Centollas, rolex o setas

Todo indica que, con Núñez Feijóo, el giro del PP va en serio y con ventaja posicional con respecto a la situación vivida hasta ahora.

El ciclo reproductivo de la centolla es anual. Comienza en la primavera con la eclosión de los huevos que portan las hembras durante diez meses aproximadamente; no es posible determinar la edad de los individuos de centolla por medio de una metodología estándar, al igual que sucede con otros crustáceos. Sobre la base de estudios realizados en especies similares puede suponerse que esta especie vive catorce años aproximadamente.

El cangrejo en cuestión con sus potentes patas y giramientos circulares de 360º es un conocido depredador marino que arrasa no pocas especies en su área de movimiento. Y si las condiciones lo permiten su periodo de vida conocido supera dos legislaturas. Ojo pues a la metáfora marisquera porque lo que suceda en los próximos catorce meses da para un periodo que se multiplica como mínimo por ocho o diez.

Distraídos como andamos en esta etapa de hazañas bélicas e inundados de geopolíticos estratégicos de bolsillo (tras las sucesivas generaciones de virólogos, y vulcanólogos que hemos padecido) se nos pueden olvidar las disyuntivas más inmediatas en el suelo patrio. Lugar también micológico en el que los recolectores a veces dudan a lo que hay que estar. Y después del “Ser o no ser” 'hamletiano' de Shakespeare el dilema más conocido en España se encuentra en decidir entre rolex o setas.

De manera que la política española se enfrenta a un proceso muy similar a la centolla. Su ciclo reproductivo se podrá observar al corto plazo de un año cuando comiencen a eclosionar las huevas electorales que se aproximan: Andalucía, Madrid y otras Comunidades Autónomas, más los Ayuntamientos, afrontarán procesos electorales a ese corto periodo; y se puede decir que ya en muy pocas semanas el ciclo de “gestión” habrá finalizado con resultados más que variables.

En Madrid, se padece una gestión de gobernabilidad totalmente desaparecida en combate desde que fue nombrada presidenta Isabel Díaz Ayuso; por cuanto que la proyección política de esa comunidad se ha basado en la exclusiva y única puesta en escena de un personaje encarnado por una buena personalidad mediática sin criterios de gobierno. Toda una influencer sin duda, pero sin más gestión en su mochila que el marketing político y le enfrentamiento dialectico con propios y extraños como bagaje principal y casi único de su actividad. Que su programa político se haya basado en una sola palabra ya lo evidencia. Y que la palabra libertad se pueda adjetivar con la famosa pregunta de ¿para qué?, refleja que su respuesta la hemos podido visualizar en estos recientes días de crisis conservadora.

Por otra parte el fiasco de la estrategia de la anterior dirección nacional del PP, en los exiguos resultados de Castilla y León, con las desastrosas consecuencias de su dependencia de VOX para la acción de gobierno restante a dos años, y la hipoteca que ello genera al desove electoral próximo, han aconsejado la paralización inmediata de la operación de adelanto prevista en Andalucía. Pero dejan tocadas también por completo las expectativas de repetir la fórmula que desarboló al PSOE andaluz como opción de gobierno. Ciudadanos ya es solo un cadáver político residual cuyos miembros en la gestión de poder compartido transitoriamente con el PP solo tiene la opción personal de buscar acomodo en la nueva dinámica del “centroderecha” que anuncia desde su presentación Núñez Feijóo. Y todo indica que el giro del PP va en serio y con ventaja posicional con respecto a la situación vivida hasta ahora.

Es imprescindible un reseteo posicional en la izquierda, una nueva etapa en que habrá de atarse los machos e incorporar a su relato político mucha más “finessa”

A partir de ahí parece imprescindible que comience un reseteo posicional en la izquierda. Una nueva etapa en que habrá de atarse los machos e incorporar a su relato político mucha más “finessa”, variando sus estrategias para profundizar, ensanchar  y hegemonizar el espacio político del centro izquierda español.

Porque si todo lo que tiene que plantearse una parte del electorado de izquierda, a partir de ahora y con el desove electoral en perspectiva a un año vista, es la receta conocida hasta el momento; exigiendo al PSOE que atienda a las posiciones internas y a veces contradictorias de su socio minoritario de gobierno, y/o a las presiones de la famosa “mayoría de la investidura” mal asunto por la sangría de votos previsible. Como si el 4 de mayo de 2021 madrileño no hubiese marcado bien el territorio de lo políticamente inútil.

Si a ello se le añade toda la parafernalia de pretensiones localistas, cantonalistas o territoriales en progreso, además de algunas de las iniciativas legislativas varias de futuro más que incierto, la mariscada está servida y es una buena porción de la izquierda la que haría de proteína a la pitanza de la derecha. De manera que habrá de plantearse el famoso dilema de a lo que se está. Si a rolex o a setas. Porque la centolla, al igual que los podencos del cuento de las liebres, avanza inexorablemente.

Para muestra un botón, y no pequeño, de relatos imposibles. La España republicana exigía armas para defender su independencia y su democracia. La izquierda y las fuerzas republicanas que sucumbieron a la guerra civil consideraron siempre un crimen nefando el boicot armamentístico y de todo tipo que sufrió la II República por el bloqueo de la desaparecida Sociedad de Naciones. En tanto que los militares golpistas sublevados recibían armas, financiación y pertrechos de la Italia fascista y la Alemania nazi. Con intervención directa de tropas y aviación de ambos países que participaban en el conflicto a modo de invasores, acompañados de otras fuerzas mercenarias.

Sorprende por ello, que los que se presentan como genuinos herederos de la izquierda más radical de aquel drama, planteen ahora que las soluciones diplomáticas no deben agotarse y que enviar armas al pueblo ucraniano solo incrementaría los conflictos. Una especie de No a la Guerra adobado de un No a la OTAN y Bases fuera, como si la historia no pasase de largo. Entre tanto se consuma una matanza que todo el pueblo español rechaza sin excepciones. Eso que llamaban la gente.

Hay posiciones políticas que ya están tan lejos del pueblo ucraniano como del español, que observa estupefacto la agresión brutal y asesina del invasor ruso en su más evidente tradición imperialista. La frase “A poco que se rasque en un bolchevique ruso apareceré un imperialista ruso”, pronunciada por Lenin, puede considerarse profética al respecto. Y el título de su publicación “El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo” también.

Hay más ejemplos del balance pretendidamente capitalizable a la izquierda del PSOE que se alejan y mucho de la realidad sobre el terreno. Y no es el momento de evidenciarlos porque como las setas de primavera u otoño aparecerán solas por los efectos de la química, la humedad, la naturaleza y la exposición solar. Y ahí aflorarán para su rápida extinción, que es una buena metáfora para lo sucedido con los fenómenos emergentes ya extinguidos o en vías de ello. Sin que se aprecie una imprescindible reflexión autocrítica sobre esto. Y mucho menos la enmienda necesaria por los errores cometidos.

Por tanto, será cosa de optar desde ya sobre las otras formas de afrontar tantos desenlaces que la política de la democracia española nos anuncia a no largo plazo. Tal vez harán falta también otras opciones más eficaces y habrá que girar todo lo que sea necesario. La llamada del presidente Sánchez a todos los presidentes de la democracia vivos ante los peligros de la guerra, o la unidad de todas las fuerzas democráticas ante una crisis de esa magnitud, parecen buenas señales para una ciudadanía que no soportará muchas más divisiones superfluas con sede en la Carrera de San Jerónimo. Pero, sobre todo, habrá que moverse y mucho. Cosa que le corresponde a quien corresponda. Uno a cierta edad solo está para opinar.