jueves. 25.04.2024
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Foto Emiliano Lasalvia

Scioli alegó que estaba muy estresado tras la campaña por las elecciones primarias del pasado domingo y que debía tratarse por la prótesis de su brazo derecho

@jgonzalezok | Un viaje privado a Italia, cuando las casas de miles de personas estaban bajo las aguas y ya había varios muertos, puede tener consecuencias políticas y electorales para Daniel Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires y el candidato presidencial con más posibilidades en las elecciones de octubre. Scioli alegó que estaba muy estresado tras la campaña por las elecciones primarias del pasado domingo y que debía tratarse por la prótesis de su brazo derecho, que perdió hace 26 años en un accidente deportivo.

Pero el escándalo se desató y decidió tomar el primer vuelo de regreso a Buenos Aires, admitiendo implícitamente que el viaje fue había sido un error. Quizá alguien le recordó el caso del ex canciller alemán, Gerhard Schröder, que ganó contra pronóstico las elecciones del 2002 gracias a su reacción a unas inundaciones en el este del país. Su imagen con botas entre el agua le dieron la victoria, igual que a la presidente chilena, Michelle Bachelet, el terremoto del 2010 le sirvió para salir de su primera presidencia con altísimos índices de popularidad.

Desde hace más de diez días, parte de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, lo que se conoce como la Pampa húmeda, está bajo las aguas. Se considera que es la peor inundación en los últimos 30 años. El cauce de los ríos Luján, Areco y Salado fue insuficiente para contener las aguas, antes de poder descargar en el Paraná o el río de la Plata. Como hace un año, el agua volvió a entrar en la famosa catedral de Luján, a 68 kilómetros de la capital. Pero también se desbordó el agua en Quilmes, en el conurbano bonaerense, a solo 17 kilómetros del obelisco porteño. En este caso por la sudestada, un fuerte viento que empuja las aguas río arriba, impidiendo que lleguen normalmente al mar.

El malestar por la situación de los inundados y por el viaje del gobernador de la provincia más afectada, se multiplicó en los medios y en las redes sociales. La oposición estuvo atenta y el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, principal adversario de Scioli en las presidenciales, ofreció ayuda a los afectados. Pero, además, hubo fuego amigo. El jefe de Gabinete del gobierno nacional, Aníbal Fernández, candidato a suceder a Scioli como gobernador, dijo desconocer todo sobre el viaje a Italia. Se sabe que la presidente, Cristina Fernández, está también muy molesta con la situación y suspendió un acto.

A pesar de que las inundaciones son un problema periódico en la provincia de Buenos Aires, ni el Estado nacional ni la provincia han tomado medidas serias al respecto en los últimos años, a pesar de que el gasto público aumentó del 30 % al 45 % del PBI. Ya en 1884, uno de los grandes científicos argentinos, Florentino Ameghino, publicó un documento con las soluciones para el problema, pero el problema no ha hecho más que empeorar, con el cambio climático y la urbanización en zonas bajas sin control.

Cada vez que un argentino carga combustible en su vehículo, paga una tasa que va a un Fideicomiso de Infraestructura Hídrica, que en los últimos 12 años recaudó más de mil millones de dólares. Este fondo tiene por objetivo “desarrollar proyectos, obras mantenimiento y servicios de infraestructura hídrica, de recuperación de tierras productivas, de control y mitigación de inundaciones y de protección de infraestructura vial y ferroviaria”. En 2010 se creó otro fondo provincial con los mismos objetivos, pero en los últimos tres años, solo se utilizó un tercio de los fondos previstos para prevenir las inundaciones y llevar a cabo obras de saneamiento hidráulico.

Denuncias de la oposición, señalaron que parte de estos fondos que no se utilizaron fueron desviados para otros usos, incluyendo pabellones en la feria de Tecnópolis, uno de los principales proyectos de propaganda oficial del gobierno. Otra parte del dinero no gastado habría sido destinado al pago de sueldos y gastos corrientes. Y hay quien asegura que parte también se habría destinado a las dos represas que se están empezando a construir en la provincia de Santa Cruz.

Además de la subejecución del dinero que podría haberse destinado a las obras que evitasen las inundaciones, son numerosas las opiniones que denuncian los fondos millonarios que se destinan a otros fines, como el del programa Fútbol para Todos, con el cual se transmite en abierto y de forma gratuita todos los partidos de primera división y buena parte de otros de divisiones inferiores.

El gobierno de Cristina Fernández estaba haciendo todo lo posible para evitar que la economía se descontrolase de aquí a fin de año, para poder llegar en paz a las elecciones. Pero las inundaciones son un elemento inesperado, que puede acabar con la imagen de un Scioli incombustible, que siempre tuvo la rara habilidad de hacer pensar a todo el mundo que la culpa siempre era de otro.

En el reparto de culpas, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández culpó a los productores agropecuarios –sector que el gobierno considera como enemigo- al imputar al método de siembra directa, en el que Argentina es líder mundial, por el insuficiente drenaje en las tierras. Pero los técnicos lo han desmentido y señalan que, por el contrario, al no removerse el suelo, éste se mantiene cubierto con residuos de la cosecha anterior, que amortiguan la caída de la lluvia y el suelo se convierte en una esponja que absorbe y guarda el agua de las precipitaciones.   

Hay numerosas protestas por la tardía reacción de las autoridades. En el gobierno de Cristina Fernández causaron especial irritación las imágenes de María Eugenia Vidal, la candidata a la gobernación bonaerense por el opositor PRO (centroderecha), recorriendo entre el barro algunos de los lugares inundados. Aníbal Fernández la acusó de “querer sacar una ventaja politiquera”.

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El secretario general de la presidencia, Eduardo Wado de Pedro, uno de los principales dirigentes de La Cámpora, hizo declaraciones también polémicas, al anunciar que había una página Web para que los afectados pudieran informarse sobre la ayuda del Estado: “Allí se puede encontrar toda la información para la coordinación de lo que va a ser la ayuda el día después, cuando se vaya el agua y la televisión, que es el momento en que tenemos que estar presentes”. Enfatizando la aversión con los medios, añadió: “El vecino necesita un apoyo personal, saber que se fue la televisión y alguna presencia más fuerte, pero sigue la solidaridad entre nosotros”.

La Cámpora también organizó una colecta entre funcionarios de los organismos oficiales que controla para armar un fondo para los inundados. Hace dos años, cuando se inundó la ciudad de La Plata, los muchachos de dicha organización realizaron actividades de auxilio a los afectados, pero con chalecos identificativos de la agrupación, lo que se consideró un acto de clientelismo impropio.

Las inundaciones amenazan las posibilidades electorales de Scioli