14 de abril de 2009, 8:41
NUEVATRIBUNA.ES - 22.3.2009
No conviene enfadar a la OTAN. No hay que olvidar que es mucho más peligroso que reprochar a un cuñado bolinga en la cena de Nochebuena que se ha comido más langostinos que la abuela. La Alianza no se anda con bromas. Por menos de nada se te descuelgan por las ventanas en tu fiesta de cumpleaños unos marines con la cara tiznada y te encienden las velas con un lanzallamas. Por eso ha hecho bien el Gobierno en matizar la retirada de Kosovo. Mucho mejor, todo hay que decirlo, ha hecho el PP al realzar su firme defensa de las decisiones conjuntas de los organismos internacionales.
Acaso olvidó tontamente poner como ejemplo cómo el gobierno de Josemari acataba marcialmente las resoluciones de la ONU ante la masacre de Irak de la que ahora se cumplen seis años. Ese mínimo matiz hubiera magnificado la credibilidad de este partido si eso es aún posible después de jurar que investigarían hasta el final la trama de los espías. Lo mismo es que, tras este repentino ataque de respeto institucional, están a la espera de que la Unesco declare al Comando Anacleto patrimonio de la Humanidad. Quién sabe.
Aún no superada la vergüenza de la guerra preventiva, el ‘mato por si acaso’, que guió el asesinato de miles de inocentes, el presente es sin duda alentador. Aznar imparte conferencias a más de treinta mil euros la pieza, Toñín Blair se toma el té con picatostes mientras lee el Financial Times y a Bush le ha quedado una jugosa pensión vitalicia. Eso sí, al periodista que le tiró un zapato le han caído tres años de cárcel. Debe ser que el artefacto no llevaba plantillas ‘devorolor’. Sin duda ahí estaban las armas químicas que buscaban estos tres individuos. Esta es la realidad por mucho que la quieran pintar de demagogia.
Cuando los pancarteros andábamos por esas calles nuestras a pesar de Fraga jamás se divisó entre la multitud una mitra y mira tú que, por diseño, era bien sencillo. Si llevaran boina todavía tendrían alguna excusa pero así sólo cabe pensar que los obispos ni estaban ni se les esperaba. No hace falta ser un lince, protegido por supuesto, para deducirlo. Y eso que hubiera sido una oportunidad única de defender de verdad la vida. Tampoco se vio a ningún cofrade, por lo menos con los hábitos que no hacen al monje pero nos dan una idea de que el tamaño de la hipocresía es al menos similar al de los cirios.
No es de extrañar esta comunión entre la derecha y la jerarquía eclesiástica. Tras el milagro obrado por Santa María del ‘Fotochof’ en Soraya en su posado para una revista de postín se entiende mejor que el muy laico Gallardón les haya dado permiso para levantar sobre unos jardines unas celestiales oficinas. Y suerte tenemos de que su reino no sea de este mundo. De no ser así hasta le podrían confiscar su coche para utilizarlo de ‘papamóvil’.
Aún así, no entiendo el revuelo que todavía suscita el oleaje de sus casullas. Ahora agitan el espantajo del aborto y se entra al trapo como si esa insensatez mereciera debate alguno. Nos echamos las manos a la cabeza porque dicen lo que dicen cuando llevan siglos diciendo lo mismo ¿Y qué? ¿Qué esperábamos? Si sólo es noticia que el hombre muerda al perro y no el perro al hombre ¿Por qué, fuera de sus cortijos mediáticos, lo tiene que ser la misma monserga de siempre? ¿Por qué pagan una campaña de publicidad y otra les sale gratis? Por lo menos que escurran el cepillo.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS
No conviene enfadar a la OTAN. No hay que olvidar que es mucho más peligroso que reprochar a un cuñado bolinga en la cena de Nochebuena que se ha comido más langostinos que la abuela. La Alianza no se anda con bromas. Por menos de nada se te descuelgan por las ventanas en tu fiesta de cumpleaños unos marines con la cara tiznada y te encienden las velas con un lanzallamas. Por eso ha hecho bien el Gobierno en matizar la retirada de Kosovo. Mucho mejor, todo hay que decirlo, ha hecho el PP al realzar su firme defensa de las decisiones conjuntas de los organismos internacionales.
Acaso olvidó tontamente poner como ejemplo cómo el gobierno de Josemari acataba marcialmente las resoluciones de la ONU ante la masacre de Irak de la que ahora se cumplen seis años. Ese mínimo matiz hubiera magnificado la credibilidad de este partido si eso es aún posible después de jurar que investigarían hasta el final la trama de los espías. Lo mismo es que, tras este repentino ataque de respeto institucional, están a la espera de que la Unesco declare al Comando Anacleto patrimonio de la Humanidad. Quién sabe.
Aún no superada la vergüenza de la guerra preventiva, el ‘mato por si acaso’, que guió el asesinato de miles de inocentes, el presente es sin duda alentador. Aznar imparte conferencias a más de treinta mil euros la pieza, Toñín Blair se toma el té con picatostes mientras lee el Financial Times y a Bush le ha quedado una jugosa pensión vitalicia. Eso sí, al periodista que le tiró un zapato le han caído tres años de cárcel. Debe ser que el artefacto no llevaba plantillas ‘devorolor’. Sin duda ahí estaban las armas químicas que buscaban estos tres individuos. Esta es la realidad por mucho que la quieran pintar de demagogia.
Cuando los pancarteros andábamos por esas calles nuestras a pesar de Fraga jamás se divisó entre la multitud una mitra y mira tú que, por diseño, era bien sencillo. Si llevaran boina todavía tendrían alguna excusa pero así sólo cabe pensar que los obispos ni estaban ni se les esperaba. No hace falta ser un lince, protegido por supuesto, para deducirlo. Y eso que hubiera sido una oportunidad única de defender de verdad la vida. Tampoco se vio a ningún cofrade, por lo menos con los hábitos que no hacen al monje pero nos dan una idea de que el tamaño de la hipocresía es al menos similar al de los cirios.
No es de extrañar esta comunión entre la derecha y la jerarquía eclesiástica. Tras el milagro obrado por Santa María del ‘Fotochof’ en Soraya en su posado para una revista de postín se entiende mejor que el muy laico Gallardón les haya dado permiso para levantar sobre unos jardines unas celestiales oficinas. Y suerte tenemos de que su reino no sea de este mundo. De no ser así hasta le podrían confiscar su coche para utilizarlo de ‘papamóvil’.
Aún así, no entiendo el revuelo que todavía suscita el oleaje de sus casullas. Ahora agitan el espantajo del aborto y se entra al trapo como si esa insensatez mereciera debate alguno. Nos echamos las manos a la cabeza porque dicen lo que dicen cuando llevan siglos diciendo lo mismo ¿Y qué? ¿Qué esperábamos? Si sólo es noticia que el hombre muerda al perro y no el perro al hombre ¿Por qué, fuera de sus cortijos mediáticos, lo tiene que ser la misma monserga de siempre? ¿Por qué pagan una campaña de publicidad y otra les sale gratis? Por lo menos que escurran el cepillo.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS