viernes. 26.04.2024

Podemos definir la cultura como las creencias y prácticas concretas, de un grupo social, que se asumen con distintos grados de consenso, aceptación, reconocimiento y compromiso. La cultura incluye un lenguaje junto a procesos de socialización, aprendizaje social, relaciones sociales, normas y valores sociales.

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que se producen en el sujeto en relación a informaciones del ambiente que son relevantes para él. Son el reflejo de estados afectivos personales y colectivos que influyen en las relaciones interpersonales y expresan las reacciones de los sujetos ante los valores, las costumbres y las normas sociales de las diferencias culturas.

La psicología transcultural estudia como varía en las diferentes culturas la expresión de las emociones y los comportamientos de sus miembros. A nivel transcultural existen diferentes abordajes para expresarla diferente forma de expresar las emociones. Así, los Abordajes Innatistas: para los planteamientos innatistas hay un gran interés por demostrar con certeza la existencia de formas universales en la expresión facial. Los estudios transculturales determinaron que, ante la presentación de una serie de fotografías de rostros que expresaban diferentes emociones, observadores de diferentes culturas denominaban de la misma manera a determinadas expresiones faciales. Además, en dichos estudios se observaron que miembros de diferentes culturas mostraron las mismas expresiones faciales al experimentar la misma emoción. Una excepción a esto es en aquellas culturas con amplio control social. Los individuos pertenecientes a estos grupos, por ejemplo, Japón, expresaban abiertamente la emoción cuando se encontraban solos, pero mostraban mayor control cuando había otras personas. Con lo cual, se concluye que las pequeñas expresiones faciales son innatas, programadas biológicamente, y la cultura influye con normas acerca del grado en que se deben expresar las emociones. Los Abordajes Psicosocialeslos planteamientos psicosociales manifiestan que las emociones son construidas en base a criterios sociales; por lo tanto, al analizar una emoción, es importante tener en cuenta el contexto social y cultural en el que el sujeto se desarrolla. La evidencia muestra que las microexpresiones faciales, los cambios fisiológicos y los componentes de la acción, son relativamente similares en todas las culturas, tal como lo muestran las posturas innatistas, pero las reacciones verbales y los procesos de regulación emocional, dependen de la forma de manifestar una emoción en cada colectivo social y sus normas culturales. Cada cultura marca las normas acerca de qué emoción es deseable manifestar, con qué intensidad y de qué manera.

Antonio Machado dijo: “en cuestión de cultura y emociones, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da”

La influencia de la cultura propia de cada sociedad en la expresión de las emociones atañe a diferentes patrones. Los trabajos realizados teniendo en cuenta el impacto de estos patrones culturales en relación a la expresión de las emociones, muestran que, en los países más individualistas, los sujetos están más motivados a la expresión de emociones; además, los sujetos estarán más predispuestos a afrontar situaciones de conflicto, modificando el ambiente con el fin de preservar sus objetivos individuales. En cambio, en los países más colectivistas, son más sensibles al aspecto externo porque valoran más el cuidar las buenas relaciones. 

También hay, estudios de los aspectos cognitivos culturales, que concluyen que las emociones y los procesos sociocognitivos se encuentran en un proceso de mutua influencia y además son confluyentes con la cultura. Un ejemplo es, que mientras el inglés dispone de 2000 palabras para referirse a estados emocionales, el chino sólo posee alrededor de 750. Las emociones alteran procesos cognitivos como la memoria o la percepción. Por ello, hay una situación de interdependencia entre la biología, los procesos mentales y la cultura, en la expresión de las respuestas emocionales.

Como ejemplos de las diferencias de la expresión de las emociones, en las diferentes culturares, estas tres: La Vergüenza,la vergüenza y el bochorno, son elementos singulares de una cultura, ya que se perciben de maneras completamente opuestas dependiendo de dónde estés. En muchas culturas occidentales, la vergüenza es una emoción negativa, es algo que quieres ocultar. No quieres crear una situación embarazosa y tampoco quieres que los demás sepan que estás avergonzado. Tan solo barrer bajo de la alfombra lo más rápido posible. Pero en otras culturas, como en los países árabes, la vergüenza es percibida como una emoción positiva, porque significa que eres honorable. Dicho con otras palabras, eres una persona honorable debido al hecho de que te sientes avergonzado. Por lo tanto, la vergüenza y el pudor en dichas culturas son emociones recibidas de manera más positiva si, cuando las sientes, buscas ayuda en los demás, en vez de esconderte como en las culturas occidentales. La Pena, si bien toda cultura experimenta la pena de algún modo, la forma en que se expresa (o se permite que se exprese) varía mucho de una a otra. Por poner algunos ejemplos, en las culturas islámicas ortodoxas, el divorcio se considera más traumático que la pérdida de un ser querido, pero en las culturas occidentales podría ni siquiera encajar en la categoría de la pena. En las tradiciones católicas europeas, el sufrimiento se expresa a menudo con estoicismo y las grandes exhibiciones emocionales son percibidas negativamente, especialmente en los hombres. Pero en las culturas africana y caribeña, el dolor se muestra abiertamente e incluso se anima a sentirlo a ambos sexos. Cuanto más ruidosamente demuestres tu pena, más respeto le muestras al difunto. La Ira, esta emoción puede percibirse tanto positiva como negativamente dependiendo de la cultura. Así, en Estados Unidos se percibe negativamente la ira, mientras que en Japón se asocia positivamente el poder con expresiones de ira. En Estados Unidos, la ira se considera una emoción negativa que hay que ocultar. Si no lo haces, la gente se preguntará si eres mentalmente estable. Pero en Japón, se pretende que aquellos que tienen poder muestren ira para representar ese poder. Si los poderosos no expresan ira, intrínsecamente perderían su poder o al menos así sería percibido. Por tanto, lo que las expresiones de ira tienen un efecto positivo no solo en sí mismos, sino también en los que los rodean. Además, la entonación tiene un gran efecto en cómo se perciben ciertas demostraciones de ira.

Por último, parafrasear esta reflexión de: Antonio Machado: “en cuestión de cultura y emociones, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da”.

Aspectos transculturales de las emociones