viernes. 26.04.2024
TRIBUNA DE OPINIÓN

En la Comunidad de Madrid la corrupción tuvo nombre propio

Los hechos probados y sentenciados a lo largo de dos décadas han ratificado que los gobiernos del PP presididos por Esperanza Aguirre cometieron numerosos hechos delictivos

Cuando se cumplen veinte años de la mayor ignominia que ha sufrido la democracia en la Comunidad de Madrid, podemos afirmar que la corrupción en esta región tiene nombre propio.

Los hechos probados y sentenciados a lo largo de dos décadas han ratificado que los gobiernos del PP presididos por Esperanza Aguirre cometieron numerosos hechos delictivos. No son ni uno, ni dos, ni tres, los consejeros , vicepresidentes y sucesores en la Presidencia de esta institución que han sufrido el reproche penal con sentencias en las que se demuestran los hechos delictivos realizados. (Ignacio González, Francisco Granados, López Viejo y un largo etcétera)

Yo soy de los convencidos que tras las maniobras torticeras para que no se constituyera un gobierno de izquierdas presidido por el socialista Rafael Simancas en el año 2003, la sensación de impunidad se instaló en una parte de los gobernantes del PP. Sin duda pensaron, que si esas actuaciones dieron su fruto para garantizar la espantada de dos diputados, sin vergüenza, para impedir la voluntad soberana de los madrileños,porque no iban a poder ir a sus anchas con todo tipo de tropelías de aquí en adelante.

No es mi intención insistir en los detalles de esa maniobra para torcer la voluntad soberana de los madrileños, es mucho lo que se ha escrito y muy bien documentado. (Por su rigor les recomiendo el libro de Felipe Serrano “El Tamayazo. Crónica de una traición”[1] y  el de Alfredo Grimaldos “La Lideresa”[2] en los capítulos dedicados a este hecho)

Solo referirme a tres aspectos de esa fuga:

El primero es que ninguno de los dos nunca mostró discrepancia alguna con la estrategia de su grupo político y por tanto tampoco en la reunión previa que se mantuvo antes del pleno en el que dieron la espantada. Más allá de los juegos de artificio mediático tras la traición. Lo que indica es una clara premeditación de sus actos, previos y posteriores con el objetivo de evitar cualquier reacción de sus compañeros que les impidiera hacer lo que tenían previsto.

El segundo es que sino existe razón ideológica, estratégica o táctica, el motivo es otro. Y a mí no se me ocurre otro que el interés económico. Hecho que confirma la propia María Teresa Sáez al diario Infolibre años más tarde.

El tercero no es otro que la búsqueda del por qué la Fiscalía en todos sus niveles no investigó los hechos y los posibles pagos a estos indeseables por su actuación. A esta última cuestión podemos añadirle, la curiosidad malsana, de por qué el gobierno de Zapatero del 17 de abril de 2004 no dio instrucciones para que se llevara a cabo la oportuna y necesaria investigación de los hechos.

En los días anteriores a este luctuoso hecho se dispararon los rumores sobre la posibles maniobras para impedir un gobierno de izquierdas. Y sin duda, algunas declaraciones del candidato a la presidencia no contribuyeron a apaciguar los ánimos entre los sectores más reaccionarios de la derecha política y empresarial madrileña. Lamentablemente, nuestro joven Simancas, tuvo que aprender en su propia cabeza que lo que se debe hacer como compromiso con tus electores hay que llevarlo a cabo pero no necesariamente anunciarlo a bombo y platillo antes de la investidura como Presidente de la Comunidad cuando la victoria se produce por una tan exigua diferencia. Fueron varias las cuestiones pero a modo de ejemplo vayan estas; cambio en la Presidencia de Caja de Madrid, la moratoria de Centros Comerciales (Grandes superficies) y el Plan Regional de Urbanismo en el que se daría un gran impulso a la construcción de vivienda protegida.

Eran muchos los intereses que se podían ver amenazados con un gobierno de izquierdas en la Comunidad de Madrid y una diferencia tan estrecha daba la oportunidad a unos indeseables para salir bien pertrechados de la política.

Los vínculos y las relaciones de los dos traidores con militantes del PP son hechos probados:Las llamadas realizadas a través del teléfono móvil usado por Tamayo, que pertenece al grupo socialista, sirven para reconstruir los contactos del tránsfuga previos a la traición que va a resultar clave en la trayectoria política de Esperanza Aguirre. Cinco llamadas a un constructor y dieciséis al abogado José Esteban Verdes, que días después contraerá matrimonio con Paloma García Romero, consejera del Gobierno regional de Gallardón en la anterior legislatura y elegida concejala del PP en el Ayuntamiento de Madrid en esas elecciones.

Sobre la gran beneficiaria de estos hechos no cabe mejor descripción que la realizada por el ex director de ABC, José Antonio Zarzalejos, que acusó a Esperanza Aguirre de haber provocado su cese al frente del rotativo, en febrero de 2008;

“Aguirre es una persona que, sobre todo, es vanidosa. Después, creo que es bastante ignorante, le faltan unas cuantas lecturas, por no decir muchas. Y finalmente es una persona miserable, con una ambición poco controlada y un entorno de colaboradores que me voy a limitar a calificar como complicado. Me he encontrado con una mujer intervencionista, intolerante, que encaja mal las críticas, impertinente y con aquella especie de chulería que ella tiene. Y con esa vanidad de hacerse una biografía autorizada titulada La Presidenta”.

Sin duda es una brillante descripción del personaje que se ha movido en un auténtico lodazal de corruptos y se ha permitido afirmar que ella es la primera decepcionada por la conducta de sus colaboradores más directos. ¿Quién puede  pensar que alguien con estas características no era conocedora de lo que ocurría a su alrededor?

Son muchas las similitudes del personaje con su correligionario Eduardo Zaplana. Ambos deben su ascenso político a operaciones de transfuguismo y al control de los medios de comunicación. Sirva como soporte el empleo de ingentes cantidades de dinero público para publicidad en los dóciles medios de comunicación. Sólo en la campaña previa a las elecciones del 2007, fueron 180 millones de euros los que empleó para su mayor gloria. Cantidad mucho mayor que la que emplea anualmente cualquier gran empresa.

Si son muchas las similitudes, también con los actuales gobernantes de la Comunidad de Madrid. Somos muchos los que coincidimos con este análisis “Ese es el estilo del tamayazo, es el estilo de Esperanza Aguirre y es el estilo, hoy de Isabel Díaz Ayuso. Lo más importante es quien manda".

Se formó una cultura. Una relación entre gobernantes y gobernados, unas líneas de tensión entre medios de comunicación y poder, una forma de entender el Gobierno. Y que eso sigue intacto y que se recurre a ello ( o sale de forma inercial) cada vez que es necesario. Es decir, cada vez que existe el riesgo de que el dominio de ciertas fuerzas políticas sobre las instituciones cambie.” [3]

El gobierno de Ayuso ha sustituido la política como arte de gestionar noblemente la cosa pública por el cotidiano rifirrafe en asuntos que ni siquiera son competencia autonómica. Ha llenado sus intervenciones de referencias a la política nacional. No quiere hablar de lo que le compete porque, justo esos temas, son los grandes problemas de la región madrileña; vivienda, sanidad y educación. Sin olvidar, la rémora recurrente de la corrupción que empaña la gestión del Partido Popular a lo largo de sus 28 años ininterrumpidos de gobierno regional madrileño.

Juan Padul

[1]Serrano, Felipe. “ El Tamayazo. Crónica de una traición”. Editorial Catarata. 2013.

[2]Grimaldos, Alfredo. “La Lideresa”. Ediciones Akal . Foca Investigación. 2009

[3] Zapata, Guillermo. “No a todo”. Editorial Lengua de Trapo.2023. Págs. 62 y 63.

En la Comunidad de Madrid la corrupción tuvo nombre propio