martes. 19.03.2024

El Gobierno se mostró este martes dispuesto a reducir las subvenciones al despido. Aprobadas con la reforma laboral, estas ayudas se concibieron como un sistema transitorio. Sin embargo, la crisis impide de momento crear el fondo austriaco, el punto de llegada en el proceso de transformación del sistema de indemnizaciones por despido. Ahora, tras aparcar la creación del fondo, el Ejecutivo debe reformar la línea de subvenciones que se concibió para aliviar a los empresarios de los costes del despido.

Tras escuchar las quejas sindicales, el Gobierno se ha mostrado abierto a modificar las condiciones en que se subvencionan los despidos. Hasta ahora, el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) pagaba la cantidad correspondiente a ocho días de indemnización, en el caso de contratos indefinidos. Y lo hacía sin reparar en las causas. Lo mismo se pagaba por un despido procedente, que por uno improcedente –es decir, sin causa justificada (salvo en el caso de los disciplinarios)-.

Una vez descartada la creación del fondo austriaco, el Gobierno decidió prolongar la subvención del Fogasa. Sin embargo, los sindicatos se opusieron a la medida. Según afirmó el secretario de acción sindical de CCOO, Ramón Górriz, a los sindicatos “no les parece bien” ampliar la vigencia del modelo. Esa misma tarde, el Ejecutivo contestó. La secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, abrió la puerta a que el Fogasa pagara “única y exclusivamente” en el caso de contratos indefinidos con despidos procedentes. Los agentes sociales tratarán esta cuestión en una reunión prevista durante los primeros días de julio.

La prórroga del régimen transitorio del Fogasa, en principio, de un año, servirá para repensar el modelo austriaco. Sacar adelante este modelo requiere 7.300 millones de euros anuales. Una cantidad equivalente a elevar tres puntos las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. Un gasto impensable en plena crisis y prohibido expresamente por la reforma laboral.

Para el Ejecutivo, dos motivos aconsejan reducir las subvenciones al despido. En primer lugar, la parte de los despidos que se querían subvencionar ya se ha producido. Además, limitar la ayuda supondría “reforzar” la causalidad del despido”, según destacó Rodríguez.

El Gobierno estudia no subvencionar el despido sin causa