lunes. 29.04.2024

Sin unos medios que compensen las diferencias en productividad que existen entre estas nacionalidades, usando un símil que espero sea suficientemente descriptivo ¿cómo podemos esperar que la distancia que es preciso recorrer para alcanzar un objetivo que ha de ser común, se haga equiparando las facultades de un atleta, con la de uno que por una u otra causa nunca haya ido a un gimnasio? ¿No ocurriría, como en realidad ha acaecido, que esa falta de músculo entre las diversas nacionalidades iba a provocar un déficit en las cuentas corrientes de las diferenciadas balanzas de pago, que o bien se compensaba con un aumento de la productividad (imposible de alcanzar por falta de músculo), o bien tenía que ser llevado a cabo a través de reducciones salariales, privatizaciones de las empresas públicas, o endeudamientos con el Exterior? 

Como consecuencia tanto de una estructura industrial infinitamente superior a la nuestra, como de ese “volksgeist” con el que el pueblo alemán se identifica con lo que ha denominado como su “vaterland”, la realidad nos ha mostrado que su país es mucho más competitivo que el nuestro; y que por tanto el euro nos iba a patentizar esta diferencia. Después de que con la caída del Muro, la Alemania del Este se apresto a adaptarse a una economía que, como la del Oeste, se desarrollaba siguiendo los parámetros de una economía de mercado; es decir, una economía en la que la propiedad y la iniciativa privada -a pesar de todas sus secuelas negativas-, eran el motor que posibilitaba la creación de riquezas; los países más mediterráneos seguimos sin identificarnos con un “vaterland” que no ha ido más allá del “vater” y el “land” de todas nuestras desgracias. En nuestro "vater", como padre y "land", como país, priman tanto las nacionalidades periféricas, como la nacionalidad central. Y no es exclusivamente por las lenguas de esas nacionalidades periféricas. Que también. Porque en una de estas nacionalidades, como es Cataluña, a pesar de que en ella se entiende, y con ciertas reservas, se habla el español, al igual que en los tiempos del dictador enano y sanguinario, se prohibió utilizar el catalán, en los tiempos que le sucedieron se ha prohibido en sus escuelas la enseñanza de una lengua que como el español se habla en medio mundo. Una enseñanza que por su difusión, conjuntamente con la suya propia, no puede ser ignorada. 

La falta de músculo entre las diversas nacionalidades iba a provocar un déficit en las cuentas corrientes de las diferenciadas balanzas de pago

Con lo cual me pregunto, si la razón de esta prohibición no constituye un resarcimiento de la política lingüística que tuvo lugar en un presente que afortunadamente no conocen la mayor parte de los que lo sufrieron ¿No existen intereses que están más allá de lo que representa esta particular política lingüística.? ¿No será porque habiendo en Cataluña, al igual que en el resto del país, políticos corruptos, éstos son "sus" políticos; y con ellos ya tienen suficientes, como para tener que compartir los que pululan y corrompen como moscas, el pastel que conforma el Estado? ¿No sería más provechoso que en todas las escuelas del mundo -con independencia de seguir utilizando su lengua vernácula-, se enseñara una lengua que como el esperanto, además de igualarnos derrumbando fronteras, constituye un idioma en el que se han eliminado las dificultades que concurren en todas las lenguas a nivel fonológico, morfológico y gramatical.? 

Dejando a un lado una de los problemas que como los idiomas son una de las causas que están separándonos; y volviendo recordar las primeras líneas de este artículo, en las que se dice: "Sin unos medios que compensen las diferencias que existen entre las nacionalidades", considero procedente tener que añadir que, al no tenerse en cuenta que económicamente la oferta debería ser un tanto equiparable a la demanda, estas desigualdades se trató de solventar haciendo uso de unos Fondos Europeos, que no han sido utilizados para equipararnos con el músculo de la mayor parte de las nacionalidades a las que nos han incorporado. 

Y esto en función de que las formas con las que se pretendió convertirnos en atletas consistió, como nos muestran -entre otras muchas-, la desindustrialización y la condicionada reindustrialización industrial de España por parte de Felipe González Márquez, bajo las irradiaciones de la socialdemocracia alemana y la Cía., estuvo acompañada por la venta de Endesa a Italia, la Seat, a la multinacional alemana Wolkswagen, la Pegaso, a la firma italiana Fiat, la privatización de Aena, y entre otras muchas, la industria siderúrgica Ensidesa. A lo cual hay que añadir por parte alemana, la instauración de los "minijobs" llevada a cabo por la ex-canciller de Alemania, Ángela Merkel. Un sistema de trabajo parcial, en el que el trabajador está exento de pagar impuestos, y la empresa, obligada a abonar un 30% de los salarios devengados. Lo que ocurre es que en España, este modelo ha sido superado con creces. Por una parte, un trabajo parcial que no puede ser superior a 15 horas a la semana, las empresas se han acogido a esta normativa de tiempo trabajado, cuando en realidad obligan a los trabajadores a prolongar la jornada el tiempo que éstas puedan requerir, con lo cual se ahorran las cotizaciones que deberían pagar a la Seguridad Social. Por otra parte hemos inventado el trabajador autónomo. Un modelo con el que no sólo se evitan estas cotizaciones, sino que además, un obrero que trabaja para una empresa tiene que aportar los medios con los que materializar este trabajo. Es decir, han solventado el problema de las plusvalías.

En realidad obligan a los trabajadores a prolongar la jornada, con lo cual se ahorran las cotizaciones que deberían pagar a la Seguridad Social

Con la caída del régimen soviético, en Alemania se produjo algo parecido a lo que acaeció en la antigua URRS, cuando este régimen se topó con un bocado que si la Federación Rusa, como Estado socialmente no podía digerir, el Capital sí estaba preparado para deglutirlo.

Lo que ocurrió en Alemania fue, que a diferencia de lo que acostumbra ocurrir en los países más mediterráneos, en aquel país, debido a una política laboral y a la iniciativa privada de sus empresarios, consiguió forjar una estructura industrial de la nada. Hay que reconocer que sus empresarios nada tienen que ver con los nuestros; pero cuando asumiendo esta desventaja tenemos asimismo que soportar que nuestros políticos han estado a la altura de nuestros empresarios, es comprensible que éstos nos hayan convertido en un país en el que gran parte de nuestro PIB prioritariamente esté fundamentado en el sector de los servicios; y que además tengamos que tragarnos las mentiras con las que nos adormecen unos medios que se encuentran al servicio tanto del Capital, como de unos partidos políticos que son el refugio de los que anteponen tanto sus intereses como los del Capital, a los que deberían desarrollar con respecto al progreso y el bienestar de su país.

¿Cómo es posible que además de las diferencias estructurales que concurren entre los países de esta vieja Europa, estos pancistas encaramados en el podio, ni llegaron ni llegan a entender, que con una moneda que no puede ser devaluada, sólo es dable echar mano de una devaluación interna de los salarios.? A pesar de que en función de los resultados empíricos que se han observado, con la contención de los costes laborales no se ha logrado corregir una caída de nuestra competitividad; como nos muestra nuestro perenne déficit comercial. Es más ¿cómo fueron tan lerdos, que en lugar de utilizar el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, FEDER, con el que se tenía que corregir los desequilibrios regionales dentro de la UE., en lugar de emplearlo para que nuestra estructura industrial y comercial fuera más competitiva, lo emplearon, entre otras cosas, para erigir unas estructuras faraónicas, extrañas a la industrialización del sector de los medios de producción; así cómo una brutal destrucción del sector lácteo? ¿No advirtieron que con esta moneda, los países más industrializados iban a aprovecharse de las valoraciones relativas que adquirieran los bienes, en aquellos países que se hubieran convertido en proveedores del sector primario y de servicios?

Si nos remontamos a su cierre en 2012, la deuda pública española alcanzó la suma de 882.339 millones de euros. 145.871 millones más en tan solo un año. Es decir, unos 400 millones cada día. Lo cual nos ha llevado a que, a pesar de haberse subido los impuestos y establecido unos recortes salariales que han hundido el consumo, no se ha podido evitar que ésta siga incrementándose.

Esto, en lo que se refiere a 2012; pero es que en lo últimos cinco años, la Deuda se ha incrementado en más de 500.000 millones. En el primer trimestre de este año se ha acrecentado en 39.438 millones, alcanzando una cuantía de 923.311 millones, lo cual equivale al 87,8 % de nuestro PIB. Y según datos fehacientes, a finales de año habremos superado el 100% de dicho PIB. Algo que en función de las causas que lo están generando, tenemos inmediatamente que solucionar. Sobre todo si tenemos en cuenta que al cierre del 2007 nuestro endeudamiento era el 36,3 % del PIB.

Nuestros políticos han estado a la altura de nuestros empresarios, es comprensible que éstos nos hayan convertido en un país de servicios

Mientras que la economía creció a un ritmo del 4% y los fondos de desarrollo y de cohesión procedentes de Europa contribuyeron a este crecimiento, presumimos del milagro español; pero en el momento en el que a la vaca no se le pudo sacar más leche, a los que participaron en el diseño de su nuevo establo, sólo se les ocurrió el recurso de ponerla a dieta. Entretanto ese famoso toro con el que el capitalismo español llego a simbolizar nuestro país, sufrió una operación quirúrgica. Prescindido de sus atributos, ese símbolo que el capitalismo elaboró, y sobre el que se edificó tanta mentira, lo único que estos burocratizados y asimismo reconvertidos cirujanos consiguieron, fue transformarlo en un emblema que resiste los embates del viento en nuestros campos. A esta España nuestra la han llevado a un estatismo, que además de enfrentarse pasivamente a los vendavales, curiosamente está plagada de parásitos. En lugar de haber utilizado dichos Fondos que hubieran modernizado nuestra industria (y en esto Europa se preocupó de que no fueran empleados a tal fin), los aprovechamos para crear una vasta red de aeropuertos, que aunque no llegaron nunca a ser operativos, proporcionaron a sus promotores sustanciosos dividendos; se conformó un sistema de alta velocidad que a mayor velocidad nos demostró que debido a su insuficiente cobertura nacional, se contempló como inoperante; y sobre todo se incrementó de tal forma el número de los agarrados a la teta de una vaca a dieta, que no es de extrañar que este ser, que por su naturaleza es tan solo un rumiante, sea incapaz de entender que el establo del que presumimos tiene que dejarlo atrás, y emigrar a otras boyeras.

Como dicen que los males, cuando llegan, nunca vienen solos, el incremento de la Deuda y la progresión que ésta está experimentando, conlleva una carga de intereses que constituye el gasto más improductivo de todos. Su pago representa una parte tremendamente significativa de los Presupuestos Generales del Estado. Tan solo en este año se prevé gastar 38.660 millones de euros (859 euros por persona). Algo que si no despertamos es porque a nosotros también nos han sometido a una operación quirúrgica.


Nota: Esta serie la comencé a escribir en enero del 2016

La deuda constituye el gasto más improductivo de todos