En medio del vendaval de calumnias que nos espera para esta nueva campaña electoral y recordando todavía la retórica xenófoba de ciertos partidos en las últimas elecciones catalanas, un informe publicado este mes por la Caixa desmiente todos los mitos creados en torno a la inmigración y pone a sus detractores en su sitio.
“El impacto de la inmigración sobre el estado de bienestar es claramente positivo”, nos explica el autor de ese informe, Francisco Javier Moreno, y añade: “Ha sido así durante los años de bonanza económica y sigue siendo igual en términos financieros en este momento de crisis”.
"El impacto de la inmigración sobre el estado de bienestar es claramente positivo"La inmigración se ha convertido en España y el resto de los países europeos en un arma político que parece dar buenos resultados y, sin embargo, todo se construye sobre mitos y leyendas sustentados por el odio y la desinformación. El informe deja claro que algunos tópicos no deberían tener cabida en nuestro espacio democrático ya que la realidad es totalmente distinta.
"Los inmigrantes aportan sustancialmente más que lo que reciben al Estado de bienestar"Si nos atenemos a los datos revelados por este estudio, comprobamos que la economía española y la administración pública han salido ganando con la inmigración y que puede seguir beneficiándose de ella. “La juventud de los inmigrantes y su motivación para trabajar es extremadamente alta”, explica el investigador pero otros detalles más impactantes nos llaman la atención. El sistema español caracterizado por una población envejecida y una falta de mano de obra ha podido equilibrarse gracias a la llegada masiva de trabajadores y cotizantes forasteros.
“Los inmigrantes aportan sustancialmente más que lo que reciben al Estado de bienestar. No sólo en términos monetarios sino también en términos de servicio y de provisión de cuidado, lo cual permite el funcionamiento de un sistema de protección social como el español”.
Menos del 1% de los que se benefician de las pensiones en España son extranjeros y el motivo es sencillo: la mayoría de los trabajadores extranjeros regresan a sus países antes de poder aprovecharse de ella o simplemente no han llegado a la edad. Otro dato representativo es que la población inmigrada –que representa hoy en España el 12% de la población total– sólo es responsable del 5,6% de la utilización de servicios.
En lo que se refiere al uso que hacen los inmigrantes a los servicios sanitarios, el estudio muestra que acuden un 7% menos al médico de cabecera y un 16,5% menos al médico especialista que los españoles.
Así pues, queda claro que el mito del inmigrante enganchado a los servicios sanitarios y servicios de guardería es nada más que eso: un mito o un suceso marginal. La imagen de minorías violentas envueltas en tráficos también es otra desviación causada por el discurso polémico de ciertos partidos radicales o el sensacionalismo de unos medios de comunicación. La realidad es otra: España necesita a sus inmigrantes para que su sistema de pensiones y de ayuda pública siga funcionando.
Los eslóganes de algunos partidos xenófobos que animaron la pasada campaña electoral al ritmo de “paremos la invasión” o “paremos de dar privilegios a los inmigrantes” tienen ahora elementos para mitigar sus elocuciones y revisar algunos de sus planteamientos.
En esa misma perspectiva, el director de La Caixa, Jaime Lanaspa, ha explicado en la presentación del informe que es preciso cambiar la percepción que existe en la sociedad con información y pedagogía. A los prejuicios se tiene que responder con datos contundentes y estas estadísticas representan un claro paso en esa dirección. En España, la inmigración no es ningún mal: es un factor de progreso.