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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 27.3.2009

Las recientes declaraciones del Papa sobre el uso del preservativo y su efecto pernicioso para la lucha contra el sida no pasaron desapercibidas para la inmensa mayoría de medios internacionales. Pero ahora es una prestigiosa publicación médica, The Lancet, quien le acusa de distorsionar las evidencias médicas para promover la doctrina católica, le adevierte sobre los efectos catastróficos de tales consideraciones y le conmina a que rectifique antes de que pueda hacer más daño. ¿Ignorancia o intento deliberado de manipular?, se pregunta esta publicación.

En su editorial, The Lancet dice que "cuando cualquier persona influyente, ya sea un líder religioso o político, realiza una declaración científica falsa que podría ser devastadora para la salud de millones de personas, debería retractarse o corregir el registro público" y añade: "Al decir que los condones empeoran el problema del VIH/sida, el Papa ha distorsionado públicamente evidencias científicas para promover la doctrina católica sobre el tema".

Durante su primera visita a África, el Papa dijo a los periodistas que el sida era un problema que "no puede superarse con la distribución de condones; por el contrario, lo incrementa". El comentario provocó inmediatamente una tormenta de críticas por parte de responsables sanitarios, activistas y políticos que criticaron este criterio como irreal, no científico y peligroso.

La Iglesia enseña que la fidelidad dentro de un matrimonio heterosexual y la abstinencia son las mejores formas de detener el sida. El Vaticano también dice que los condones pueden llevar a un comportamiento peligroso, pero muchos rechazan ese punto de vista. Los expertos en salud coinciden en que no hay evidencias científicas que demuestren que el uso de condones lleve a la gente a asumir comportamientos sexuales más arriesgados, y de hecho, hay estudios que prueban que el uso del condón reduce el riesgo de infectarse de VIH.

El virus del sida infecta a unos 33 millones de personas en todo el mundo, sobre todo en el África subsahariana, y ha matado a 25 millones. No tiene cura.

The Lancet pide al Papa que rectifique lo que dijo del condón
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