16 de agosto de 2010, 10:37
NUEVATRIBUNA.ES 09.08.2010
Si se tratara de eso uno no tendría duda alguna en alinearse en esta especie de ‘mods’ y ‘rockers’ en que se ha dividido el socialismo madrileño. Vaya por delante que conozco y aprecio a Trini y, por tanto, sobran las palabras. No obstante, como bien es cierto que las témporas y la zona anatómica donde acaba la espalda no tienen nada que ver, cabe colegir que por encima de un mejor o peor candidato lo que debería primar es optar por una política distinta. Y en eso ni Tomás Gómez ni Trinidad Jiménez se van a mover en la foto. Es difícil justificar cómo se pretende ganar a la derecha cuando desde el partido que se marca ese objetivo se han plagiado sus recetas. Para hacer eso mejor el genuino que el advenedizo. La experiencia siempre es un grado. Si a lo que se aspira es a gobernar es posible que la una tenga más posibilidades que el otro, pero si de lo que de verdad se busca, es cambiar Madrid el timón se va a mover poco y, visto lo visto, si se escora ya se sabe de qué lado.
Esta fijación por los personalismos, este riesgo cierto de que, de ser Trini la candidata a confrontar con Esperanza Aguirre, la frivolidad mediática lleve a prestar más atención a sus trajes de chaqueta que a sus propuestas contra el paro hace un flaco favor a la política. Que la ‘chupa’ de cuero sea lo único que recuerde Paquito Granados de la hoy ministra de Sanidad dice mucho de lo que nos espera. De él, sin embargo, sólo se viene a la memoria esta sandez, turbios asuntos y un Mini que tenía a nombre de un constructor. Como ven su huella en la política local ha sido mucho más profunda. Con independencia del desenlace de las primarias lo que se antoja irrefutable es que el desgaste interno ya está cocinado por mucho que los partidarios de Gómez, obsesionados por hacer famoso a su líder, digan que será una óptima ocasión para que se le conozca ¿Han probado a presentarle en Gran Hermano?
Quizás en vez de estas técnicas por desbordamiento sería más eficaz salir lo justo en los periódicos, las teles y las radios para decir cosas sensatas, pero ese es otro cantar. No sé si don Tomás es un valiente o un insensato pero él debería saber que el peso de los apoyos en su partido llegan adonde llegan y que una cosa es que saluden y te inviten a botellines los militantes cuando vas a las fiestas de su barrio y otra bien distinta afrontar con garantías unas elecciones. Como también debería saber que ser el alcalde más votado de España igual computa para el Libro Guiness pero, en cualquier caso, ni siquiera cuenta en las autonómicas para vencer en caso de empate.
Lo que cuenta es saber si el candidato o la candidata van a defender una tributación más severa para los madrileños que más tienen y no a atrincherarse, como hasta la fecha, en la supresión del impuesto de patrimonio. O conocer si van a tener el coraje suficiente para reintegrar al sector público todo lo que el PP ha malvendido al sector privado y, por tanto, no sólo criticar las privatizaciones sino acabar con ellas. O que aclaren si van a propiciar una política de suelo que tenga como objetivo el acceso a una vivienda digna o que especifiquen si la próxima vez que haya que recortar gastos lo van a volver a hacer de los trabajadores y de los pensionistas. Quizás estas cosillas serían mucho más clarificadoras que esas encuestas que se hacen más inaccesibles que el Santo Grial. En suma, que nos digan si van a poner en marcha políticas de izquierda o van a hacer como siempre.
Germán Temprano es escritor y periodista
Blog: JAULA DE GRILLOS
Si se tratara de eso uno no tendría duda alguna en alinearse en esta especie de ‘mods’ y ‘rockers’ en que se ha dividido el socialismo madrileño. Vaya por delante que conozco y aprecio a Trini y, por tanto, sobran las palabras. No obstante, como bien es cierto que las témporas y la zona anatómica donde acaba la espalda no tienen nada que ver, cabe colegir que por encima de un mejor o peor candidato lo que debería primar es optar por una política distinta. Y en eso ni Tomás Gómez ni Trinidad Jiménez se van a mover en la foto. Es difícil justificar cómo se pretende ganar a la derecha cuando desde el partido que se marca ese objetivo se han plagiado sus recetas. Para hacer eso mejor el genuino que el advenedizo. La experiencia siempre es un grado. Si a lo que se aspira es a gobernar es posible que la una tenga más posibilidades que el otro, pero si de lo que de verdad se busca, es cambiar Madrid el timón se va a mover poco y, visto lo visto, si se escora ya se sabe de qué lado.
Esta fijación por los personalismos, este riesgo cierto de que, de ser Trini la candidata a confrontar con Esperanza Aguirre, la frivolidad mediática lleve a prestar más atención a sus trajes de chaqueta que a sus propuestas contra el paro hace un flaco favor a la política. Que la ‘chupa’ de cuero sea lo único que recuerde Paquito Granados de la hoy ministra de Sanidad dice mucho de lo que nos espera. De él, sin embargo, sólo se viene a la memoria esta sandez, turbios asuntos y un Mini que tenía a nombre de un constructor. Como ven su huella en la política local ha sido mucho más profunda. Con independencia del desenlace de las primarias lo que se antoja irrefutable es que el desgaste interno ya está cocinado por mucho que los partidarios de Gómez, obsesionados por hacer famoso a su líder, digan que será una óptima ocasión para que se le conozca ¿Han probado a presentarle en Gran Hermano?
Quizás en vez de estas técnicas por desbordamiento sería más eficaz salir lo justo en los periódicos, las teles y las radios para decir cosas sensatas, pero ese es otro cantar. No sé si don Tomás es un valiente o un insensato pero él debería saber que el peso de los apoyos en su partido llegan adonde llegan y que una cosa es que saluden y te inviten a botellines los militantes cuando vas a las fiestas de su barrio y otra bien distinta afrontar con garantías unas elecciones. Como también debería saber que ser el alcalde más votado de España igual computa para el Libro Guiness pero, en cualquier caso, ni siquiera cuenta en las autonómicas para vencer en caso de empate.
Lo que cuenta es saber si el candidato o la candidata van a defender una tributación más severa para los madrileños que más tienen y no a atrincherarse, como hasta la fecha, en la supresión del impuesto de patrimonio. O conocer si van a tener el coraje suficiente para reintegrar al sector público todo lo que el PP ha malvendido al sector privado y, por tanto, no sólo criticar las privatizaciones sino acabar con ellas. O que aclaren si van a propiciar una política de suelo que tenga como objetivo el acceso a una vivienda digna o que especifiquen si la próxima vez que haya que recortar gastos lo van a volver a hacer de los trabajadores y de los pensionistas. Quizás estas cosillas serían mucho más clarificadoras que esas encuestas que se hacen más inaccesibles que el Santo Grial. En suma, que nos digan si van a poner en marcha políticas de izquierda o van a hacer como siempre.
Germán Temprano es escritor y periodista
Blog: JAULA DE GRILLOS