viernes. 26.04.2024
coronavirus covid19

Son muchos los epidemiólogos que confían en la probabilidad de que estemos en puertas de una transición de la actual situación de pandemia —una infección fuera de control que afecta a todo el mundo— a una endemia —aparición de un número de casos más o menos estable cada año o periodo de tiempo—.

El científico Adolfo García-Sastre, investigador español, catedrático de medicina y microbiología, codirector del Global Health & Emerging Pathogens Institute y del Icahn School of Medicine at Mount Sinai en Nueva York, se ha mostrado optimista al sumarse a la línea que defienden otros muchos epidemiólogos de que la variante ómicron, mucho más contagiosa y menos virulenta que las anteriores, tal vez sea la que acabe con la pandemia ya que se está comportando de un modo similar a los virus respiratorios que habitualmente conviven con los humanos, todo ello sin olvidar que todavía puede ocasionar muchos contagios.

Pese a la actual eclosión de infecciones, es un hecho que la situación es mucho mejor que la de las navidades pasadas, pues el riesgo de contraer la enfermedad en los vacunados (o hacerlo con una sintomatología que requiera ingreso hospitalario) es considerablemente inferior. No hay duda de esto, como tampoco de que vacunarse con la tercera dosis reduce riesgos y la probabilidad de muerte. Igualmente, se va consolidando la evidencia de que ómicron tiene una contagiosidad muy superior a las variantes previas, aunque con el atenuante de que la mayoría de pacientes que la contraen presentan síntomas leves, puede que no solo por su condición de vacunados sino también porque esta variante tiene menor virulencia.

Adolfo García-SastreSin embargo, García Sastre (en la imagen) se muestra crítico al considerar que la sexta ola actual ha cogido desprevenido a nuestro sistema de salud, habida cuenta de que se sabía que ómicron sería muy transmisible y causaría infecciones en los vacunados, algo que habría podido combatirse con una mayor precocidad en la aplicación de la tercera dosis de refuerzo y sin solapar tanto en el tiempo a los distintos tramos de edad. Igualmente, este afamado microbiólogo de la School of Medicine at Mount Sinai en Nueva York ha lamentado que no se haya reforzado debidamente al personal sanitario cuando todo apuntaba a una gran demanda de ciudadanos que acudirían a los centros a diagnosticarse. 

Sin embargo, en estos difíciles momentos, resulta alentador no descartar cierto optimismo y confiar en la probabilidad de que la pandemia acabe mutando a endemia y que el temido coronavirus de 2020 se convierta en virus respiratorio mucho más inofensivo, y que a pesar de que persista una evolución en tobogán con olas de subidas y bajadas, sea cada vez más tolerable la situación, mejore la calidad de vida, disminuya la morbimortalidad, y la inmunidad grupal mejore con el paso del tiempo. Otra meta donde depositar la esperanza es la llegada de unos fármacos específicos como el reciente antiviral Paxlovid, recientemente aprobado para el tratamiento de la covid grave o moderada en mayores de 12 años. 

Y mientras tanto, conforme la pandemia vaya evolucionando a endemia y nuestro sistema inmune reforzándose, seguirán siendo necesarias las mismas medidas preventivas que no han perdido un ápice de actualidad desde que el pasado marzo de 2020 interiorizamos en el disco duro de nuestra conducta el hábito de la mascarilla y la distancia social, así como evitar en la medida de lo posible los recintos cerrados y masificados, entre otras muchas actuaciones destinadas a no facilitar a los virus su tendencia a propagarse.

¿Podría ser ómicron la traca final de la pandemia?