jueves. 28.03.2024

Varios supermercados fueron saqueados este jueves en la ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia argentina de Río Negro y una de las ciudades turísticas más conocidas del país. Durante varias horas la situación estuvo fuera de control y la policía local fue superada. Un contingente de 400 gendarmes, al mando del Secretario de Seguridad, Sergio Berni, fue enviado a la ciudad patagónica para tratar de hacerse cargo de la situación.

En los enfrentamientos con las fuerzas del orden hubo al menos 35 heridos, 20 policías y otros 15 civiles, la mayoría jóvenes adolescentes. Uno de ellos fue alcanzado por una bala en el tórax en circunstancias aún confusas. La mayoría de los saqueadores, entre los que había mujeres con niños, estaban encapuchados.

Los asaltantes, que iban armados con palos y piedras, fueron señalados como habitantes de barrios humildes. Y, además de alimentos, se llevaron bebidas alcohólicas, computadoras, electrodomésticos, juguetes, ropa, bicicletas y otros elementos. Varios automóviles fueron volcados y al menos uno de ellos fue incendiado.

Según el gobernador de la provincia, Alberto Weretilnek, se trató de una acción organizada y planificada con la finalidad de generar una situación de convulsión en la ciudad: “no estamos en presencia de hechos que tengan que ver con la supervivencia de la gente, entrar a romper vidrieras (escaparates), entrar a robar un televisor o quemar un auto, es otro mensaje”. El gobernador también habló de “grupos ligados al narcotráfico el delito y la anarquía”.

El senador Miguel Ángel Pichetto, rival político dentro del oficialismo del gobernador, tiene otra visión, achacando los sucesos a “corrientes que vienen del indigenismo duro”. Y estableció un paralelo con los protagonistas de los sucesos en Buenos Aires contra la casa de la provincia de Tucumán, que resultó gravemente dañada en las protestas contra una decisión judicial sobre trata de personas.

El gobierno provincial admitió que hacía varios días que venían circulando rumores de que podrían desencadenarse sucesos como estos. Y, de hecho, algunas tiendas del centro de la ciudad no abrieron por temor a que se hicieran realidad. Informaciones sin confirmar dicen que el alcalde de la ciudad, Omar Goye, habría reclamado a dueños de supermercados que entregasen lotes de alimentos para evitar este tipo de acciones.

Según el diario Clarín, el alcalde había sido advertido del profundo malestar que existía en los barrios pobres que rodean el centro de la ciudad porque se estaban “cayendo” los planes sociales. El escritor y periodista Jorge Asís, habitualmente bien informado, asegura que el gobernador habría dado de baja 100.000 de estos planes, de los que 15.000 eran de Bariloche. Cabe recordar, también, que en el año 2010 tres jóvenes murieron en la ciudad por la represión policial, en un caso que fue caracterizado como de “gatillo fácil” por parte de la policía. Desde entonces, la tensión en estos barrios se ha mantenido latente.

La ciudad de San Carlos de Bariloche, situada a 1.630 kilómetros al sur de Buenos Aires, es uno de los más reconocidos centros de esquí del país. Con su aire alpino, también es uno de los destinos favoritos de los turistas extranjeros, sobre todo brasileños, y de los esquiadores del hemisferio norte, que pueden practicar su deporte en los meses de julio y agosto. En Argentina, es también uno de los sitios elegidos para lunas de miel y viajes estudiantiles.

Como aparente reflejo de los sucesos en Bariloche, a lo largo de la jornada de este jueves hubo hechos similares en Rosario (con el balance de dos muertos), una de las ciudades más importantes del país, y en Villa Gobernador Gálvez, ambas localidades en la provincia de Santa Fe. En este caso parecen haber actuado por la situación en que quedaron miles de personas a consecuencia de un temporal.

También hubo saqueos en Chaco, provincia situada en el noroeste del país, en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, y en Zárate y Campana, localidades de la provincia de Buenos Aires. Aquí, un grupo que se estima entre 400 y 600 personas intentó saquear un supermercado pero, ante la presencia policial, cambiaron de idea y asaltaron una estación de servicio y camiones y coches particulares que transitaban por la autopista Panamericana.

El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, afirmó que los atacantes de Bariloche eran “pequeños grupos marginales enormemente violentos” y los relacionó con un supuesto sabotaje a las redes eléctricas en la provincia de Neuquén, vecina a Río Negro. Añadió que estos sucesos “no casualmente ocurren en fechas como éstas”, sin dar más precisiones. Añadió que el gobierno está más atento que nunca para prever cualquier tipo de situación de esta naturaleza, añadiendo: “este gobierno y el conjunto del pueblo argentino condena de forma enérgica cualquier tipo de manifestación violenta que venga a frenar el proceso de paz social”.

En estos días se cumple un nuevo aniversario de los graves incidentes que hace 11 años provocaron la caída del gobierno de Fernando de la Rúa. Las imágenes también traen al recuerdo el fin traumático del gobierno de Raúl Alfonsín, en 1989 y sucesos también similares al comienzo del gobierno de Carlos Menem. Pero la diferencia es que en aquellos momentos se vivía una fuerte crisis social, con hiperinflación y un enorme desempleo; en el caso del 2001, la rabia popular por la incautación de los ahorros de los ciudadanos a causa del corralito.

Pero es un aviso para el gobierno, en un momento en que el crecimiento se ralentiza, la inflación sigue subiendo y las provincias viven un déficit fiscal generalizado. Estos días está siendo noticia cada vez que cada una de las provincias asegura que podrá pagar la paga extra de diciembre. Muchas provincias, sobre todo las que tienen un gran porcentaje de población empleada por el Estado, le reclaman al gobierno central dinero procedente de la llamada coparticipación federal. Pero en la Casa Rosada se administran estos recursos para premiar o castigar a los gobernadores, dependiendo de su grado de afinidad con el gobierno.

Saqueos a supermercados en distintas ciudades argentinas