martes. 23.04.2024

El pasado día 3 de septiembre 200.000 personas abarrotaron las calles de Vigo en una manifestación considerada por los medios como la mayor en la historia de la ciudad, concentradas en defensa de la sanidad pública y muy en concreto en contra de la privatización y las consiguientes deficiencias del nuevo hospital de Vigo. Un hospital en esos días de actualidad porque la ocupación y traslado de pacientes había sido detenida al fallecer una paciente contaminada por el hongo Aspergillus de triste memoria en la ciudad de Vigo, tras haber ocasionado en 1998 seis fallecimientos en las dependencias quirúrgicas de MEDTEC, una concesión privada incrustada en el hospital.

De esta enorme manifestación los medios de comunicación gallegos han dado cuenta en un gran despliegue informativo pero llamaba muy poderosamente la atención vista desde Galicia, la ausencia de reseña alguna en la prensa ubicada en Madrid. Se trata de una actitud muy repetida y que provoca malestar al comprobar que eventos menores ocupan grandes titulares mientras que sucesos muy importantes que han tenido lugar fuera de la capital, no encuentran su lugar en sus medios, prensa, radio y televisión. La manifestación de Vigo, una ciudad de 300.000 habitantes ha movilizado a las 2 terceras partes de sus habitantes lo que trasladado a Madrid correspondería a unos dos millones de personas en la calle. Sería inconcebible que los medios de la capital no diesen cuenta de ello. Es doblemente grave en la medida en que la manifestación de Vigo es una de las mayores manifestaciones europeas en defensa de la sanidad pública y en contra de su privatización.

Quiénes lean estos comentarios y sean por esa ausencia informativa desconocedores de las noticias que comentamos, se sorprenderán que una ciudad sea capaz de movilizar a dos tercios de sus habitantes en defensa de algo relativamente novedoso cómo es la Sanidad Pública y en contra de las políticas de privatización. Resulta ciertamente incomprensible si no se conocen los antecedentes que se remontan a unos 20 años.

De forma muy resumida recordemos que a mediados de la década de los 90, el entonces secretario de la Consejería de Sanidad de Galicia que ocupaba Romay Beccaría, promovió en la ciudad de Vigo la creación de una empresa para encargarse de la gestión empresarial de la atención cardiológica, de los cateterismos, de la cirugía cardiaca y también del tratamiento radioterápico del cáncer. Esa empresa denominada Instituto de Medicina Técnica más conocida por el acrónimo MEDTEC, pretendía rentabilizar los procesos médicos que utilizan la más sofisticada tecnología y mueven en consecuencia unos enormes recursos económicos. Ello fue el germen de una oposición creciente entre los profesionales que veían la patita del lobo privatizador asomando ya por debajo de la puerta. Hoy 20 años más tarde, el lobo ya ha pegado una patada a la puerta y amenaza a nuestras abuelitas.

Los defensores de la sanidad pública, entonces considerados por los medios y los poderes cómo gente fuera de la realidad, anclada en el pasado, enemiga del progreso, alarmista y agorera, lograron sin embargo constituir una “plataforma en defensa de la sanidad pública” la primera de España por cierto, convencidos de que ésta deriva privatizadora que entonces se iniciaba sólo podría ser detenida con el concurso de la sociedad civil, de los partidos políticos, de las asociaciones vecinales y de los sindicatos.

A lo largo de estos años la plataforma de Vigo logró conectar con la ciudadanía y explicarle las complejidades y disfraces de los procesos de privatización y de recorte así como de las campañas en los medios que contraponen la supuesta eficacia de la iniciativa privada frente a la obsolescencia, ineficacia y despilfarro de los servicios sanitarios públicos, un mensaje ya muy familiar hoy en día para toda la opinión pública española.

No está de más recordar que el secretario de la Consellería de Sanidad gallega que inició entonces la privatización es el ahora presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo.

Quienes no conozcan la ciudad de Vigo pensarán quizás que aquí se dan circunstancias especiales que explican esta para la opinión pública de fuera, inexplicable respuesta masiva. Y que en su localidad algo similar sería imposible. No lo parece así pues la ciudadanía de Vigo es similar a la de cualquier otro sitio aunque ciertamente se dan algunas circunstancias que a nuestro juicio explican esta respuesta. Pensar que en tu ciudad lo de Vigo no podría nunca suceder es una barrera mental a la implicación y a la acción.

Los fenómenos sociológicos no responden a reglas matemáticas y son fenómenos complejos casi siempre multifactoriales que no responden a una sola causa o motivo y por lo tanto pueden ser interpretados solo con una mayor o menor aproximación.

En Vigo se detecta una ignorancia y un desdén de las autoridades de la Xunta mantenido a lo largo de muchos años respecto a la mayor ciudad de Galicia, que tiene una potente vida industrial y cultural pero que no siendo capital de provincia, ha tenido poca influencia política en Galicia, un espacio este que casi monopoliza el norte. Los conflictos locales suelen limitarse a protestas contra la patronal; usando la vieja terminología, se trata conflictos de clase pero no conflictos políticos con las instituciones y el gobierno de Galicia.

Cuando las desatenciones en este caso las sanitarias, se mantienen y se prolongan con total desconocimiento de la Consellería de Sanidad, se produce la movilización de una ciudadanía sensible a las llamadas porque lleva oyendo a los defensores de la sanidad pública crear un estado de opinión que detecta rápidamente los problemas, las ineficiencias y las malas prácticas políticas.. Dicho de otra manera, existe tras tantos años de pedagogía, insatisfacciones sanitarias graves y crecientes movilizaciones, una ciudadanía alerta, informada y motivada para protagonizar la oposición.

Así se entiende que la inauguración de un hospital grande, porque aunque insuficiente es un hospital grande y nuevo, muy necesario y muy demandado, en vez de producir alegría y un enorme éxito para los gobernantes y una simétrica derrota para los adversarios ese modelo de entrega a la iniciativa privada que es el denominado PFI, Iniciativa de Financiación Privada en sus siglas en inglés, se convierta paradójicamente en un motivo de confrontación, de rechazo y en una verdadera tragedia política para Feijoo y sus aspiraciones de revalidar su cargo de presidente en las próximas elecciones autonómicas. Alguna vez hemos avanzado que esto iba a ser un ingrediente fundamental de la derrota del Partido Popular en Galicia y es posible que esos vaticinios lleven el camino de cumplirse.

El complejo y un tanto oscuro proceso de entrega a la privatización, costosa y en breve absolutamente negativa ha sido entendido claramente por los usuarios y es el ingrediente principal de la oposición.

Como siempre sucede hay que dar las gracias por los éxitos a muchísima gente que anduvo por Vigo todo este verano dando charlas, poniendo carteles, moviendo el asunto y trabajando, amén de lo que se lleva trabajado como decíamos antes a lo largo de muchos años.

A la ciudadanía viguesa porque a pesar de que observada desde sitios donde no pasa nada, pudiera tener una imagen levantisca, se trata de una gente que ha soportado con bastante entereza paciencia y orden una situación asistencial sanitaria muy deficiente a lo largo de muchísimos años. También el colectivo sanitario ha trabajado en unas condiciones muy estresantes durante varios lustros.

Hay que agradecer a los sindicatos y a los partidos políticos que hayan tenido sensibilidad con algo muy importante como es la atención sanitaria, por delante de sus por otro lado lícitos intereses partidistas y gremiales. Han pasado de estar al tan comprensible como exclusivo servicio de sus afiliados a asumir en interés de toda la ciudadanía la defensa de sistema sanitario público.

Y en el caso de Vigo ha tenido lugar algo que la ciudadanía ha premiado con una importante mayoría absoluta en la últimas elecciones municipales: el alcalde de Vigo ha jugado un relevante papel que algunos por partidismo desearían negar, pues estuvo receptivo, atento a las propuestas, positivo y colaborador con aportaciones e ideas que a veces nos superaron por la izquierda. No es frecuente que los políticos entiendan y hagan suyas no solo las propuestas ciudadanas sino más aun las de los confusos y complicados asuntos sanitarios traduciéndolos a ideas fuerza, algo que un buen político debe saber hacer. Cuando le explicábamos lo de la PFI rápidamente dijo: "bueno eso es un hospital privado y así lo voy a explicar" .

Es en definitiva que es una victoria con muchísimos padres y madres y entre ellos la actitud estúpida, ignorante, autoritaria y alejada de la gente pero siempre tan retadora y estimulante, del Partido Popular y de la Xunta. Se atribuye a Mick Jagger la frase de que para triunfar en el rock and roll hay que ser muy, muy bueno, trabajar muy duramente y sobre todo tener mucha, muchísima suerte.

Eso es casi con certeza lo que explica la respuesta de Vigo y de su comarca: trabajo, inteligencia, constancia, unidad, tiempo y la gran suerte de tener como adversarios a unos políticos conservadores y unas autoridades sanitarias incompetentes.

Dicho de otra manera, si se quiere, se hace bien y uno se toma su tiempo, en cualquier comunidad, ciudad o comarca, defender la Sanidad Pública es posible.


Hixinio Beiras Cal | Cardiólogo, miembro de la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública | Coordinador del libro “La sanidad no se vende”

Vigo: puede defenderse la sanidad pública