La cultura mixteca ocupó Monte Albán después de ser abandonada por los zapotecos, fue una de las más antiguas culturas precolombinas mesoamericanas, antecesora del actual pueblo mixteca mexicano.
Floreció al sur del actual territorio de México. Su época de esplendor terminó en el siglo X, pero el pueblo mixteca sobrevivió hasta su encuentro con los conquistadores españoles en el siglo XV. Su apogeo fue durante el Período Clásico Mesoamericano, 200 d. C. hasta 900 d. C. y estuvo de algún modo vinculado a los importantes centros urbanos como Teotihuacán y Monte Albán.
Fue una de las civilizaciones mesoamericanas que habitó en el sur de México entre los siglos 1500 a. C. y 1521 d. C. Se asentaron en la región occidental del actual estado de Oaxaca, y en parte de los estados de Guerrero y Puebla. Esta región se dividía en Mixteca Alta, región templada y montañosa, con elevaciones de hasta 2000 metros, Mixteca Baja, cálida y seca, con elevaciones de 1200 metros de altura y Mixteca de la Costa, región tropical ubicada a lo largo de la costa del Pacífico.
Desarrollaron un sistema de escritura propio, a través del cual legaron sus historias en códices hechos con cortezas de árbol y piel de venado
Crearon diversos reinos independientes, gobernados por parejas reales que monopolizaron el control del territorio y de sus habitantes. Desarrollaron un sistema de escritura propio, a través del cual legaron sus historias en códices hechos con cortezas de árbol y piel de venado.
Compartió muchos rasgos con sus vecinos zapotecos, junto a quienes se llamaban a sí mismos como “pueblo de la lluvia”. Sin embargo, cada una de estas culturas emprendió su camino distinto, a medida que se integraban a la compleja red de relaciones pan mesoamericanas de la época.
A juzgar por los rastros arqueológicos, su decadencia se produjo debido a un proceso de balcanización de la zona, o sea, de desintegración en culturas aisladas y enemistadas. Esto los hizo vulnerables a la presión de parte del Imperio azteca primero y luego de los conquistadores españoles.
Los restos arqueológicos más antiguos datan del 3000 a. C. Sin embargo, los especialistas consideran que la cultura mixteca se desarrolló entre 1500 a. C. y 1521 d. C., desde la aparición de los primeros asentamientos en la Mixteca Alta hasta la llegada de los conquistadores españoles.
En cuanto a la organización social, los reinos mixtecos estaban socialmente estratificados y gobernados por una aristocracia privilegiada. La sociedad estaba organizada en tres estratos sociales: la realeza, la nobleza y los comuneros. Algunas veces, la realeza tenía siervos que trabajaban para ellos, bajo su control directo.
La sociedad estaba organizada en tres estratos sociales: la realeza, la nobleza y los comuneros
La realeza constituía un grupo cerrado, ya que los hijos de reyes solo podían casarse con otros hijos de reyes. Los hijos de reyes que no heredaban el reino conformaban parte de la nobleza, por lo que estos dos grupos estaban muy unidos.
Los nobles se ocupaban de tareas de gobierno, bajo la dirección de la realeza. Podían ejercer como consejeros, gobernar poblados dentro del reino y ocupar otras tareas de gobierno.
Los comuneros podían ser hombres libres o siervos. Los hombres libres debían pagar tributo y otorgar los servicios que el rey solicitara. Los siervos trabajaban directamente en las tierras del rey y en servicios domésticos o de oficios poco calificados.
Aunque a veces eran aliados y otras veces rivales, mixtecas y toltecas debieron unirse para resistir las incursiones del Imperio mexica, eventualmente perdiendo importantes ciudades ante las huestes de México-Tenochtitlán.
Por esta razón, ante la llegada de los conquistadores españoles, muchos señores mixtecas se sometieron voluntariamente al mando de España a cambio de ayuda contra los despiadados aztecas.
Los mixtecas fueron reconocidos por su gran desarrollo militar y por mantener vínculos estratégicos con otras culturas vecinas, especialmente, para formar alianzas militares. Las alianzas estratégicas también incluían pactos comerciales que les permitían intercambiar objetos preciosos, manufacturados y, especialmente, productos agrícolas.
Muchos señores mixtecas se sometieron voluntariamente al mando de España a cambio de ayuda contra los despiadados aztecas
Su cultura se enfrentó constantemente al relieve y la escasez de agua, típicos de la región, por lo que desarrollaron un sistema de cultivos en terrazas, llamados coo yuu. Consumían la carne de guajolotes, pavos y de perro salvajes, abundantes en la región y domesticados por diversos pueblos mesoamericanos. También criaban cochinilla, una especie parásita del nopal, y practicaban la pesca eventual en las costas del pacífico.
Junto a otros pueblos mesoamericanos, los mixtecas participaron en la vasta red de comercio de la región, siendo importantes productores de metales, como la magnetita.
La religión mixteca se caracterizó por ser animista, y su deidad protectora era Dzahui, personificación de la lluvia, cuyos atributos en muchos sentidos se asemejan a los del Tláloc de los teotihuacanos y toltecas. Otra deidad importante era la del fuego, Huehuetéotl, especialmente en la baja mixteca.
Se sabe que los mixtecas veneraban a sus dioses con sacrificios humanos y animales. Sus líderes religiosos tenían una posición jerárquica dentro de la sociedad, que por lo demás era fundamentalmente militarista.
Practicaban una religión politeísta y cada reino tenía uno o más templos en su capital, pero las ceremonias religiosas se realizaban al aire libre, en la cima de los cerros, en cuevas o incluso en ruinas abandonadas de culturas anteriores. Además, cada reino tenía su deidad patrona. Sin embargo, toda la cultura mixteca creía en estas divinidades:
· Dzahui, dios de la lluvia, la divinidad más venerada entre los comuneros.
· Ñuhu, espíritus de la tierra, venerados por todos los mixtecas
Los templos más importantes construidos por los mixtecas fueron Apoala, Achiutla y Chalcatongo. Allí rendían ofrendas como muestra de fidelidad a los dioses, que consistían en el sacrificio de animales o de sangre, orejas y lenguas de humanos, que recolectaban en cestas durante las ceremonias.
Los mixtecas participaron en la vasta red de comercio de la región, siendo importantes productores de metales, como la magnetita
También realizaban rituales de fuego y de juegos. El juego de pelotas mixteco era un tipo de entretenimiento de características religiosas que significaba la “eterna lucha entre poderes”, el campo de juego representaba el cielo y la pelota representaba el sol.
Los rituales festivos podían durar varios días, en los que realizaban bailes y rituales de comida. El tradicional festejo del “día de los muertos” resulta una herencia del pueblo mixteca que se practica en la actualidad en México.
A través de las historias relatadas en los códices, podemos conocer muchas de las costumbres mixtecas como:
1.- Los príncipes y princesas mixtecas solo podían casarse con otros príncipes y princesas. Estas uniones eran “arregladas”, ya que la pareja heredaría el reino en el futuro.
2.-Entierros reales. Cuando un rey o una reina moría, los sacerdotes los enterraban a medianoche en cuevas o “sótanos” excavados fuera de la ciudad. El difunto era envuelto en un petate atado y su cara se cubría con una máscara de madera adornada con mosaicos de turquesa y concha marina.
3.- Conmemoraciones. El aniversario de la muerte del gobernante era conmemorado en todo el reino en el día de su nacimiento. Se realizaban estatuillas de cerámica que representaban al difunto, con los labios estirados sobre los dientes, los brazos en el pecho y las piernas dobladas hacia adelante.
4.- Historia. En códices, los mixtecas registraron las historias de sus gobernantes y de sus dioses. Anotaban los nacimientos, casamientos y muertes de sus reyes, la organización de su reino con los pueblos sometidos y la genealogía de la nobleza.
Los mixtecas compartieron muchos rasgos con otras culturas mesoamericanas como la maya y la mexica (azteca), incluidos muchos elementos mitológicos y su culto a la divinidad solar (Yya Ndicahndíí o Taandoco).
En orfebrería trabajaron con el cobre y el oro combinados con piedras preciosas como la turquesa y el jade
Desarrollaron sus propias estrategias bélicas, sus propias armas y fueron tenaces guerreros. Esto se evidencia en su arte cerámico, mucho del cual se conserva todavía en abundancia, y sus estatuillas metálicas, aunque la metalurgia fue una actividad poco y tardíamente desarrollada en la región.
El idioma de esta cultura era el protomixtecano, del cual derivan las lenguas mixtecas aún habladas en el sur de México, con un margen tal de diversificación que la variante costeña y la montañosa eran idiomas prácticamente distintos. Los mixtecos cultivaron una escritura pictográfica, de la que se conservan algunos códices.
La estructura social estaba constituida por estratos o jerarquías. En la cúspide se encontraba el rey que gobernaba la ciudad-estado, le seguían los nobles que se encargaban de la administración y, en un escalón inferior se encontraban los comerciantes, artesanos y campesinos, que convivían con el más bajo de los escalafones: los siervos y los esclavos.
En arte se distinguieron por la producción cerámica, la orfebrería y el trabajo en piedra. Los trabajos en cerámica tenían la característica de ser policromáticos, es decir, que incluían tinturas de diversos colores. Para teñir las cerámicas, y también las telas, usaban la cochinilla que tenía un intenso color rojo. La artesanía mixteca fue abundante y llamativa. Aún perduran vasijas rituales y otros objetos cerámicos, especialmente en las vecindades de Monte Negro y Puebla.
En orfebrería trabajaron con el cobre y el oro combinados con piedras preciosas como la turquesa y el jade. Hacían joyas que utilizaba la realeza y la nobleza, objetos de uso cotidiano y adornos decorativos lujosos.
Los códices de escritura se hallaban ampliamente decorados con ilustraciones que representaban las historias de los héroes y los gobernantes. Para ello, los hijos de algunos nobles eran especialmente entrenados, tanto para el aprendizaje de su escritura como para el estilo de la pintura y los dibujos en los códices. Están hechos sobre un cuero de piel de venado. Este es quizá uno de los aportes más importantes de esta cultura al legado arqueológico mesoamericano.
