viernes. 26.04.2024

La palabra conformista procede etimológicamente está formada por raíces latinas y significa "práctica de estar de acuerdo sin confrontación". Sus componentes léxicos son: el prefijo con- (junto, todo), forma (figura, imagen), más el sufijo -ismo (doctrina, sistema). El DRAE define conformismo como práctica de quien fácilmente se adapta a cualquier circunstancia de carácter público o privado.

El conformismo es un fenómeno psicológico que ocurre cuando cambiamos de opinión o de comportamiento bajo la presión de otras personas, llegando a mostrarnos de acuerdo incluso con afirmaciones claramente erróneas.

La conformidad social es definida como el nivel en el que un individuo o grupo puede alterar su opinión y actitud para adaptarse y encajar en las normas de otro individuo o grupo. Asimismo, muchas de estas normas actúan de forma implícita, guiando la interacción y el comportamiento de los miembros que lo componen. Se trata, de un tipo de influencia social en el que las personas experimentan una presión para adherirse a las normas sociales de esa persona, grupo o comunidad. Para Moscivici, “los individuos subestiman la influencia que puede ejercer la socialización sobre sus actitudes y conductas, por lo que dicha influencia puede ejercerse de forma inconsciente”.

Se han descrito diferentes subtipos de conformismo, una de las clasificaciones más conocidas es la realizada por Herbert Kelman, quien indica la presencia de tres modalidades distintas: El cumplimiento, en él la persona está de acuerdo con la opinión del resto, pero mantiene la suya de forma privada; en la identificación, el individuo comparte la opinión del grupo únicamente mientras forma parte de él; en la internalización, a persona mantiene la opinión grupal después de abandonar el grupo.

En este tema es sumamente interesante las investigaciones de Solomon Asch. Los experimentos consistían en “pruebas de visión” realizadas a estudiantes. Todos los participantes actuaban como cómplices de este, a excepción de uno de ellos, siendo la finalidad de esta investigación la observación de la respuesta del sujeto experimental frente al comportamiento del resto de copartícipes. El objetivo primordial de Asch era descubrir las condiciones o variables responsables de las posiciones independientes o, por el contrario, del sometimiento a las presiones del resto cuando sus opiniones difieren de las propias. Durante la prueba, se proyectó una serie de imágenes donde aparecían varias líneas. A continuación, se realizaban distintas preguntas a los asistentes, referidas a la longitud de las mismas (¿qué línea era más larga? ¿Cuáles presentaban una longitud similar?, etc.). Anteriormente, los cómplices habían sido instruidos para responder incorrectamente a algunas de estas preguntas con el objetivo de observar si dichas respuestas incorrectas ejercían una influencia sobre la respuesta del sujeto experimental.

El experimento se llevó a cabo con un total de 123 estudiantes. Se encontró que en los ensayos donde los cómplices emitían una respuesta incorrecta, los participantes se ajustaban a dicha respuesta en el 36,8% de los casos.

El conformismo social ha sido vinculado con diversos factores que podrían ayudar a comprender dicho proceso. Algunas de las variables que han sido asociadas en los distintos estudios son las siguientes: Cultura: Un estudio transcultural que trataba de replicar las investigaciones realizadas por Asch encontró diferencias significativas que denotaban un mayor nivel de conformismo en la población brasileña en comparación con los norteamericanos. Sexo. Estudios tradicionales señalaban que las mujeres eran más conformistas que los varones. Sin embargo, se ha destacado en la actualidad que esta diferencia podría estar explicada por la mayor familiaridad de los varones con las tareas empleadas en el estudio. Como consecuencia, se ha destacado que la diferencia debería estar explicada por otras variables asociadas al género. Autoridad del experimentador y competencia sobre la tarea: La posición de la persona en relación con los miembros del grupo, así como el grado de dependencia hacia el experimentador o la persona que ejerce la presión, influyen notablemente en las respuestas emitidas durante el experimento. Ambigüedad de los estímulos: En los distintos estudios han sido utilizados una gran diversidad de estímulos; se ha podido comprobar que las situaciones más ambiguas incrementan el nivel de conformismo. Perfiles de personalidad: En esta línea, se ha encontrado que las puntuaciones bajas en “autosuficiencia”, medidas a través de distintos autoinformes, están relacionadas con una mayor conformidad social. Asimismo, existe una asociación similar con altas puntuaciones en factores de “afabilidad”, “atrevimiento” y bajas puntuaciones en “estabilidad emocional” y “abstracción. La influencia de los vínculos y la historia vital: en relación con los vínculos primarios, la teoría del apego demuestra que cerca del año de vida se desarrollan modelos operativos internos de carácter implícito que influyen en la aparición de un estilo de vinculación definido. También, la memoria implícita es configurada a partir de la vivencia de experiencias sociales o interpersonales tempranas repetidas, actuando como una “memoria reguladora”, que guía las interacciones con el medio social a través de anticipaciones y expectativas sin intervención de la conciencia.

Por último, compartir esta reflexión de Mark Twain: “Siempre que te encuentres del lado de la mayoría, es hora de hacer una pausa y reflexionar”.

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Aspectos cuasiexistenciales del conformismo social