sábado. 27.04.2024

Las olas de calor, en verano y no solo en esta época del año, porque se están empezando a producir en la primavera, son el resultado del calentamiento global del planeta cuya temperatura media no deja de crecer (1,1º en los últimos años) y obviamente eso supone veranos mas calurosos y más prolongados, pero también una meteorología mas irregular con episodios de calor extremo seguidos de otros de lluvias torrenciales e inundaciones (lo que esta sucediendo en España) y también de fríos extremos en momentos puntuales). Todo parece indicar que el tiempo va a estar cada vez más revuelto y más calido en los próximos años y que estos vaivenes irán en aumento.

Como la tendencia va a ser a un aumento de las temperaturas habrá que tener cada vez más en cuenta los efectos de los picos de incremento de calor sobre la salud de las personas que básicamente son dos, la deshidratación y el golpe de calor.

Los riñones para mantener el equilibrio corporal responden concentrando la orina y evitando así mas perdidas de agua y sales

Con el calor aumenta la sudoración, que es un mecanismo natural de adaptación del cuerpo al calor para mantener la temperatura, pero que elimina agua y sales. Paralelamente, los riñones para mantener el equilibrio corporal responden concentrando la orina y evitando así mas perdidas de ambos elementos, y la sensación de sed nos alerta de la necesidad de reponer las perdidas hídricas. Estas formas que tiene el cuerpo de responder al calor explican porque los dos grupos más susceptibles al calor son los niños pequeños y los ancianos. Los primeros porque durante los primeros meses de vida la capacidad de los riñones de concentrar la orina es limitada por la inmadurez de los mismos, y además porque no pueden, cuando tiene sed, ni expresarlo claramente ni suministrarse líquidos de manera autónoma, y los segundos, ya que pierden la sensación de sed por alteraciones que se producen con la edad en los centros cerebrales que la detectan. Es en estos últimos entre los en los que se producen fundamentalmente los síntomas de deshidratación y la mayoría de las muertes por el calor, 13.300 entre 2000 y 2009 en nuestro país, muertes que pasan casi desapercibidas porque se trata de personas muy mayores y porque la mortalidad es debida sobre todo al agravamiento que produce la deshidratación sobre las enfermedades que ya padecen previamente (diabetes, insuficiencia renal, enfermedades cardiovasculares, etc). Esta situación suele cebarse en las poblaciones más vulnerables, ancianos que viven solos, discapacitados y pobres que tienen menos recursos para afrontar las olas de calor

El golpe de calor, que es muy infrecuente, menos de 200 casos anuales, es el que aparece en las noticias porque suele darse en personas mas jóvenes y sanas y es fulminante, y se debe a la exposición a elevadas temperaturas de una manera aguda, generalmente trabajadores y/o personas que realizan ejercicio a pleno sol, y es motivado por un fallo del organismo que es incapaz de adaptarse a temperaturas y situaciones extremas.

¿Qué podemos hacer? Primero y obvio, actuar frente al cambio climático para prevenir los fenómenos extremos, que si no se cambia la situación irán en aumento y en esto las políticas públicas son fundamentales y el negacionismo, abierto o solapado, es un riesgo claro que puede empeorar notablemente la situación. 

Luego actuar para prevenir la deshidratación, tomando cantidad suficiente de agua y sales (el sudor lleva una cantidad significativa de sal), especialmente garantizando que las personas mayores tomen entre 1,5 y 2 litros de líquidos como mínimo al día, sin contar las bebidas alcohólicas y/o azucaradas porque aumentan la diuresis, y que los niños estén suficientemente hidratados. Después evitar las exposiciones al sol durante las horas mas calurosas, “el buen turista va siempre por la sombra”, y por supuesto el hacer ejercicio físico al sol en los momentos de mayor calor, bajar la temperatura corporal refrescándose, con agua es lo mas fácil, mantener las habitaciones en penumbra y estableciendo corrientes de aire, etc.

Hacer frente al calor de manera razonable se basa en buena hidratación, buscar la sombra y evitar ejercicio físico importante en las horas centrales del día

Otra cuestión a tener en cuenta es el hecho de que el aumento de las temperaturas favorece el crecimiento de los insectos que contagian enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya.

Por supuesto esta también el uso de aire acondicionado, que en principio debe hacerse con prudencia porque los cambios bruscos de temperatura pueden agravar los efectos del calor, porque los aparatos bombean calor al exterior, que así aumenta su temperatura, y porque, obviamente, el consumo eléctrico que produce puede agravar el cambio climático si la electricidad no proviene de energías renovables, que es lo mas probable. Otros aparatos eléctricos como ordenadores, etc también producen calor y no conviene su uso durante momentos de mucho calor.

Otras medidas importantes, responsabilidad de las administraciones, son el uso racional y equilibrado del agua (porque calor y sequía van de la mano), la repoblación forestal, y la prevención de incendios, ya que el arbolado no solo atrapa CO2 que mejora el medio ambiente, sino que también provee de sombra, baja las temperaturas y favorece las lluvias, y los incendios producen gran cantidad de CO2 y cenizas que empeoran el medio ambiente. Además, el conseguir unas ciudades más adaptadas para el calor, con menos trafico, más espacios con sombra y más arbolado.

En resumen, hacer frente al calor de manera razonable se basa en buena hidratación, buscar la sombra y evitar ejercicio físico importante en las horas centrales del día. Las administraciones deben de actuar para facilitar las cosas: garantizar suministro de agua accesible, protección del sol (los típicos entoldados, por ejemplo), prohibir como ya se ha hecho las actividades laborales que precisan de importante esfuerzo físico al aire libre en las horas de más calor, etc. 

Son medidas de autoprotección, pero lo más importante es actuar para revertir el cambio climático que es la causa que hay detrás del aumento inhabitual de las temperaturas en las situaciones extremas, por eso son tan peligrosas las actitudes negacionistas de algunas opciones políticas que, lejos de actuar para paliar o solventar el problema, solo colaboran en su agravamiento. 

Ante las olas de calor