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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 25.7.2009

El depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya barajaba el sábado en suelo nicaragüense rutas para entrar en su país con el fin de retomar el poder, mientras el Gobierno de facto le advertía otra vez de que si lo hace será detenido inmediatamente.

Con su sombrero vaquero, Zelaya llegó el viernes en un jeep blanco a la frontera como parte de su campaña para volver al poder. "Podemos entrar por la frontera que tenemos con El Salvador y con Guatemala, en todos lados estamos organizados", dijo Zelaya a la local Radio Globo. "O podemos aterrizar directamente en San Pedro Sula, tengo helicópteros listos, tengo aviones listos, tengo al pueblo acompañándome", agregó.

Zelaya y un grupo de simpatizantes levantaron la cadena que marca la frontera y caminaron unos metros hasta un cartel que decía "Bienvenidos a Honduras", donde Zelaya pidió hablar con altos mandos militares para intentar avanzar al país. Sin embargo, muy cerca, soldados equipados con escudos antimotines y cascos formaron un cordón para impedirle el paso. "El acto del señor Zelaya fue irresponsable, no meditado, y de muy poca seriedad", dijo el presidente golpista, Roberto Micheletti, el viernes por la noche.

En El Paraíso, unos 15 kilómetros dentro del territorio hondureño, cientos de simpatizantes de Zelaya se enfrentaron con militares y policías, que lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos. Un testigo de Reuters vio a un policía herido en la cabeza por una pedrada y escuchó disparos.

Zelaya, un empresario liberal que a mitad de su mandato giró a la izquierda y se alió al presidente venezolano Hugo Chávez, irritando a empresarios e incluso a su propio partido, fue expulsado hacia Costa Rica por un grupo de militares. La justicia hondureña le acusa de violar la Constitución, por buscar un referendo para ampliar el mandato presidencial. "Hay esta orden de captura, no una, varias órdenes de captura contra él y varios de sus funcionarios", dijo Micheletti a la cadena de televisión CNN en español.

Muchos en Honduras temen que su regreso provoque una ola de violencia. Un joven murió el 5 julio cuando los soldados abrieron fuego contra los manifestantes que esperaban a Zelaya en el aeropuerto de Tegucigalpa en su primer intento de volver al país. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo a los periodistas el viernes que "hemos exhortado sistemáticamente a todas las partes a evitar cualquier acción provocativa que pueda derivar en violencia. El esfuerzo del presidente Zelaya por llegar a la frontera es temerario".

Zelaya partió hacia la frontera después de dar por agotadas las conversaciones de ambas partes en Costa Rica y pese a la resistencia de Estados Unidos, que apoya su restitución pero continúa apostando por una solución negociada. Micheletti dijo que su Gobierno aún no ha terminado las negociaciones y discute la propuesta de Óscar Arias, que será consultada con los poderes judicial y legislativo.

Zelaya no se rinde: ensaya rutas para volver a entrar en Honduras