jueves. 28.03.2024

Los afectados por un desahucio suelen pasar en la etapa final del proceso por una situación de estrés postraumático similar a la que viven las personas que han sufrido un accidente de tráfico, según un estudio elaborado por la escuela de negocios Esade en colaboración con Cáritas, en base a ocho entrevistas a personas desahuciadas.

"Tenemos el caso de una mujer que discutió con su jefe y que, por ello, dejó la empresa con una baja voluntaria, sin posibilidad de cobrar susbsidio de desempleo. Hay que comprender que estas personas no se encuentran bien", ha explicado a modo de ejemplo

Cuando esta situación de estrés es elevada y persistente en el tiempo, la persona corre el riesgo de caer en el conocido como 'doble colapso': "Se le derrumba el mundo, los puntos de anclaje se le caen y es casi imposible que alguien pueda salir de allí sin ayuda", ha comentado.

"Al hablar con estas personas tenían la mirada perdida, parecía como si no estuvieran en la sala, lo que es muy impactante", ha añadido Ramis-Pujol, quien ha asegurado que dos de los ochos entrevistados habían llegado incluso a tener ideas suicidas.

El estudio analiza las distintas sensaciones y emociones que han vivido estas personas desde que compraron su casa hasta que la perdieron por impago, algo que el profesor de Esade ha definido como una "montaña rusa emocional donde van a oscuras", donde los afectados no saben qué va pasar y donde las emociones negativas son especialmente intensas.

Así, a lo largo del proceso, el afectado pasa de la alegría por haber comprado una casa, al pánico y el sobresalto provocado cuando las cosas empiezan a ir mal, pasando por la rabia y la pena en el momento de dar la casa al banco, hasta llegar a una situación de temor y miedo al pasar a vivir en un centro de acogida.

En el momento de abandonar el hogar, existen dos reacciones muy diferenciadas: la sensación liberadora por parte de aquellos que consiguen la dación en pago y un alquiler social asequible, frente a la situación dramática que viven quienes "no consiguen cerrar bien su caso".

Ramis-Pujol ha asegurado que después de esta experiencia todos los entrevistados han cambiado sus hábitos y su forma de ver la vida, y ha resaltado lo agónico que resulta vivir entre seis y siete años "con la espada de Democles" encima de la cabeza.

ADMINISTRACIÓN Y BANCOS

El estudio critica que las Administraciones públicas y las empresas de suministros para el hogar resultan "lentas e ineficientes" a la hora de resolver los problemas que presentan las personas inmersas en un proceso de desahucio, lo que a su juicio contribuye a crear más desigualdades y a destruir la clase media.

"Si una persona cualquiera va al Inem o a un hospital y son ineficientes, lo llevas bien, pero si estás en esta situación es un gran problema", ha criticado Ramis-Pujol, quien ha pedido una atención preferente para los afectados por desahucios en las oficinas de trabajo, hospitales y juzgados.

En esa línea, considera que el nuevo marco legal no es la "panacea", y ha pedido al Gobierno que se implique en los procesos de mediación y que contribuya a la creación de puestos de trabajo, después que el paro haya quedado retratado en la encuesta como el gran problema de los desahuciados.

El profesor de Esade también ha cargado contra los bancos por no buscar medidas alternativas, como condonaciones parciales de deuda o aplazamientos de la hipoteca a un tipo de interés simbólico mientras los afectados encuentran un empleo que les permita pagar las cuotas con normalidad.

"Todo el mundo merece un castigo proporcional a su responsabilidad y aquí hemos visto que el castigo ha sido excesivo, fuera de lo normal, y mal repartido por cuestiones de distribución de poder en la sociedad", ha afirmado.

Según el documento, Cáritas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y la Cruz Roja son los organismos que más han ayudado a las personas en proceso de desahucio, si bien también constata que la mayoría pide ayuda "demasiado tarde".

El estrés de un desahuciado es similar al de los accidentados de tráfico