La llegada de las redes sociales, los foros en línea y una gama cada vez mayor de canales de comunicación digital ha permitido niveles sin precedentes de intercambio de información interpersonal. Esta comunicación puede adoptar múltiples formas, incluidos mensajes directos entre amigos cercanos y seres queridos, intercambio de fotografías y actualizaciones de estado dirigidas a la red social más amplia, y revisiones de la experiencia del consumidor destinadas a miembros desconocidos del público. En la medida en que exista variación en el comportamiento de divulgación entre los diferentes segmentos de la población, estos subgrupos pueden verse favorecidos de manera diferencial o vulnerables a las consecuencias del intercambio de información.
Una de las diferencias grupales más investigadas en la divulgación es la que existe entre hombres y mujeres. Algunos de los primeros trabajos en esta área revelaron marcadas diferencias de género en la divulgación, inspirando varias décadas de investigaciones que demuestran que las mujeres revelan más información a una gama más amplia de individuos que los hombres. Las diferencias de género en la divulgación se han examinado ampliamente, tanto en general como en interacción con el tema y el objetivo de la divulgación, utilizando una variedad de paradigmas de investigación. Esta atención empírica puede ser el resultado de un estereotipo ampliamente extendido de que las mujeres son más habladoras que los hombres, un sentimiento que aparece en proverbios en múltiples idiomas. La investigación en ciencias sociales y del comportamiento se ha centrado en las diferencias de género, no en la tasa general de comunicación, sino más bien en términos de autorrevelación, definida como "dar a conocer el yo a los demás a través de cualquier intercambio de información que se refiera al yo, incluidos los estados personales, las disposiciones, los eventos del pasado y los planes para el futuro.
Las mujeres revelan más información a una gama más amplia de individuos que los hombres
Sin embargo, los metaanálisis de los estudios realizados durante ese período revelaron, en el mejor de los casos, un efecto modesto y no homogéneo del género, en la divulgación que es sensible a las características del diseño experimental y el contexto. Además, gran parte de la investigación existente sobre las diferencias de género es anterior a Internet, lo que ha magnificado las consecuencias de compartir y puede haber producido nuevos patrones de comportamiento de intercambio, incluidas las diferencias entre grupos demográficos. Los resultados de estos estudios presentan un patrón sistemático robusto de diferencias en la divulgación a lo largo de las líneas de género: los hombres experimentan un deseo psicológico más débil de revelar y es menos probable que actúen de acuerdo con ese deseo.
Un nuevo estudio de la Universidad Carnegie Mellon, la Escuela de Negocios Bayes y la Universidad Bocconi ha encontrado que los hombres están menos ansiosos y son menos propensos a compartir información negativa que las mujeres, mientras que hubo poca diferencia cuando se trata de noticias positivas. En este estudio publicado en el Journal of Experimental Social Psychology, los autores sugieren que esto puede deberse a una mayor preocupación entre los hombres sobre cómo los verán otras personas, lo que resulta en una tendencia a autopromocionarse compartiendo información positiva sobre sí mismos y no revelando sus experiencias negativas a los demás.
Los resultados del estudio revelaron un patrón matizado consistente y, hasta donde sabemos, no identificado previamente, en el que la tendencia de las mujeres a revelar más que los hombres depende crucialmente de la naturaleza de la información compartida.
La mayor parte de la investigación existente sobre las diferencias de género y el intercambio de información es anterior a Internet. Dado que vivimos en un mundo en el que las personas publican información fácilmente en una variedad de plataformas a diario, este nuevo estudio ofrece información sobre la forma en que compartimos, así como las consecuencias de compartir, en la era digital.
El estudio encontró que los hombres están menos inclinados a compartir experiencias negativas
Para explorar las diferencias de género en el intercambio de diferentes tipos de información, los investigadores llevaron a cabo tres experimentos diferentes con más de 1.000 personas. En el primer estudio, las personas informaron de momentos en los que sentían que se estaban "muriendo" por revelar información a otros, y luego indicaron si realmente habían compartido la información.
Aunque los hombres y las mujeres generaron un número similar de casos de deseo de compartir información positiva (por ejemplo, sobre un ascenso), los hombres eran mucho menos propensos a informar que querían compartir información negativa (por ejemplo, no recibir un ascenso).
Otros dos estudios permitieron al equipo cuantificar el deseo de revelar y agregar el deseo de los participantes, así como su propensión a revelar información positiva o negativa sobre diferentes temas y experiencias.
El estudio también encontró que las mujeres reportaron una mayor satisfacción que los hombres con su propio nivel de revelación, mientras que la mayoría de los participantes masculinos informaron una mayor propensión a retener información sobre sus pensamientos y sentimientos, incluso cuando podría haber sido mejor compartirla con otros. Los hallazgos sugieren que el género sigue siendo una falla importante en lo que respecta al deseo y la propensión a revelar información negativa, y los hombres pueden verse afectados de manera diferencial o vulnerables a las consecuencias del intercambio de información en comparación con las mujeres.
Datos clave del estudio:
1. El estudio encontró que los hombres están menos inclinados a compartir experiencias negativas, posiblemente debido a preocupaciones sobre la percepción social.
2. Más de 1.000 participantes en tres experimentos revelaron que ambos sexos tienen la misma probabilidad de compartir información positiva.
3. La investigación indica que las mujeres generalmente se sienten más satisfechas con su nivel de divulgación en comparación con los hombres.
Po último, compartir esta reflexión de William Shakespeare: “Anunciad con cien lenguas el mensaje agradable; pero dejad que las malas noticias se revelen por sí solas”.
