martes. 19.03.2024

Los medios del poder basaron su programación en el incremento del delito, asociando a la inmigración con el narcotráfico y los homicidios; y esquivando, claro, cualquier relación entre desigualdad e inseguridad

La campaña electoral por la presidencia argentina ya comenzó. A falta de concreciones económicas y sociales, y en medio del desplome financiero que advierten los principales medios especializados, el gobierno de Mauricio Macri inició una serie de propuestas que pretenden desplazar el debate económico-social hacia una agenda basada en el combate del delito y de la inseguridad.

La criminalización de la pobreza y de la inmigración se naturalizó durante 2018 mediante las opiniones de los comunicadores oficiales que invisibilizaron las consecuencias de las políticas neoliberales impulsadas por el gobierno de Cambiemos. Los medios del poder basaron su programación en el incremento del delito, asociando a la inmigración con el narcotráfico y los homicidios; y esquivando, claro, cualquier relación entre desigualdad e inseguridad.

La estrategia del gobierno es captar el voto de quienes vieron con buenos ojos la irrupción de Jair Bolsonaro en el país vecino. La gran mentora del nuevo discurso de “mano dura” es la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dueña de un relato cargado de fobias hacia los sectores más vulnerables y el colectivo inmigrante. Bullrich, autora de la estrategia que apunta a darle más facultades a las fuerzas de seguridad, estigmatiza a los menores de edad y a los extranjeros como principales actores del delito.

Ante la falta de propuestas concretas, y con el fin de desviar la atención del verdadero entuerto en el que el propio gobierno ha metido a la Argentina, la iniciativa que parece contentar a una fracción importante de la sociedad es la compra de pistolas teaser, armas que la ministra considera “no letales”, aunque han provocado medio centenar de muertes en los países en los que se utilizan. Especialistas en seguridad y organizaciones de Derechos Humanos ya han advertido que estas armas, además de ser peligrosas y en ocasiones letales, son ineficaces. La Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional reveló que la nueva norma ya ha comenzado a ser usada por los agentes ante la justicia para llevar adelante sus defensas penales. Patricia Bullrich justificó el uso de las pistolas teaser y argumentó que no son letales. Ni el estudio realizado por Amnistía Internacional pudo frenar la verborragia de la Ministra, que en noviembre de 2018 sostuvo que “Argentina es un país libre y el que quiera estar armado, que esté armado”. Según esta organización, tanto en Holanda como en Estados Unidos, países en los que las pistolas teaser son legales, su uso ha sido arbitrario y ha provocado muertes de inocentes.

El oficialismo promueve su propia adaptación de la política bolsonaro arremetiendo contra la clase a la que el propio gobierno ha desplazado. El gobierno de Mauricio Macri insiste en pronunciar su postura contra la pobreza, endilgándole a ésta los crímenes más aberrantes. La ministra, por su parte, ha vuelto a identificar a los extranjeros con el delito. Según Bullrich hay un 20 por ciento de prisioneros que son inmigrantes. Sin embargo en el sistema carcelario nacional los extranjeros apenas alcanzan el 6 por ciento. El 94 por ciento restante de los detenidos son argentinos. El 20 por ciento al que la ministra se refiere corresponde al sistema penitenciario federal que alberga presos por delitos federales, como el narcotráfico.

Los menores también están en la mira del oficialismo. El gobierno reflotó un viejo proyecto que pretende bajar la edad de imputabilidad a los 15 años. Según el argumento de la ministra, “los menores de 15 años tienen una alta incidencia en los delitos graves”. Sin embargo, según un informe de Homicidios del Instituto de Investigaciones del Consejo de la Magistratura de la Nación, en 2017 se cometieron en Buenos Aires 144 homicidios, de los que apenas el 3 por ciento fueron cometidos por menores de 16 años.

Las propuestas del oficialismo logran una gran repercusión mediática, y se convierten en opinión pública. Los sondeos muestran que quienes reciben con buenos ojos la “mano dura” a la que invita el gobierno, desconocen que por menos de la mitad de la inversión propuesta por el gobierno para la adquisición de armas, se podrían gestar las estrategias para combatir el hambre y la miseria que este gobierno ha generado en sus tres primeros años de gestión, como también una comisión que investigasen la evasión, el lavado de dinero y la falsificación de identidad, graves delitos en los que miembros del gobierno están involucrados, sin que aún exista intención de investigar. De modo que bien viene a cuentas aquello de que “cuando roba un pobre, va a la cárcel. Pero cuando un rico roba, se convierte en ministro”.

Argentina, se dispara la campaña electoral