viernes. 29.03.2024
correa

jgonzalezok / El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dejará en breve el poder (el 26 de mayo), después de 10 años de ejercer la presidencia y de ocupar un lugar destacado en la política regional, como uno de los presidentes del llamado eje bolivariano. La muerte de Hugo Chávez en Venezuela, la derrota de los Kirchner en Argentina y el desalojo del PT en Brasil, lo colocaron en los últimos tiempos como un referente de la izquierda latinoamericana, junto con el boliviano Evo Morales.

Correa no se presenta a la reelección este 19 de febrero porque no lo permite la Constitución. En diciembre de 2015 la Asamblea Nacional aprobó la reelección presidencial indefinida, pero a partir del próximo mandato. Durante estos años gobernó cómodamente gracias a la mayoría absoluta que tenía en la Asamblea Nacional.  

Este domingo los ecuatorianos votarán para elegir presidente y los 137 integrantes de la Asamblea Nacional. Estos son los 8 candidatos presidenciales:

  • Lenín Moreno, 63 años, candidato del oficialista Alianza País, fue vicepresidente de Correa. Anda en silla de ruedas después de recibir en disparo en la espalda durante un asalto, que le dejó parapléjico. Es el candidato para la nueva fase de lo que el oficialismo denomina Revolución Ciudadana. Tiene un perfil más amable y dialogante que Correa.  
  • Guillermo Lasso, 61 años, ya fue candidato en 2013, cuando obtuvo el 22,7 % de los votos. Liberal en economía y muy conservador en lo social, es miembro del Opus Dei. Fue banquero y fundó el Banco del Barrio, un proyecto que el Banco Interamericano de Desarrollo reconoció como el mayor plan de bancarización de América Latina.
  • Cynthia Vitieri, 51 años, socialcristiana, fue candidata en el 2006, alcanzando el 9,6 % de los votos. Abogada y periodista, es diputada desde 1998.
  • Paco Moncayo, 76 años, ex militar, fue uno de los protagonistas del golpe contra el presidente Abdalá Bucaram, en 1997. Fue reconocido su papel en la guerra con Perú, dos años antes. Ex alcalde de Quito (2000-2009), se define como socialdemócrata
  • Dalo Bucaram, 34 años, hijo del antes citado ex presidente, Abdalá Bucaram. Fue jugador de fútbol profesional y es abogado con un máster en Gestión Política por la Universidad de Georgetown (Washington).  
  • Patricio Zuquilandia, 76 años, embajador de carrera, fue ministro de Relaciones Exteriores.  
  • Iván Espinel, médico, con 33 años es el candidato más joven.  
  • Washington Pesántez, 60 años, fue fiscal general entre 2007 y 2011.

El mismo día de las elecciones se realizará un referéndum que intenta prohibir que los funcionarios tengan bienes o capitales en los llamados paraísos fiscales. El objetivo de la consulta, aunque no sea explícito, es debilitar la candidatura de Guillermo Lasso, que tiene un banco en Panamá y que disputa con Cynthia Vitieri el segundo puesto en las encuestas. Si ninguno de los candidatos llega al 40 % de los votos, con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo, se iría a una segunda vuelta, el próximo 2 de abril. Los sondeos se inclinan ligeramente por la posibilidad de que haya que recurrir a un segundo turno de votación.

Toda la maquinaria del Estado se ha puesto al servicio de la campaña del candidato oficialista, Lenín Moreno, para tratar de lograr una victoria en la primera vuelta. Si eso no fuera posible, su éxito estaría seriamente en peligro. La debilidad opositora, con 7 candidatos diferentes, puede volverse en contra si hay un voto unido en el segundo turno. Los expertos consideran que el candidato opositor con mayores posibilidades en una segunda vuelta sería Paco Moncayo, pero hay muy pocas posibilidades de que sea el segundo. El conservador Lasso, que figura en segundo lugar, despierta mayor grado de rechazo en el universo del resto de los votantes.  

El fin de mandato de Correa coincide con un deterioro de la situación económica, después de haber gozado de un viento de cola que llenó las arcas del estado y permitió llevar a cabo grandes obras públicas, así como una política redistributiva importante, que tuvo como consecuencia una importante disminución de la pobreza. Alguien llegó a calificar al país como el jaguar latinoamericano y Correa habla de la década ganada. Pero a mediados de 2014 comenzaron los problemas, al venirse abajo el precio del petróleo, principal producto de exportación del país, que representa el 30 % de los ingresos fiscales.

Entre 2007 y 2014 el precio medio del barril de petróleo fue de 80 dólares el barril, aunque hubo años, como en el 2008, que llegó a los 146 dólares. Pero en el 2015 su cotización ya fue solo de 41,88 dólares promedio. Y el año pasado, cayó a un promedio de 34,13 dólares. Muy lejos de los mejores años del viento de cola, aunque todavía mejor que en los años pre-Correa.

Pero la economía ecuatoriana enfrenta otros problemas serios y está técnicamente en recesión. En el último año se han perdido casi 350.000 puestos de trabajo; hay un nivel de inflación que es incompatible con una economía dolarizada; y el terremoto de abril de 2016 golpeó muy seriamente al país, provocando pérdidas por más de 3.000 millones de dólares.

Prácticamente se duplicó el PBI desde 2007, aunque se contrajo un 1,7 % el año pasado. Aumentó el déficit y el financiamiento del gasto público se logró gracias a un alto endeudamiento, que alcanza el 40 % del PBI. Parte de la deuda es con China y se contrató a tasas muy altas, entre el 7,95 % y el 10,75 %. Correa asumió su gobierno hace 10 años con una deuda externa de 13,5 millones de dólares y lo dejará con 42,5 millones.

El final del gobierno coincide también con sonados casos de corrupción. Carlos Pareja Yanuzzelli, que fue ministro de Hidrocarburos y un hombre muy próximo al presidente Correa, está prófugo y amenaza con revelaciones que afectarían a otros miembros del gobierno. El ex funcionario está acusado de recibir un millón de dólares en sobornos para favorecer a empresarios en contratos con la petrolera estatal, Petroecuador.

Pero las sospechas también se ciernen sobre Jorge Glas, candidato a vicepresidente por el oficialismo y que ya fue vicepresidente en el segundo mandato de Correa. Varios de sus subordinados están sospechados por casos de corrupción, incluyendo el escándalo de Odebrecht, donde la empresa brasileña habría sobornado a funcionarios del gobierno ecuatoriano, entre 2007 y 2016, con al menos 35,5 millones de dólares.

En el debe del gobierno de Correa hay que anotar también los continuos ataques a la libertad de expresión, con numerosas denuncias internacionales. La intolerancia a la crítica demostrada por Correa afectó seriamente la institucionalidad del país. Desde 2013 está vigente la polémica Ley Orgánica de Comunicación (LOC), que ha permitido aplicar sanciones a las empresas periodísticas que, según la ONG Fundamedios, hace que “vivan arrinconados por temor a más sanciones económicas”, comprometiendo su estabilidad y su futuro.

Los relatores especiales de libertad de expresión de la ONU y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, coincidieron en alertar sobre la aplicación arbitraria de la LOC: “ha sido un instrumento para intervenir de manera indebida en el contenido de los medios de comunicación y sancionarlos, sobre todo cuando las coberturas son desfavorables o cuestionan los actos o decisiones del gobierno”.

Los relatores también constataron la constante aplicación de sanciones a los medios con base en figuras jurídicamente vagas y ambiguas por parte de la Superintendencia de Comunicaciones, “un organismo sin suficiente independencia de la rama Ejecutiva (del gobierno), lo cual tiene un efecto paralizante e inhibitorio en el trabajo de los periodistas y los medios de comunicación”.

Estos diez años de Correa significaron para Ecuador un tiempo de estabilidad política e institucional, después de años turbulentos en los que hubo tres presidentes derrocados: Abdalá Bucaram, en 1997; Jamil Mahuad, en 2000; y Lucio Gutiérrez, en 2005. Rafael Correa fue elegido en el 2007 y reelegido en 2009 y 2013.

Correa empieza a despedirse de Ecuador