jueves. 28.03.2024

unnamed (1)@jgonzalezok | El nombre de Juan Carlos Pallarols evoca en Argentina al maestro orfebre que ha creado la mayoría de los bastones presidenciales que reciben los mandatarios al iniciar sus mandatos. Hizo cálices para Juan Pablo II y para el actual papa Francisco. Y tiene el encargo de rematar cuatro de las nuevas torres de la catedral de la Sagrada Familia de Barcelona. Hijo de Carlos Pallarols Cuní, reconocido platero catalán, en realidad representa la quinta generación de artistas. Ahora tiene entre manos una iniciativa que llamó Dos Rosas por la Paz, para homenajear a los caídos en la guerra de las Malvinas (1982), 649 argentinos, 255 británicos y cuatro isleños civiles, cuando están por cumplirse 35 años del conflicto.

Juan Carlos Pallarols ha traído una de sus rosas a Madrid, al pabellón argentino de FITUR, en un periplo que lo lleva por varios países. Y habló con Nueva Tribuna.   

¿Qué sentido tiene esta iniciativa?

En el año 1983 yo sentí la necesidad de hacer un homenaje a los caídos en Malvinas. Desde ese año y hasta el último bastón de mando que hice ahora, para el 2015, siempre he puesto tres pimpollos de cardo, ya que la Argentina se representa cada provincia con un cardo. Esto son tres pimpollos esperando que vuelvan las islas a la Argentina, si han de volver, pero con la naturalidad y la alegría de que nace una flor. Hace ya un año y medio comencé a reunirme con familiares de caídos en la guerra, con veteranos de la guerra, pero de Argentina y de Inglaterra, porque en el dolor somos todos iguales. Y he conseguido el apoyo de todos ellos, nos hemos juntado más de 4.000 personas. La idea es llevar cinco rosas, se le entregó una réplica a la reina Leticia de España, hermana de las que hicimos. Se va a depositar una rosa con balas de la guerra, aportadas por familiares y veteranos de la guerra, en el cementerio de los ingleses y en el cementerio de los argentinos. Con esta particularidad, que el homenaje a los argentinos lo hará la viuda de un soldado inglés, y la rosa que se deposite en el cementerio de los soldados ingleses, lo va a llevar la mamá de un soldado de apellido Cao. Después, un barco inglés va a llevar otra rosa a donde está hundido el crucero General Belgrano, y otra se va a depositar en la Bahía Agradable, donde los ingleses han tenido muchísimas bajas. Me enteré ahora que nosotros tenemos un barco hundido pero los ingleses tienen seis. Y por último, nos han pedido llevar una rosa al cementerio de las islas donde hay cuatro isleños muertos por accidente, porque los mataron los mismos ingleses, pero que en realidad son víctimas de la guerra. Y con eso queremos cumplir con este homenaje a los que han caído en la guerra, a los familiares que buscan siempre un poco de consuelo, pero por sobre todas las cosas, dejar un testimonio a las nuevas generaciones y que pensemos que las guerras no nos llevan nunca a nada bueno.

¿Cómo empezó este trabajo?

Las primeras balas que yo he fundido eran balas que me habían quedado en mi familia, de once parientes míos, tíos, primos de mis padres, que habían muerto de un lado y de otro en la guerra civil española. Después de que pasaron 80 años de esta guerra veo que nada ha cambiado, que los españoles siguen peleando por lo mismo, no logran ponerse de acuerdo, no lograron formar un gobierno. Entonces, yo digo: un millón y medio de muertos inútiles, la guerra nunca sirve de nada, ni de escarmiento ni de lección. Por eso yo creo que el amor y el arte son lenguajes mucho más expresivos y que llegan más al alma de la gente.

¿Tiene la sensación de que Argentina no reconoció todavía a los caídos en Malvinas?

El pasado 11 de julio se hizo una invitación, no del todo formal, a los veteranos de guerra y espontáneamente se juntaron unnamed (2)más de 10.000. Fue una ovación en toda la avenida del Libertador en Buenos Aires, que es bastante larga, que estaba llena de gente que gritaba agradeciendo, pidiendo perdón y reconociendo el mérito de todos los que habían participado en la guerra de Malvinas. No es el caso de algunos cabecillas o gente que se complicó de mala manera en la guerra y dejaron castigados durante 34 años a toda esta gente que había combatido y que habían hecho un papel importantísimo en la guerra. Y bueno, hoy se está preparando un desfile que será el 25 de mayo, según están diciendo las autoridades, donde van a desfilar, no atrás, sino adelante, todos los veteranos de guerra.

Después de haber hecho tantos bastones presidenciales, haber creado cosas para el papa, esta iniciativa ¿le toca especialmente en el corazón?

Sí, es algo que ansiaba hace mucho hacerlo. Entre el día 3 y 4 de febrero del año pasado tuve una intoxicación con una pancreatitis 4 que los médicos no se explican todavía por qué estoy viviendo. Así que todo eso le dio mucho sentido para que dedique toda mi energía a trabajar por la paz del mundo. Me han preguntado mucho cómo he llegado tan lejos, porque yo simplemente me presento como un artesano que quiero hacer algo por la paz, y le doy participación a todo el mundo. Estuve en muchos lugares, ahora pronto voy a ir a Israel y Palestina, voy a ir donde me llamen, donde haya necesidad de paz. Y creo que eso sería ya como la obra más importante de mi vida. Justamente porque no la hago yo, la hago con la colaboración de toda la gente. Todo el mundo puede golpear en un pétalo, una rosa, como he hecho también los bastones de mando y muchos trabajos religiosos.

¿Aprendió algo en el contacto con los que fueron enemigos de Argentina en la guerra de las Malvinas, los ingleses?

No sé si son tan enemigos, hoy los siento muy amigos. Creo que el error está en tomar muy rápido el camino de la guerra. Como si la guerra fuera una solución. Y la guerra nunca es solución de nada, es agrandar el conflicto, es crear víctimas. Pero bueno, para los que venden armamento y venden proyectiles, sin duda debe ser un negocio fantástico.

Rosas por la paz en Malvinas