGIADA", DICE EL LÍDER DE UGT

Los mismos mensajes fueron lanzados por Cándido Méndez que calificó la reforma como un “catálogo de horrores laborales”.

En opinión de Méndez, "la reforma laboral va a acabar con uno de los éxitos de la democracia: la existencia de la clase media (el 80 % de las familias) y el modelo de convivencia"

El líder de UGT recordó a los delegados sindicales que este primer acto unitario “no tiene solo como función la de informar, ni tampoco la de desahogarse”, sino que era una llamada a todos los representantes de los trabajadores para que informen en sus centros de trabajo y al resto de la ciudadanía de lo que significa esta reforma, una reforma que “va más allá” porque puede incluso puede afectar a derechos fundamentales, como el derecho de huelga, una de las reivindicaciones que los sindicatos temen que haga Convergencia i Unió en el trámite parlamentario.

Antes de convocar una huelga general "hay que saber cuál es el estado de ánimo de la población", aseguró Méndez quien también advirtió de que la reforma "atenta gravemente contra el modelo de convivencia" y abre la puerta al despido en las administraciones públicas para sustituir a estos trabajadores por desempleados voluntarios. "Ojo con lo que va a ocurrir en los servicios, esto es un problema de todos", enfatizó.

Para Méndez no hay ningún ámbito de la población que pueda quedar al margen de los efectos negativos de la reforma, salvo "la minoría privilegiada" que se beneficia de ello, en referencia a los empresarios. En su opinión, la reforma laboral va a acabar con uno de los éxitos de la democracia: la existencia de la clase media (el 80 % de las familias) y el modelo de convivencia. Con la reforma se va a pasar a un modelo de "reloj de arena", en el que, según Méndez, se va a estrechar la clase media y aumentarán las familias en pobreza, mientras que arriba habrá muy pocas "con inmenso poder económico".

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