martes. 16.04.2024
plaza-mayo-argentina2

Luego de unos días de decantación y reflexión de lo sucedido los días 9 y 10 de diciembre en la plaza de Mayo, conviene hacer un sucinto repaso, para tratar de enmarcar el significado político y social de lo acontecido.

Los días 9 y 10 de diciembre activaron nuevamente el poder simbólico que tiene la plaza de Mayo, que históricamente es el sitio de manifestación ciudadana, para todo tipo de expresiones, sean de reclamo, de apoyo, de fiesta, o de lucha.

El día 9, fue la despedida de Cristina Fernández como presidenta de Argentina. Ese día, se produjo un hecho histórico, pues nunca en la historia se había dado que un presidente, después de ocho años de gobierno, y doce años de aplicación de una misma línea política e ideológica, fuera despedido por una multitud que, en este caso, reventó la plaza de Mayo y todas sus calles adyacentes.

Una multitud que expresaba, fundamentalmente, el agradecimiento a un gobierno que había puesto en valor el empoderamiento de los sectores que habían sido vapuleados y arrastrados a la desigualdad social desde la dictadura de los militares y hasta la llegada de Nestor Kirchner al gobierno.

Una multitud que puso de manifiesto que, casi la mitad del país, NO votó la opción neoliberal que encabeza Macri. Una multitud que no se tragó la campaña permanente de ataque y desprestigio a la que sometieron al gobierno los medios dominantes. Una multitud que avisó que quiere libertad de expresión. Una multitud que estará observando qué pasa con los derechos humanos. Una multitud que dejó en evidencia el inmenso poder político que tiene Cristina Fernández, aún después del tremendo desgaste que provocan ocho años de gobierno.

Quizá esto explique la judicialización del traspaso de mando, que realizó el gobierno entrante, al solicitar a la justicia, una definición jurídica, para saber a qué hora la presidenta saliente cesaba en su función.

plaza-mayo-argentina

La justicia indicó que la presidenta saliente debía dejar el mando a las 24hs. del día anterior a la toma de posesión del nuevo mandatario; esa indicación impedía entregar el mando como presidenta al día siguiente. Ello, provocó que hubiera un presidente interino durante doce horas, y  logró sacar de escena a la presidenta saliente, consiguiendo neutralizar la presión partidaria que su sola presencia provoca.

Cabe señalar que en los medios dominantes no hubo información fotográfica que permitiese visualizar la concentración del 9 de diciembre, apareciendo como una noticia menor.

El día 10, fue la asunción de Mauricio Macri como presidente de Argentina. También hubo convocatoria a acompañar éste acto, en la plaza de Mayo. También fue multitudinario, pero de ninguna manera llegó a cubrir las expectativas de los medios afines, por lo que en esos medios,  tampoco fue posible ver una foto de conjunto de la plaza ese día.

Hubo momentos de tensión, pues las madres de plaza de Mayo que realizaban la habitual ronda de los días jueves, fueron insultadas por un grupo de intolerantes, seguramente con alguna sensación de vía libre, dado que el candidato Macri, dijo públicamente el 8/12/2015 "conmigo se acaban los curros en derechos humanos", (curro en Argentina significa estafa, robo, defraudación).

Finalmente, el discurso que dedicó a los manifestantes, al igual que, el que realizó en el congreso, se mantuvo dentro de la tónica de la campaña electoral, un conjunto de intenciones que cualquier persona apoyaría, pero que huele a marketing.

Lo que queda absolutamente claro, es que la plaza de Mayo habló. Ese foro de convocatoria popular, ha dejado claro, que el gobierno de Macri, no podrá soslayar la presencia activa de la mitad del país que no lo votó y que en la plaza quedó plasmado el empoderamiento que han alcanzado los sectores tanto tiempo marginados, y que será difícil que se acepte sin resistencia, lo que ya se vislumbra como un retroceso en las conquistas sociales de estos últimos doce años.

La Plaza de Mayo habló