domingo. 28.04.2024
Francisco Javier Lambán
Francisco Javier Lambán

Mucho habré de disculparme por el uso en el titular de estas líneas de una palabra malsonante. Lo cierto es que no encuentro otra que exprese con precisión la idea que les referiré. Por otra parte, es una palabra que deja a salvo la dignidad personal del afectado, más allá de la lluvia de piedras a que sus actos y/o palabras le puedan hacer acreedor. 

Un gilipollas no es exactamente un tonto. Un tonto según la RAE es una persona muy necia e incapaz. Y, por lo último, una persona discapacitada. No es el caso. No es un imbécil. No es una persona débil ni menos aún necio o débil o escaso de razón. Tampoco un idiota. Un idiota es la persona excluida de las responsabilidades políticas. En Atenas, los que carecían de derechos a participar en la política. Obviamente tampoco es el caso de quien ha desempeñado la alta Magistratura de la Presidencia del Consejo de Aragón y ahora es senador. 

Un gilí es quien se comporta como un tonto sin serlo. Aunque la reincidencia o la reiteración podrían obligarnos a revisar esta última afirmación. La referencia al órgano viril, en una sociedad machista, equivale al uso del superlativo o comparativo de excelencia. Un gilipollas no es un gilí normal y corriente. Es un gilí llamativamente destacado, relevante, notorio… Es lo que nuestro recordado Forges llamara un “sotontoelculo” de toda la vida, solo que éste, a diferencia del gilipollas, se manifiesta especialmente en actividades de a pié, cotidianas…

Lleva Don Javier muchos años creándose un currículum para figurar en esta galería, que estrena, y que por su propia naturaleza será una obra necesariamente inconclusa

Lleva Don Javier muchos años creándose un currículum para figurar en esta galería, que estrena, y que por su propia naturaleza será una obra necesariamente inconclusa visto que en este país si los gilíes volaran, no podríamos ver el cielo descubierto. Se anticipa a otros líderes sociatas, igualmente meritorios, por la simple razón de que disponiendo de perfecta visión en ambos ojos, ve menos que el conocido Pepe Leches.

No. No le hemos expuesto aquí al público por sus manifestaciones conocidas de estos días refiriendo de forma tajante su rechazo a la amnistía para el que califica como prófugo de la Justicia, concepto discutible porque ni siquiera hay una orden internacional de detención. «La ley de la amnistía no cabe en la Constitución, lo han dicho todos los juristas y, hasta ahora, lo hemos dicho siempre los socialistas»,como si no supiéramos que los juristas y aun la jurisprudencia tiene remedios para todos los males, incluidos el mal de ojo y las amnistías, como buena botica. O que los juristas tienen una moral muy relativa, los intereses de su cliente y, frecuentemente, los suyos propios. Ya conocen el chiste gallego, “el choto es nuestro, Maruxa”. O advirtiendo de sus consecuencias, «sería abrir una vía de agua en la nave constitucional»O su firme apoyo al 155 que el Gobierno de Rajoy aplicó en Cataluña en 2017, que para él resulta «lo más eficaz que ha hecho el Estado para combatir el independentismo catalán”, pasando por alto el aporreamiento indiscriminado a ciudadanos inocentes alguno de los cuales, incluso, intentaban votar en contra de la independencia. Se podrá estar de acuerdo o no con el Sr. Lambán. Todas estas manifestaciones son legítimas y por tanto, sean compartidas o no, merecen el respeto que toda opinión merece. Por cierto, ya va siendo hora de revisar aquello de que “todas las opiniones son respetables”, porque independientemente de que no refleja la verdad, lo cierto es que lo que merece respeto no es nunca la opinión concreta, sino la persona que la emite.

Su traída a este lugar de despelleje, se debe a la frasecita del interfecto de que «Las procesiones de la lideresa de Sumar en Bruselas en las últimas fechas, me han parecido lo más obsceno que yo he visto en España, desde que se aprobó la Constitución y echó a andar la democracia». Está claro que al Sr. Lambán le pueden parecer bien, mal o regular las gestiones y los viajes a Bruselas o Tombuctú de Yolanda Díaz. Donde se le ha ido la mano y tras ella todo el cuerpo y el alma misma es en calificar como “lo más obsceno que yo he visto en España desde que echó a andar la democracia”.

No es fácil averiguar en qué limbo del lisérgico ha vivido Don Javier desde 1978, en qué paraíso estúpido, en qué coma inducido

No es fácil averiguar en qué limbo del lisérgico ha vivido Don Javier desde 1978, en qué paraíso estúpido, en qué coma inducido… Quizás tuviera de compañero de habitación en La Paz a Ossorio, aquel consejero popular de la Comunidad de Madrid que no veía pobres en Madrid. Necesitaría un año para relatarle todas las cosas que han sucedido en este país en los últimos cincuenta años para los que debería reservarse la calificación de obsceno con propiedad. Podríamos empezar por el golpe de Febrero de 1981 con la imagen de un Teniente Coronel de la Guardia Civil pistola en mano en la sede de la soberanía nacional, disparando al techo con fuego real mientras los representantes electos del pueblo se ponían a cubierto debajo de los escaños…Y las conspiraciones militares previas. O a S.E. El Rey Emérito (hasta el artículo se escribe con mayúsculas) amnistiado de sus delitos de codicia mientras fue Rey por la propia Constitución y luego por la inactividad de esa nube de juristas, los mismos que invoca Lambán, más atentos a sobarse sus propios atributos sexuales que a trabajar en aquello por lo que cobran. El avance del fascismo y la resurrección del franquismo a estas alturas…Los cientos de muertos causados por el terrorismo, por la violencia de género, por los accidentes de trabajo, por los siniestros naturales… Los niños excluidos de la enseñanza primaria pública, la insuficiencia de las becas o de las plazas en la Formación Profesional… El funcionamiento de la sanidad pública y su progresivo y deliberado deterioro… La falta de viviendas y el precio de compra o alquiler de las mismas (por cierto, durante 8 años al frente del gobierno aragonés no construyó ni una sola vivienda de protección oficial)…Los sintecho (3.500 solo en Madrid)… La inflación y los precios…

Todo eso Sr. Lambán, todo eso ¡sí es obsceno! Y si es demasiado abstracto para Ud., ahora que va a vivir en Madrid, a cuerpo de senador, dese una vueltecita por la Cañada Real. 

Galería de gilipollas pluscuamperfectos: hoy, Don Francisco Javier Lambán