domingo. 19.05.2024

Ainhoa Mela | @ainhoacriticas

Tras una carrera con notable éxito en el mundo del cortometraje, Víctor Nores estrena su primer largometraje llamado a emocionar a los espectadores con una historia tan real como cercana.

Escogiendo a su Madrid natal como escenario, Nores nos trae con “Un largo viaje” una de esas road movies cuyos personajes principales se embarcan en un viaje que es a la vez travesía y metáfora.

En esta historia son Violeta y su hijo Samuel los protagonistas de un cúmulo de desgracias que les obligarán a abandonar el pequeño piso en el que vivían. Sin otra alternativa a causa de su precaria situación económica, madre e hijo se verán obligados a encontrarse y reconciliarse compartiendo tiempo, espacio y desdichas en una autocaravana aparcada en el parking de un centro comercial.

La ópera prima de Víctor Nores emociona con una relación maternofilial atípica y una realidad precaria que resulta familiar al espectador

Antes de que la desgracia llegue a su puerta, Violeta y su hijo parecen dos extraños a pesar de vivir juntos. Cada uno sumido en su realidad y unidos solamente por el mundo virtual, ambos luchan por sobrevivir a una vida de crisis y escasez. Pero en una original inversión de roles, es Samuel el que hace imperar la sensatez y la responsabilidad en medio del drama; mientras, su madre Violeta, con su carácter arisco y un mal humor constante, no deja de causar problemas, iniciando un particular descenso a los infiernos en el que madre e hijo tendrán que tirar de ingenio para sobrevivir.

Es esta inversión de roles uno de los pocos elementos innovadores de una película que, a pesar de prometer un largo viaje en su título, no lleva a sus protagonistas muy lejos. La ópera prima de Víctor Nores emociona con una relación maternofilial atípica y una realidad precaria que resulta familiar al espectador. Pero son estos los dos únicos incentivos de una película que, con su estilo pausado y sus escasos giros de guion, puede llegar a hacerse inacabable para un espectador que vislumbra desde el inicio el devenir de la trama. La narrativa lineal, solo interrumpida por dos flashbacks, peca así de una falta de ambición en la que el drama de la precariedad se diluye en pos de un sentimentalismo que ve su momento culmen en un final abierto con tintes utópicos.

Una historia cercana en un contexto actual que huye de los clichés y embarca al espectador en un particular viaje

Frente a un guion a medio gas, se sitúan unos actores que consiguen atraer toda la atención hacia sus impecables actuaciones. Tras varios trabajos en los que la hemos visto en papeles secundarios, Elisabet Gelabert toma las riendas de un largometraje con una interpretación que consigue despertar el rechazo y la compasión del espectador a partes iguales. La actriz encarna como nadie a una mujer constantemente enfadada con el mundo que, al más puro estilo adolescente, parece que prefiere jugar a los videojuegos antes que mantener su vida en orden. Pero lejos de simplismos, Elisabeth Gelabert sabe quitar las capas del personaje hasta llegar a su esencia; y es que, a pesar de las impresiones iniciales que despierta, Violeta es una mujer que, lejos de los conformismos, persevera e intenta ser una buena madre para su hijo. 

Junta a Elisabeth Gelabert se sitúa Christian Checa, un joven actor que continúa demostrando ser una de las grandes promesas de nuestro cine. Tras su nominación a los premios Goya del año pasado como actor revelación por su papel en la película “En los márgenes”, llega a este largo viaje para interpretar a ese joven acopada y educada que demuestra tener más madurez que los adultos que le rodean.

Ambos, de la mano de Víctor Nores, nos traen una historia cercana en un contexto actual que huye de los clichés y embarca al espectador en un particular viaje que haciéndose demasiado largo, termina sabiendo a poco.


Estreno en cines: 10 de noviembre

'Un largo viaje': una particular travesía que termina sabiendo a poco