jueves. 28.03.2024

Llamar "política exterior" a la promovida por D. Josep Borrell i Fontelles es un exceso verbal que descontextualiza su propia irracionalidad.

Después de meses ignorando la realidad más histórica elemental, Mr. Borrell ha declarado desde su púlpito bruxelense "Nuestro bienestar se basaba en la energía barata de Rusia. Es obvio que hoy debemos buscar fuentes de energía dentro de Europa, en la medida de lo posible, y no cambiar una dependencia por otra. La mejor energía es la que viene de dentro (de la UE)".

Esta declaración reconoce una realidad que existe hace decenas de años y que estaba en la base industrial de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), en el origen de la UE. La estructura económica creada por los padres de la CECA obedeció a la necesidad de contar con el apoyo de la industria rusa del gas para el modelo de la Europa post II Guerra Mundial, y partieron de la base de que la entonces Unión Soviética era el aliado estratégica que logró la derrota del ejército alemán.

Detrás de la concepción de Mr. Borrell de que es posible destruir los monopolios naturales están la soberbia y el racismo

Mr. Borrell rechazó y desconoció esta cuestión al acceder a su puesto cuando defendía que se podía reemplazar el gas ruso bajando la temperatura de la ducha diaria en uno o dos grados centígrados. No menos disparatada es la pretensión de reemplazar el gas ruso por el gas licuado fractal norteamericano, para lo que cuenta con el apoyo del "virrey" de España, Pedro Sánchez.

Sin entrar en el análisis de la estructura europea de refino, y para más claridad en la explicación, basta analizar lo siguiente: Europa Occidental necesitaría aproximadamente 580 metaneros de gran tonelaje para garantizar la línea logística de suministro desde Estados Unidos a Europa. Sin embargo, en el momento del brillante descubrimiento de Mr Borrell existían en el mundo aproximadamente 180 metaneros de estas dimensiones, la mayoría de los cuales estaban y están vinculados al suministro de gas ruso a Japón y a China mediante contratos a largo plazo.

Construir los metaneros faltantes llevaría a los astilleros disponibles entre 10 y 15 años, lo que ha permitido a los grandes astilleros de Shanghai contar con una carga de trabajo de más de 12 años, resultado del delirio de esta política.

La consecuencia de su ignorancia ha promovido que millones de ciudadanos europeos y de fuera de la Eurozona cayeran por debajo del umbral de la pobreza; además ha provocado un fenómeno económico que no tiene solución a corto y mediano plazo, como es la desagregación de los mercados y de las líneas de abastecimiento.

Para entender este fenómeno hay que pensar que el gas es una materia prima base para la industria química y pesada en todo el mundo.

Mr. Borrell pasará a la historia como el oficial que conseguirá cerrar más fábricas de base (aluminio, acero, portland, cemento, petroquímicos, titanio, aceros especiales reprocesados, por nombrar sólo algunos) sin un conflicto armado generalizado y con la finalidad de destruir monopolios naturales.

La desagregación de procesos industriales provoca por sí sola efectos en los mercados que no se pueden controlar, destruyendo las cadenas logísticas y la estructura industrial y, como consecuencia, la economía de costos escalables de cualquier sistema industrial. Es decir, se ven afectados desde las panaderías artesanales, a la pequeña y mediana industria mecánica y electrónica, hasta cualquier producto que tenga en sus costos el precio de la energía.

Hay que retroceder muchos años en la historia para encontrar un fenómeno parecido, que no se dio ni siquiera en la I y II Guerra Mundial.

Rusia posee un monopolio natural de numerosas materias primas que son, por definición, insustituibles. El efecto de los monopolios naturales es conocido en la economía clásica desde al menos el siglo XVIII, aunque ya los romanos tienen control de las materias primas básicas con la intención de controlar la inflación de precios de los alimentos y la producción militar; de hecho, la disrupción de estos suministros por motivos diversos es una de las componentes de su desaparición como imperio.

Detrás de la concepción de Mr. Borrell de que es posible destruir los monopolios naturales están la soberbia y el racismo.

En la primera mitad del siglo XX, Alemania llegó a la misma conclusión y como solución se implementó la doctrina racial que, una vez ocupada Rusia militarmente, promovió el extermino de la población eslava y su disgregación en cientos de pequeñas naciones de base racial. En su delirio, esta política pretendía hacer lo mismo con China para, desde Manchuria y el Mar Oriental de la China, preparar la invasión de los Estados Unidos con la misma política racial y el exterminio de al menos 300 millones de chinos. Japón intentó una solución similar con su invasión a Manchuria y la masacre y exterminio de millones de chinos.

Esta ideología subyacente en la política actual de la denominada "Europa Occidental", dirigida por Mr. Borrell y la germánica Ms. Ursula von der Leyen, promueve el enfrentamiento con los pueblos eslavos, centro-asiáticos, chinos, persas e indios, y todo eso lo hacen desde un puesto administrativo en Bruselas. Ningún emperador romano se atrevió a tanto.

El conocimiento de esta realidad es la que llevó a la Francia de De Gaulle a su política de la "silla vacía" en el Consejo de la OTAN y a la decisión de no integrar a Francia en la estructura militar de la Alianza Atlántica

Esta obnubilación irracional ha promovido el descenso al infierno de la pobreza energética a una parte importante de la población trabajadora y pobre de la Eurozona y de otras zonas del mundo.

La guerra en Ucrania obedece al mismo esquema militar que diseña el General Reinhard Gehlen para el mundo eslavo y que al terminar la II Guerra Mundial le corresponde para salvar la vida a cambio de los archivos de contrainteligencia alemanes escondidos por él y los militares a su cargo al final de la guerra, lo cual entregó al Gobierno de Estados Unidos. Pasó así a entrenar en la más absoluta clandestinidad a oficiales del Departamento de Estado y a cuadros intelectuales del Gobierno norteamericano.

Sobre esta base, se propuso la política de contrainteligencia que haría frente a una invasión rusa de Europa. Toda esta mega estructura se basó en el uso de los "excedentes" y restos de las tropas "raciales" alemanas que el General Gehlen había organizado años antes.

La denominada "Organización Gehlen", constituida antes de su acceso a la dirección de la inteligencia de la RFA, fue la estructura política militar que organizó y estructuró a los residuos del nacionalsocialismo y el fascismo para promover una "vanguardia" militar que haría frente a la invasión rusa de europa occidental. Esto permitiría crear una estructura militar irregular en el "Este", o sea, en la retaguardia de los "eslavos" y pueblos centro-asiáticos. Contaron para ello con los ficheros usados ​​por las tropas de ocupación alemanas y de contrainteligencia de la Wehrmacht y de las SS, incluidas las fuerzas de tareas de los Eizensatzgrupen .

El conocimiento de esta realidad es la que llevó a la Francia de De Gaulle a su política de la "silla vacía" en el Consejo de la OTAN ya la decisión de no integrar a Francia en la estructura militar de la Alianza Atlántica.

El héroe nacional ucraniano Stepan Bandera no fue más que un peón de la doctrina de contrainteligencia del General Gehlen, doctrina con la que se pretendía el acceso al petróleo del Caúcaso y a las materias primas del Donbás, como el carbón.

Volodymyr Oleksandrovych Zelenskyy es hoy el heredero autoproclamado de Stepan Bandera y producto de una interpretación racial de la historia eslava que Otto Adolf Eichmann hubiera aprobado. Los consejos judíos polacos tienen una matriz similar.

Mr. Josep Borrell arrastrará en su mezquina historia el mayor desastre de la Unión Europea desde la creación de la CECA.

Gregorio D. Dionis | Director Radio Nizkor | Presidente Equipo Nizkor

Josep Borrell reconoce que su política exterior se basa en paradigmas falsos