domingo. 05.05.2024

“El abandono a un paciente de cáncer no puede estar por encima de la especulación en la sanidad”

Mi nombre es Cristina, tengo 36 años y me gustaría contar la historia de mi padre que está enfermo de cáncer de garganta con metástasis en un pulmón y con diagnóstico asociado de cáncer de próstata. Esta historia va dedicada al Señor, que se hace llamar, Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que gracias a su plan para desmantelar la sanidad, está provocando situaciones de abandono a personas que están enfermas y que merecen que se les preste una atención sanitaria de calidad y de respeto.

Mi padre, un trabajador nato y buena persona, lleva padeciendo esta enfermedad desde hace dos años y medio. Durante este tiempo ha recibido varios tratamientos, que le han permitido mantener una calidad de vida “normal”, en la que ha podido realizar actividades gratificantes en su vida diaria, familiar y social. Pero a partir de primeros de febrero de 2013, le informaron que el tratamiento que estaba recibiendo no estaba funcionando para mantener el cáncer controlado. El 28 de febrero, la radióloga del Hospital la Princesa, le prescribió una máscara para que le protegiera de la radiación de los miembros no afectados por el cáncer, y además, le confirmaron que le llamarían en esa misma semana para comenzar el tratamiento de radioterapia, en ese mismo hospital. Pero paso marzo, sin tener noticias del Hospital y sin tener consulta médica, mi familia llamaba constantemente para conocer como se encontraba esta situación, sin éxito La respuesta general que recibían era siempre “que le llamarían para finales de semana”. El 1 de abril, mi madre y mi padre se personaron en el servicio de radiología del Hospital La Princesa, donde les comunicaron que estaba el sexto en la lista de espera. Dado que no les pareció una respuesta adecuada, se personaron en el servicio de atención al paciente para reclamar esta situación. Tengo que decir, que durante estos dos meses de espera, para que mi padre pudiera ser radiado, el cáncer continúa activo. En atención al paciente le dieron la razón y le dijeron que hablarían con su doctora y le llamarían para informarle.

Como no le llamaron, volvieron a personarse en el servicio de atención al paciente el miércoles día 3 abril y en esta ocasión, la profesional que se encontraba en ese momento, les dijo que esa denuncia tardaría un mes en resolverse. No estando conformes pidieron hablar con la profesional que les había atendido el día anterior, y como no se encontraba, su secretaria se encargó finalmente de ponerse en contacto con su doctora, quedando en que le llamarían. Al día siguiente, contactaron con mi padre y le dijeron que le iban a poner como paciente preferente. Como muy pronto le llamarían en 2 o 3 días. Como no fue así, nuevamente volvieron al Hospital, y le confirmaron que el día 10 de abril comenzaría con el tratamiento.

Aunque finalmente mi padre recibirá el tratamiento indicado por su facultativa, me preocupa enormemente cómo puede afectarle en el desarrollo de su enfermedad este estancamiento en su proceso rehabilitador. Y por supuesto, me preocupa enormemente cómo puede afectar esta situación a miles de personas, que como mi padre, tienen que levantarse todos los días para luchar por mantener una calidad de vida lo mejor posible, pero a usted, Señor Consejero de Sanidad, qué le va a importar cómo todos los días millones de personas tienen que esperar una hora para ser atendidos en una consulta médica, o qué le va a importar que un enfermo de cáncer tenga que desplazarse con su debilitamiento físico a un hospital para poner una reclamación al servicio de atención al paciente, a usted no le importa la ciudadanía ni le importa la sanidad, pero como yo y miles de personas, estemos afectados o no por una situación familiar así, nos preocupa enormemente que una persona como usted esté al frente de una Consejería que merece una gran dedicación y una gran respeto hacía la población en su conjunto, por ser un derecho que nos pertenece como ciudadanos. Por eso, le pido y le exijo que tome medidas urgentes para resolver esta situación, y ponga todos los medios disponibles, humanos y materiales, para que ninguna persona pase por esta situación de abandono, de injusticia y de violencia, que no sólo atenta contra la persona enferma, sino también contra todo su entorno familiar, laboral y social. NO RECORTEN EN VIDA